en una red de franquicia implicará tener que soportar unos costes adicionales que no existen en el caso de abrir un comercio independiente, como el derecho de entrada y royalties de funcionamiento y publicidad. El franquiciado remunerará al franquiciador por sus servicios con un pago periódico, normalmente relacionado con la facturación. Por lo tanto un negocio "independiente" puede ser en teoría más rentable que un negocio franquiciado porque no tiene que soportar estos pagos en la cuenta de resultados. Esto es cierto sobre todo si el valor añadido que aporta el franquiciador (marca, sistema, soporte) no es mayor que el coste que suponen los royalties. Menor libertad. Una relación de franquicia proporciona el derecho, pero también la obligación de gestionar un negocio de acuerdo con el modelo del franquiciador. Esto es totalmente razonable para poder conseguir una homogeneidad entre todos los establecimientos de la cadena. Por lo tanto no se puede libremente modificar el sistema, aunque se piense que puede ser mejor para el negocio. Esta obligación conlleva también la necesidad de controles por parte del franquiciador. La influencia de otros establecimientos. Aunque lo normal sea que la existencia de muchos más puntos de venta beneficie a cualquier negocio por las sinergias que esto produce, también hay que tener en cuenta que el bajo rendimiento y capacidad de otros puntos de venta de la red pueden afectar gravemente la imagen y reputación del resto de establecimientos. Limitaciones para la venta o traspaso del negocio. Hay que tener siempre en cuenta que el franquiciador puede tener derechos de compra y de rescisión del contrato según las condiciones definidas en el mismo. FRANQUICIAS DE DEPORTE ¿Una buena alternativa? Como hemos visto anteriormente, en 2006 más de 800 empresas franquiciadoras operaban en España. Sin embargo, las cifras facilitadas por la AEF (Asociación Española de Franquicias) señalan que de éstas sólo 12 están vinculadas al sector de artículos deportivos, con un total de 742 establecimientos (535 franquiciados y 207 propios) y una facturación total que en 2006 alcanzó los 283,078 millones de euros -con una media por tienda que, en los comercios franquiciados, se situó entorno a los 300.000 euros-. Con estos resultados, las franquicias de deporte se sitúan como las decimocuartas en facturación, a años luz de los sectores más productivos: el sector Hostelería, con 116 empresas franquiciadoras, es el que mayor volumen de facturación genera (5.269 millones de euros). Le sigue el sector Alimentación, que con sólo 17 enseñas suma 4.885 millones de euros en facturación, y el de Servicios, con 115 marcas y 3.112 millones de euros. Queda claro, pues, que pese a las muchas ventajas que hemos visto que, teóricamente, tiene la franquicia, las cifras relativas a las tiendas deportivas que operan bajo este régimen son muy bajas, tanto en número de tiendas como en facturación, lo que nos lleva a preguntarnos si esta fórmula tiene cabida en el sector deportivo. Lógicamente, y pese a estas cifras, la primera respuesta tiene que ser necesariamente afirmativa, aunque sólo sea por el hecho de que hay 12 enseñas que se gestionan bajo este sistema y que algunas de ellas tienen una trayectoria suficientemente importante -en historia y crecimiento- como para confirmar que la franquicia deportiva puede ser una buena fórmula de expansión. Otro asunto es la rentabilidad que aporten…y en eso están a años luz de la mayoría de sectores (como también lo están las tiendas no franquiciadas...) Es obvio, con lo que hemos visto a lo largo del artículo, que estar bajo un régimen de franquicia puede aportar muchos beneficios. La posibilidad de tener stock 0 al final de año es, en un sector como el nuestro, una ventaja a tener muy en cuenta. Además, que una tienda de deporte tenga un margen comercial medio asegurado durante todo el año, como a priori debería garantizar cualquier franquiciador, es un argumento de peso para evaluar la posibilidad de apostar por este sistema. Si además se garantiza, como cabe esperar, un apoyo en el punto de venta constante, formación para el personal de contacto, escaparates por temporada, soluciones de merchandising permanentes, cuotas de adhesión y publicidad fijadas sobre un porcentaje de ventas igual para todos los socios, los argumentos para rechazar este sistema apenas existen. Entonces, ¿por qué hay tan pocas tiendas operando bajo este régimen? Probablemente la razón principal sea su baja rentabilidad en comparación con la que ofrecen otros sectores. Esto, obviamente frena cualquier decisión, porque la mayoría de inversores -que no necesariamente están ligados al sector y que, por lo tanto, desconocen los márgenes con los que trabajamos- no están dispuestos a apostar por una franquicia si no se le asegura una rentabilidad mínima de su inversión. Esta rentabilidad, según algunos expertos, debe oscilar entre un 15% y un 20% y, de momento, no existe ninguna franquicia en el sector de deporte que pueda asegurar estos resultados, de manera que, ante un inversor que busca rentabilidad sin importarle en exceso el sector en el que deposite su dinero -un perfil muy habitual-, los argumentos del deporte no son muy contundentes. Es cierto que, pese a todo ello, hay enseñas que tienen una cifra considerable de establecimientos franquiciados. Cadenas como Décimas (que en diez años a quintuplicado su número de tiendas), Calderón, -las dos con más establecimientos franquiciados-, Todo Sport o Pista Central siguen creciendo poco a poco. Ninguna de ellas, ni el resto de enseñas franquciadas, ofrecen el anhelado -e imposible- stock 0, y centran sus argumentos de captación en unas condiciones de compra muy buenas -mucho mejores que las que tiene un detallista independiente- y en un sistema flexible de selección de compra, con incluso la posibilidad de devolución de hasta el 20% durante el primer año. El secreto de este tipo de tiendas es que pese a no ofrecer una espectacular rentabilidad sí que tienen garantizada, por ubicaciones (centros comerciales y zonas de mucho tránsito) y por oferta (muy apoyada en marcas líderes y en primeros precios), una facturación más que acepLa franquicia sí que es una buena alternativa para las marcas que quieren abrir tiendas propias ya que pueden trabajar con mejores márgenes y garantizar stock 0 porque muchas de ellas tienen mecanismo para liquidarlos -outlets-. La mayoría de inversores no están dispuestos a apostar por una franquicia si no se le asegura una rentabilidad mínima que, según algunos expertos, debe oscilar entre un 15% y un 20%. Y de momento, no existe ninguna franquicia en el sector de deporte que pueda asegurar estos resultados. ts38 Unisport es el nuevo proyecto de franquicias de Intersport. De momento sólo tiene una tienda
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