TradeSport 159 - Octubre 2008

que no puede considerarse de fitness, es decir, si uno va a correr a la cinta, usará calzado running –o debería usarlo- de manera que es muy difícil establecer qué es exactamente una zapatilla de fitness Pero más allá de esta diversidad de modalidades, y dejando de lado que muchos practicantes suelen “pasar” de usar material específico, este deporte es uno de los mejores ejemplos para ilustrar el poder que tiene la moda: hace apenas una década la estética fitness tenía muchos seguidores. Las colecciones textiles y, sobre todo, el calzado, se vendían con facilidad y este deporte tenía una buena presencia en las tiendas. Determinados modelos de zapatillas se convirtieron en los primeros modelos deportivos aceptados como calzado urbano y marcas como Reebok o Nike ganaron mucho protagonismo gracias a esta nueva tendencia. El problema es que, de la noche a la mañana, caducado el efecto Fama, el fitness quedó en el olvido. Las ventas cayeron en picado y pese a que poco a poco parece recuperarse del golpe, el segmento sigue inmerso en la búsqueda de una identidad que le dé la fuerza suficiente para dejar de navegar entre dos mares y depender de algo tan frágil como la moda. Tenis y Basket: la moda los devuelve a la pista El caso del tenis y el basket es bastante parecido al del running. Sin llegar a extremos tan preocupantes como el fitness –básicamente por el volumen de jugadores y por el alto porcentaje de ellos que juegan con calzado específico-, tenis y baloncesto han vivido épocas doradas como calzado urbano. Ambos deportes han tenido su momento y más por moda que por deporte, se han convertido en un tipo de calzado utilizado masivamente para ir por la calle. Todo el mundo recuerda las míticas Stan Smith –que aún se venden a un ritmo aceptable- o las míticas Weapon de Bird o Magic. A pesar de que el baloncesto parece renacer en estos últimos meses, aunque mucho más vinculado a un determinado perfil, la moda acabó despreciando estos dos estilos y los devolvió a la pista. Y como en el running, limitados a esa superficie, las marcas comenzaron a apostar por la tecnología, con las consecuencias que, a nivel de ventas, conlleva esta decisión: más tecnicidad significa un look más atlético y, por lo tanto, mayor dificultad para que su uso traspase el estrictamente deportivo. Pero como en el running, y a pesar de las ventas quedaron estancadas, no parece que para las marcas haya sido un trauma insuperable. Ambos segmentos han sabido amoldarse a su nuevo consumidor tipo y actuar en función de ello. El baloncesto, como acabamos de decir, sigue teniendo mucho tirón entre determinados grupos de adolescentes y jóvenes, y en cualquier momento puede volver a despuntar. El mundo de las sneakers, del que hablaremos más adelante, puede ayudar mucho a ello. Y al tenis, también. De todas maneras, pese a estar inspiradas en el mundo del baloncesto y del tenis, se trata de calzado moda. Y cualquiera que pruebe de jugar un partido El fenómeno Crocs ha sido uno de los últimos ejemplos del boom de la moda sportstyle

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