TradeSport 159 - Octubre 2008

El golf sigue creciendo año tras año. Cada vez hay más gente que se siente atraída por este deporte y en los últimos diez años las licencias –obligatorias para salir a cualquier campo de España- han aumentado más de un 250%, situándose, en 2007, por encima de las 316.000 (a las que habría que sumar las más de 20.000 con las que ya cuenta el Pitch & Putt). Las expectativas, además, señalan que este crecimiento seguirá el ritmo de los últimos 10 años (alrededor de un 10% anual) de manera que el potencial de este deporte aún es considerable. El crecimiento en número de jugadores ha sido, además, tan espectacular como la proliferación de campos, que en estos diez años han pasado de los 180 (una cifra ya de por sí considerable) a los más de 300 que hay actualmente. El ritmo de aperturas, además, sigue siendo muy alto, y las condiciones excepcionales que tiene España en cuanto a climatología, le están consolidando como uno de los principales destinos turísticos de los millones de seguidores que tiene este deporte en todo el mundo. Teniendo en cuenta las cifras de jugadores que hay actualmente, las ventas de este segmento son, lógicamente, muy altas. El problema es que el sector no ha sabido –o no ha podido- aprovecharse de ello. Las ventas de material duro, calzado, textil y accesorios para golf representan un porcentaje muy pequeño en el total de la facturación de las tiendas multideporte, de manera que las ventas están monopolizadas por las tiendas especializadas, por dos grandes cadenas –El Corte Inglés y Decathlon-, por las tiendas de club y por la llamada venta de maletero. Pero de eso ya hablaremos más adelante. MUCHO MÁS QUE UN DEPORTE Si nos centramos en todo el dinero que mueve este deporte (que, como el fútbol, ya se ha convertido en un negocio –aunque no por razones mediáticas-), y tomando como referencia el Informe “Presente y Futuro de la Industria del Golf en España” realizado por Aymerich Golf Management (AGM), en 2006 –último año que tuvo en cuenta el estudio-, el golf movió 2.673 millones de euros, una cifra que se ha multiplicado por cuatro en los últimos diez años. Según este análisis, el incremento económico que se ha producido es del 28 % respecto de 2003, y del 296 % sobre 1996 (teniendo en cuenta que el golf alcanzaba aquel año un volumen de 674,5 millones de euros). En este periodo de tiempo (96-2006) todo lo relacionado directa o indirectamente con el golf ha crecido: la explotación de las instalaciones un 26 %; la venta de material de golf, un 11 %; la organización de torneos y la difusión en los medios de comunicación, un 30 %; la inversión en nuevos proyectos, un 51 %. En cuanto a las actividades indirectas, el turismo de golf ha crecido un 43% y las operaciones inmobiliarias, han aumentado un 15 % (un porcentaje que se habrá visto drásticamente reducido en los últimos dos años). Pese a todos estos crecimientos, y aunque las cifras de jugadores nos parezcan muy buenas –el golf es el cuarto deporte en número de federados, por detrás del fútbol, la pesca y el baloncesto-, el porcentaje de personas que juegan a golf en España sigue siendo muy bajo, un 0,67 % de la población, así como el número de campos de golf, por lo que ambos indicadores resultan muy inferiores a las medias europeas y americana: en Estados Unidos, donde hay 16.000 campos (con 500 millones de salidas al año), casi una de cada diez personas practica este deporte, mientras que en otros países europeos, como Suecia, Noruega o Gran Bretaña, este porcentaje, aunque muy alejado del norteamericano, es considerablemente superior al nuestro. Aun así, es España, con un 69,3%, el país que mayores crecimientos ha experimentado en cuanto al número de jugadores en la última década, muy por encima de otros países donde este deporte cuenta con mayor tradición, como Holanda (52,9 %), Noruega (52,5 %), Austria (48,5 %), Finlandia (44 %), Dinamarca (39,7 %), Italia (37,6 %), Alemania (36,8 %) o, a mucha distancia, países donde el golf tiene unas raíces muy profundas, como Gran Bretaña (6,9%) o Escocia (-2%), y donde el mercado alcanzó la madurez hace algunos años. En cuanto al turismo, el Estudio realizado por AGM destaca que España recibe anualmente más de 940 mil turistas de golf, a los que hay que añadir un 32 % de inducidos. Con una estancia media de 6,5 días, generan un volumen de estancias de 8.085.792. Cada uno de ellos realiza una media de 3,5 salidas al campo, de manera que, estimando un desembolso promedio diario de 170,5 euros (entre viaje, alojamiento, gastos de juego y otros gastos), resulta que su gasto directo total asciende a casi 1.379 millones de euros. El turismo del golf, además, tiene un papel clave en la desestacionalización del turismo. España ha dejado de ser un país de “sol y playa” hace años y el golf ha tenido una buena parte de culpa en ello. No en vano, dentro de los productos que se consideran como herramientas para combatir la estacionalidad en la que se ha visto inmerso el turismo en nuestro país, podemos afirmar que la oferta de golf es uno de los más importantes y con mayor desarrollo y expectativas de futuro. La climatología permite jugar todo el año, y seguramente por esta razón el turismo de golf constituye una parcela que presenta un componente estacional muy adecuado para reequilibrar las pérdidas que [las cifras del golf] El comercio tradicional, ajeno al potencial del golf En 2006, último año del que se disponen cifras totales, el golf generó en España más de 2.673 millones de euros. Las ventas de material apenas representaron un 3,1% y estuvieron controladas por dos grandes cadenas, por las tiendas especialistas y por los pro-shops. En el comercio tradicional su presencia es prácticamente nula A pesar de que las ventas de material apenas representan un 3% de lo que factura el mundo del golf, los 83,392 millones de euros alcanzados en 2006 no dejan de ser una cifra a tener muy en cuenta ts24

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