TradeSport 157 - Julio-Agosto 2008

ts45 sión que tienen muchos países occidentales de China está bastante distorsionada. No es, ni mucho menos, un país tercermundista. En los últimos 10-15 años he experimentado un crecimiento económico sin precedentes, y con su incorporación a la OMC se ha afianzado como una de las grandes potencias económicas del mundo. Además, como han señalado muchos analistas económicos, su potencial de crecimiento es el más alto del mundo. Al menos a corto y medio plazo. Es un mercado mucho más maduro en muchos aspectos de lo que se suele pensar desde el exterior, y muchas empresas que aterrizan en China pensando que no existe competencia local comprueban rápidamente que la realidad es muy distinta y que cada vez es más difícil entrar en el mercado. ¿Cuánta gente sabía la fuerza que tiene una marca como Li Ning en China? Aun así, esta nueva realidad no debe verse como un freno para las empresas que quieran entrar en el mercado chino; simplemente les obliga a tener un buen conocimiento del mercado, buenos contactos y, sobre todo, no deben caer en el error de pensar que es fácil crecer en China. CIUDAD TALISMÁN PARA EL MARKETING Con defensores y detractores, la realidad es que a nivel comercial la elección de Pekín está siendo muy positiva gracias al atractivo y dinamismo del gigante asiático. Ninguna edición anterior de este evento deportivo había generado tanto interés ni atraído tanto dinero. Alrededor de 50 empresas, chinas y extranjeras, han participado en los diferentes programas de marketing del Comité de organización de los juegos (Bocog), en calidad de socios, patrocinadores o suministradores de servicios. Todo ello sin contar con los grandes patrocinadores del Comité Olímpico Internacional (COI), que gozan de derechos publicitarios exclusivos en el mundo entero y habrían entregado ya un total de 900 millones de dólares, es decir un 45% más que en Atenas, según cálculos del sector. La realidad es que nada más conocerse la elección de Pekín, se comenzaron a negociar los contratos de marketing y a los pocos días se tuvieron que dejar de aceptar socios porque ya no había lugar para más. ¿Por qué tanto interés? Pues simplemente porque en China, el target más importante para la mayoría de empresas, representa 300 ó 400 millones de consumidores. Consumidores para los que, además, como señalan muchos expertos, el deporte es un vector considerado positivo para hacer pasar mensajes, es decir, para convencerles de comprar ciertas marcas. Un buen ejemplo lo tenemos, precisamente, en la marca deportiva adidas, presente en 400 ciudades con 3.500 tiendas, que se asoció al Bocog para fortalecer su presencia en el país. Erica Kerner, directora del programa de los Juegos Olímpicos de Pekín de la marca alemana lo tenía claro “Ser patrocinador de los Juegos Olímpicos en China, que es el mercado donde nuestro crecimiento es más fuerte, era imprescindible”. Pero no solo las marcas extranjeras tienen en los juegos olímpicos una oportunidad única de “promocionarse”. Las empresas autóctonas ven este acontecimiento como la mejor manera de encontrar un lugar en el extranjero y no es extraño que estén dedicando grandes esfuerzos económicos en publicidad. Sin ir más lejos, uno de los espacios publicitarios más codiciados en el mes de agosto de 2008, el que sigue al informativo de la noche, fue atribuido a la compañía Air China por más de cinco millones de dólares. EL AMAGO DE BOICOT El tramo final hacia los juegos olímpicos no está siendo nada fácil. Sin entrar en consideraciones políticas –no es el lugar para hacerlo-, el conflicto entre China y el Tibet, agravado en estos últimos meses, se ha convertido en una losa para los organizadores. Tras las violentas protestas de tibetanos en Lhasa y otras regiones de China, comenzó a tomar fuerza en algunos colectivos occidentales la idea de un boicot contra los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 para “defender los derechos humanos en China, criticar a un Gobierno que oprime a sus minorías y apostar por una mayor apertura del régimen de Pekín”. Pero, ¿cómo son tomadas estas críticas por la población china? Casi siempre olvidados por los medios occidentales, conviene tener en cuenta los puntos de vista de esos 1.300 millones de chinos, que serían los que sufrirían los efectos de semejante boicot. Además, muchos chinos ven el boicot a Pekín 2008 como un intento por frenar el ascenso pacífico que el país ha protagonizado en las últimas décadas. Y aunque es cierto –y me permito la licencia de dar una opinión pseudopolítica- que para el mundo occidental determinadas políticas sociales, judiciales y económicas del gobierno chino son incomprensibles, cualquiera que haya seguido la evolución de las últimas décadas puede afirmar que poco a poco se van permitiendo mayores espacios de libertad y que el progreso de los últimos 30 años es significativo. Aún queda un camino inmenso por recorrer, pero lo cierto es que China vive su mejor momento (económico, político y social) de los últimos 200 años. Aunque a la mayoría nos parezca poco. Quizás deberíamos mirarlo desde otra perspectiva y pensar que los Juegos Olímpicos pueden ser una oportunidad única para En China, el target más importante para la mayoría de empresas representa 300 ó 400 millones de consumidores. Consumidores para los que el deporte es un vector positivo para hacer pasar mensajes, es decir, para convencerles de comprar ciertas marcas. A pesar de los amagos de boicot las marcas patrocinadoras siempre se han mantenido firmes y nunca han tenido la más mínima intención de boicotear nada. El mercado chino pesa mucho y, además, no entra dentro de sus planes meterse en cuestiones meramente políticas. Nike ha hecho un gran esfuerzo a nivel tecnológico para destacar en Pekin

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx