TradeSport 158 - Septiembre 2008

En los últimos tiempos, el deporte de élite español atraviesa una de sus mejores épocas, contando con un buen número de deportistas que forman parte del reducido grupo de “los mejores del mundo” en su actividad. Esta circunstancia, ante la perspectiva de la celebración de unas Olimpiadas, hacía presagiar un buen resultado, en lo que a medallas y diplomas se refiere. Y aunque al final no se consiguió superar las 22 medallas de Barcelona 92, las 18 que se consiguieron en Pekín (5 oros, 10 platas y 3 bronces) y, sobre todo, la larga lista de cuartos puestos y diplomas olímpicos, no dejan de ser una muestra del buen momento que vive el deporte español. Al margen de las Olimpiadas, llevamos algunos meses escuchando desde múltiples lugares, la edad de oro que atraviesa nuestro deporte. El mundo entero habla de Nadal, de Gasol, de nuestros ciclistas y de nuestra selección de fútbol. Sin embargo, nuestro sector no recupera el optimismo, ni siquiera, asumiendo los efectos positivos que para nuestro sector tiene que la selección de fútbol haya ganado la Eurocopa, o que Nadal se convierta en número uno de la ATP. Tampoco, parece que vayan a dinamizar el sector, los éxitos conseguidos por parte de la expedición olímpica española en Pekín. Así, a pesar del empujón que los deportistas españoles de élite están dando a nuestro deporte (un éxito innegable, ya que, por ejemplo, y con los datos del CSD en la mano, en 2007, el deporte español en categorías absolutas obtuvo 134 medallas en campeonatos del mundo y 199 en campeonatos de Europa), nuestro sector, que mantiene (o mantenía) un cordón umbilical con el deporte, no parece cambiar el gesto y sigue inmerso en el más aboluto letargo. ¿Por qué? Me gustaría equivocarme, pero probablemente esta circunstancia se deba a dos razones. Antes, hace algunos años, sí existía una relación directa entre los éxitos que conseguían nuestros deportistas y el crecimiento de la práctica deportiva, un crecimiento que, además, se traducía en un aumento de las ventas en el canal deporte. Ahora, sin embargo, la oferta de las tiendas se ha transformado completamente y cada vez dependen menos de la actividad deportiva, y más de otras circunstancias como la moda, la climatología… lo que ha hecho que estos éxitos deportivos no supongan una respuesta o relación causa-efecto en los establecimientos. A esto hay que añadir que, en pleno siglos XXI, e inmersos en la llamada era tecnológica, la ilusión por la practica deportiva no crece en la sociedad, como atestiguan diferentes encuestas encargadas por el CSD en la última década, las cuales siempre mantienen una constante, la del 63% de la población que afirma no practicar ningún deporte. Abundando en los datos, en 2007, la relación licencias federativas – ciudadanos en nuestro país, era del 7.3% (3,3 millones de licencias), porcentaje que desde 1988 hasta la actualidad ha crecido sólo un 0.9%. Todos sabemos lo difícil que es contar con un número uno del tenis del mundo, ganar tres Tour de France seguidos, ganar un campeonato de Europa de selecciones, contar con alguien capaz de ganar un mundial de Fórmula 1 o de MotoGP. En estos momentos, por suerte para nuestro deporte, todas estas circunstancias, y alguna más, se dan. En este entorno, nuestros objetivos principales deberían enfocarse a intentar dinamizar la práctica deportiva, aprovechándonos de la corriente favorable actual (refiriéndome al ámbito deportivo, y no al económico, evidentemente), e incluso hacer acciones de lobbie para que el Gobierno cumpla en esta legislatura, aquello a que se obligó respecto al deporte y la práctica deportiva en su programa. Si hay un compromiso por parte de las administraciones, el avance de la práctica deportiva puede ser muy importante, como lo está demostrando el sector de la bici que, con el apoyo de numerosos ayuntamientos e instituciones, está logrando un desarrollo estimable tanto de este segmento, como de la práctica ciclista de los ciudadanos. Si trabajamos en este sentido, probablemente tendremos mejor posición frente a la crisis económica que atravesamos en estos momentos, y que atenaza a nuestro sector, ante el descenso de ventas, ya que no sólo podremos lograr más ventas, sino, y sobre todo, más practicantes de deporte. [ o p i n i ó n ] Explosión del deporte español A pesar del empujón que los deportistas españoles de élite están dando a nuestro deporte, el sector, que mantiene (o mantenía) un cordón umbilical con el deporte, no parece cambiar el gesto. ts20 La oferta de las tiendas deportivas se ha transformado completamente y a diferencia de hace algunos años, los éxitos deportivos ya no suponen una respuesta o relación causa-efecto en los establecimientos CARLOS GRANDE Secretario General de ANDAD

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