ts36 [distribución] La franquicia: una fórmula que no triunfa en nuestro sector Pese a la importancia que tiene este sistema en nuestro país, las tiendas deportivas que operan bajo este régimen apenas representan un 1,5% del total, con sólo 12 enseñas Redacción, Barcelona tiempo estimado de lectura >>> 11 min. Uno de los sueños que comparte mucha gente es el de poder dejar de trabajar por cuenta ajena y convertirse en su propio jefe. Uno de los frenos más habituales que desmotiva a los potenciales emprendedores es el coste que supone llevar a la práctica este sueño, el elevado precio de poner en marcha un negocio. En el panorama comercial, una de las mejores opciones para convertirse en empresario es, sin duda, la franquicia, que en general, requiere una inversión menor que la necesaria para abrir un negocio y que, además, suele basarse en un tipo de negocio cuya rentabilidad ya está probada, lo que reduce en gran medida los riesgos de que la inversión que se lleva a cabo sea fallida. Pero ¿una franquicia tiene realmente garantizado el éxito? ¿Tiene siempre una mayor probabilidad obtener una buena rentabilidad que otros negocios pequeños de propiedad independiente? A priori los expertos coinciden en que sí que es una fórmula segura de éxito. El franquiciado se siente respaldado por la garantía de una marca que cuenta ya con un prestigio, una aceptación y reconocimiento, y este nuevo empresario pasa a formar parte de un grupo, pudiéndose beneficiar de los nuevos desarrollos de la cadena y disfrutar de ahorros y reducción de costes (comprar en grupo siempre es más económico), así como aprovecharse de las campañas publicitarias y de marketing, a cargo de la empresa franquiciadora. Además, el franquiciado, en la mayor parte de las ocasiones, no tiene porqué tener experiencia en el sector, ya que recibe una formación por parte del franquiciador. Aun así, ni todas las franquicias son iguales -cada sector es un mundo- ni esta fórmula carece de desventajas. Adquirir una franquicia también implica una serie de limitaciones o inconvenientes que hay que asumir. Al abrir una franquicia, se deben cubrir costos muy altos, que no existen en negocios independientes. La integración en una red de franquicia implica no tener libertad de decisión. También hay que tener en cuenta algunos problemas con los que puede encontrarse cualquier franquiciado si la gestión del franquiciador no es todo lo deseada que se puede esperar. Además, el franquiciador puede tener el derecho a compra de la franquicia así como a la rescisión del contrato en cualquier momento. Además, el bajo rendimiento de otros puntos de venta puede afectar a la imagen de nuestro establecimiento. De todo ello hablaremos más adelante. ¿QUÉ LLEVA A UNA EMPRESA A FRANQUICIAR? Resulta evidente que la franquicia es actualmente uno de los sistemas de expansión empresarial más empleado y desarrollado de las economías modernas. En España, este sistema alcanzó en 2006 una facturación de 23.489 millones de euros, un 31% más que el año anterior, y duplicando su volumen de facturación respecto a 2002. El número de empresas franquiciadoras que operaban en España a finales del año pasado era de 804, con un total de 56.039 tiendas. Con estas cifras, parece evidente que cualquier empresa que goce de un adecuado posicionamiento en su entorno de actuación y que cuente con ciertas perspectivas de crecimiento, no puede dejar de ver en la franquicia una de las alternativas más rentables y eficaces para su expansión. Eso sí, siempre que se puedan garantizar al franquiciado las ventajas propias a esta fórmula. Las grandes ventajas que, a priori, puede ofrecer a cualquier empresa un proyecto de franquicias son: la reducción de los costes de expansión; una mayor amplitud y rapidez de crecimiento del negocio; la minimización de riesgos a partir de la atomización de las necesidades de inversión; la simplificación de los procedimientos de administración del negocio respecto a una organización vertical propia y extendida; y la reducción de los costos operativos gracias a una economía de mayor escala. En cuanto a los inconvenientes, es obvio que la rentabilidad unitaria es más baja, ya que la misma consistirá en un porcentaje de los beneficios del franquiciado, se dará una dispersión y relativización del control y dominio de la franquicia en cada expresión local, y se necesitarán estructuras de mayor sofisticación para atender las necesidades del sistema. Obligaciones del franquiciador. Un decálogo imprescindible Cuando una empresa sopesa la posibilidad de iniciar un proyecto de expansión basado en las franquicias debe tener en cuenta, antes que nada, que como franquiciadora tendrá una serie de obligaciones que deberá cumplir a raja tabla, pues de ello dependerá que las ventajas que acabamos de describir sean reales y no teóricas. ¿Cuáles son estas obligaciones? Aunque la lista es más larga, hay diez condiciones indispensables para esquivar el fracaso. Disponer de una marca, producto o servicio debidamente registrado e introducido en el mercado con éxito probado y que pueda ser fácilmente transmisible. Saber transmitir a sus franquiciados el know-how de la franquicia. Tener capacidad financiera y solvencia profesional. Contar con la infraestructura suficiente para proporcionar el servicio adecuado a las necesidades. Estar asesorado permanentemente de los últimos avances, tanto a nivel técnico como de marketing. Saber evaluar las diferentes zonas geográficas y tener capacidad para proporcionar exclusividad de zona. Disponer de tiendas piloto, como mínimo dos, que demuestren la rentabilidad de la franquicia al franquiciado. La actividad que desarrolla debe El número de empresas franquiciadoras que operaban en España en 2006 era de 804, con un total de 56.039 tiendas. De éstas, sólo 742 (207 propias y 535 en franquicia) pertenecen al sector deportivo La franquicia es una fórmula muy consolidada en el sector de la hostelería
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