ts45 dente de la Fundación para la Investigación del Clima, que maneja modelos de predicción del clima en España, sentencia: "Habrá menos nieve seguro. El calentamiento previsto es menor en invierno que en verano, pero aún así tendrá un impacto muy claro sobre el esquí". Los escenarios de cambio climático regionalizados para España sobre la alta montaña , que coordinó el Instituto Nacional de Meteorología, prevén aumentos de la temperatura máxima en invierno de unos dos grados a partir de 2040 en zonas como Lanjarón, Benasque, Jaca, Navacerrada o Reinosa. El aumento es mayor en noviembre y marzo, lo que indica que la temporada se acortará. Por si fuera poco, un informe del Ministerio de Medio Ambiente afirma que la nieve será cada vez más escasa en cotas bajas y que se han hecho "importantes inversiones en la producción de nieve artificial cuya rentabilidad a largo plazo es incierta, ya que muchas estaciones de esquí tendrán que reconvertirse en estaciones de montaña, con una oferta que vaya más allá del esquí y de la nieve". Y aunque el sector del esquí es oficialmente de los más escépticos sobre el calentamiento, comienza a rendirse a la evidencia y ya ha asumido que la cota de nieve sube paulatinamente. Pese a este reconocimiento, el sector ha optado por echar más leña al fuego y seguir aumentando el número cañones, que actualmente tienen capacidad para innivar más de 330 kilómetros de pistas, un aumento del 27% respecto a hace apenas 3 años. Esta proliferación de cañones, y el gasto energético que muchos grupos ecologistas han denunciado, serán otro escollo para el sector, que también deberá hacer frente a las crecientes críticas que recibe por el exceso de promociones inmobiliarias que se hacen alrededor de las estaciones: algunas estaciones no quieren ni oír hablar de cambio climático porque ello puede arruinar su "otro" gran negocio: la venta de casas. Los forfaits, los alquileres de botas y los restaurantes dan dinero y crean empleo, pero además, la mayoría tiene asociadas operaciones inmobiliarias. Y sin nieve no se venden pisos. Balance de la temporada anterior Desde Atudem, la Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña, se ha calificado la temporada anterior (06/07) como atípica, "caracterizada por una marcada irregularidad en las precipitaciones de nieve, acompañada de temperaturas suaves, pero que para un determinado sector de Estaciones ha sido, incluso, y en términos generales, bastante satisfactoria". En el conjunto de las estaciones asociadas la temporada alcanzó una media de 100 días para la práctica del esquí (125 en la temporada anterior), sobrepasando esta cifra el 61% de sus estaciones. La temporada 2006-07 dio comienzo el día 2 de diciembre de 2006, con la apertura al público de la Estación de Sierra Nevada. En cuanto a su clausura, fue la estación leridana de Port Ainé la última en cerrar, y lo hizo el 1 de mayo de 2007, un dato que arroja ciertas esperanzas porque significa que si nieva mucho en febrero y principio de marzo, semana santa puede ayudar a muchas estaciones y tiendas a ver el vaso medio lleno). El número de visitantes que se registraron en el total de las 28 estaciones de esquí alpino, 7 de esquí nórdico y 1 estación Indoor -incluyendo esquiadores y no esquiadores- supone una cifra de 5,24 millones, que representa un descenso de más del 25% con respecto a la registrada en la temporada anterior. En cuanto a las inversiones para este año, las estaciones adscritas a Atudem han invertido 72.596.176 euros, una cifra importante que supone un notable esfuerzo de las estaciones tras la difícil temporada a la que se tuvo que hacer frente. Se continúa con la apuesta por la mejora de la oferta turística de nieve y la mayoría de inversiones son el resultado del aumento y mejora de remontes, nuevos sistemas de innivación, servicios de restauración, aumento del número de pistas y ampliación del área esquiable. Por regiones o sistemas montañosos, la Cordillera Cantábrica es la que más ha invertido, con más de 24,4 millones de euros, seguida del Pirineo Catalán, con 18,5 millones, y del Sistema Penibético, con 18. Especialmente significativa son las cifras de Aragón, que el año pasado lideró el ranking, con 45 millones invertidos, y que este año apenas ha superado los 9. Como han señalado desde Atudem, el objetivo de la mayoría de estas inversiones es lograr que los esquiadores españoles no tengan que irse a otros países (especialmente Francia) para encontrar buenas estaciones -algo habitual en los últimos 20 años y que, con las condiciones de nieve de este año es probable que no cambie- y por el otro, lograr que los practicantes de otros países con mucha más tradición contemplen la posibilidad de visitar las pistas españolas. Y se logre o no, con buen tiempo o con mal tiempo, los datos inversores de estos últimos años reflejan y confirman claramente la apuesta que las estaciones de esquí españolas están realizando para competir en calidad con las estaciones más consolidadas del contexto europeo. Asignaturas pendientes Más allá del cambio climático y de los problemas que pueda acarrear esta nueva mala temporada tanto a estaciones como, sobre todo, a detallistas (éstos no tienen dinero público para cubrir pérdidas), es evidente que el esquí y los deportes de nieve en general arrastran otros males que les impiden crecer como cabría esperar. Es cierto que cada vez hay más practicantes -aunque crecen a un ritmo muy lento- y que determinadas modalidades como el snow o el freeride están ayudando a "captar" a un target muy importante que el esquí había perdido (muchos jóvenes habían dejado de subir a la nieve o bien por el "aburrimiento" que les provocaba el esquí tradicional o bien porque ya no era una práctica en familia y nadie les pagaba el viaje), pero también hay factores que están frenando un posible crecimiento y que, y eso es más preocupante, están dañando la imagen de este deporte. Por un lado, y ya lo hemos mencionado anteriormente, está el problema de las promociones inmobiliarias. Como en otro de los deportes tradicionalmente considerados elitistas, el golf, el esquí empieza a ver como la construcción está adquiriendo más peso que el deporte. CaAunque las ventas han sido mejores que al año pasado -no era muy difícil- la poca nieve y el recelo de muchos esquiadores, temerosos de que las cosas fueran como hace un año, han condicionado mucho la venta Las alarmas que se dispararon el año pasado y la visión catastrofista que dieron muchos medios fue un factor clave para que las cosas fueran peor de lo que podrían haber sido: es cierto que apenas había nieve en las estaciones, pero la alarma social fue determinante para desanimar a muchos esquiadores de subir a la nieve y, también, de comprar material.
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