TradeSport 159 - Octubre 2008

España sufre, a nivel general, en los meses no veraniegos. A esto debemos añadir el mayor gasto que lleva a cabo un turista de golf con respecto al turista en general; todo ello le da al turismo de golf un papel importante dentro del abanico de estrategias de política turística destinadas a reducir la estacionalidad del destino. Gracias a este turismo, además, se ha logrado “redistribuir” las riquezas generadas por los visitantes. Las zonas tradicionales –especialmente la Costa del Sol- han dejado de tener el monopolio de los ingresos por turismo de golf y se han dinamizado otros territorios como Canarias, Baleares, la Costa Blanca, Huelva, Murcia o Almería. VENTAS Teniendo en cuenta todo lo que acabamos de ver hasta ahora, es obvio que el golf es uno de los deportes que mueve más dinero en el mundo. En España, pese a que su repercusión mediática no tiene nada que ver con la de otros deportes mucho más populares, este “liderazgo” no es una excepción, y los ingresos generados directa o indirectamente por el golf están a años luz de la mayoría de modalidades. Con las cifras de practicantes tan buenas con las que cuenta el golf, es lógico que la venta de material alcance unos volúmenes importantes. Así, a pesar de que estas ventas apenas representan un 3% de lo que factura el mundo del golf, los 83,392 millones de euros alcanzados en 2006 no dejan de ser una cifra a tener muy en cuenta (las ventas realizadas en las Pro-Shops de los campos –no es canal deportealcanzaron los 34,9 millones de euros). Por tipología de superficies, las tiendas especializadas –ProShops aparte- son las que más facturaron, alcanzando los 27,5 millones, mientras que en los grandes almacenes se superaron los 21 millones. En cuanto a la tipología de producto, el 53,3% pertenece a material duro, el 43,5% a textil, calzado y complementos, y el 3% a carros. Estos resultados, aparte de confirmar que el dominio en este segmento lo tienen campos, cadenas y tiendas especializadas, también constatan el poco peso que tiene el golf en las tiendas tradicionales. Aunque el estudio Aymerich no lo señale, el porcentaje de comercio multideporte que vende golf es insignificante y, además, ha ido a la baja progresivamente en la última década. El porqué es bastante obvio. Por un lado se trata de un segmento que hay que saber trabajar muy bien y que requiere, además, espacio. Su margen no es de los mejores del sector –al revés- y, por si fuera poco, la competencia es muy importante. Decathlon y El Corte Inglés –dentro del canal- controlan el primer precio –la única categoría que podría ser hasta cierto punto rentable para un detallista multideportey cualquier aventura en este segmento es archicompleja, sobre todo en material duro. La venta de maletero, que no aparece en los estudios, mueve también mucho dinero, y habiendo otros sectores más “fáciles” no es extraño que el golf haya desaparecido del mapa en el comercio tradicional a pesar de su enorme potencial. Incluso en las tiendas especializadas, que como hemos visto generan más de la mitad de las ventas (excluyendo Pro-shops), se ha dado una selección natural, y muchas de ellas, sobre todo las independientes y/o ubicadas en segundas o terceras líneas de las grandes ciudades, han ido desapareciendo. Los elevados alquileres de los locales –que deben tener una superficie mínima para albergar una oferta razonable y, si puede ser, una zona de prácticas- y la fuerza de algunas cadenas especialistas que se han ubicado en las periferias, han tenido mucho que ver en esta darwinización. Quienes sí han conseguido resistir a esta evolución –algunas incluso, sin tener un gran espacio- lo han hecho, sobre todo, de la mano de la fidelización, y han conseguido consolidarse como una tienda urbana de referencia. UN POTENCIAL INTACTO El comportamiento del golf en los últimos años podría calificarse de sorprendente, y no sólo por sus crecimientos en número de federados y en campos y su espectacular despegue en facturación, sino porque todo esto lo ha conseguido en un terreno un tanto pantanoso. Por un lado ha tenido que dejar atrás –y aún no lo ha conseguido del todola imagen elitista que arrastra desde su nacimiento. Este mal, que han sufrido otros deportes como el tenis o el esquí no ha impedido que año tras año este deporte se fuera popularizando y que proliferasen los campos públicos. Tampoco ha ayudado mucho la oposición de grupos ecologistas ni las trabas administrativas y burocráticas para construir campos-sobre todo en Cataluña-. Pero aun así, las cifras que hemos presentado en este artículo demuestran que el golf, convertido en mucho más que un deporte, ha cogido una velocidad de crucero que todo apunta va a seguir manteniendo en los próximos años. La venta de material, lógicamente, también seguirá creciendo a un buen ritmo, y si las cosas no cambian, el comercio deportivo tradicional seguirá dando la espalda a este deporte. Y la verdad es que, pese a su potencial, es lo mejor que puede hacer. Es casi imposible que, a día de hoy, este deporte tenga un lugar en las tiendas multideporte, sobre todo el material duro, y salvo que uno quiera especializarse –total o parcialmente- y disponga de espacio y de los recursos necesarios –y de mucha voluntad-, es mejor disfrutar del golf como jugador y dejar que las ventas las sigan monopolizando quien lo ha hecho hasta ahora. El golf es un segmento que hay que saber trabajar muy bien y que requiere, además, espacio. Su margen no es de los mejores del sector y la competencia es muy importante. Por eso su presencia en el comercio tradicional es tan testimonial. Para un país como España el golf es mucho más que un deporte. Más allá de todo el dinero que genera directamente, también tiene un papel clave en el turismo -una de las principales fuentes de ingresos de España- y, en el sector inmobiliario. Economía del golf en España * Excluyendo venta en Pro-Shops Fuente: AGM * 286 Pro-shops analizados Fuente: AGM Facturación por la venta material (2006) ts25

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