TradeSport 148 - Octubre 2007

rock como fenómeno cool, popular y masivo, nada más que un acto de revivalismo puro y duro que aun así ha conseguido cambiar, una vez más, las preferencias estéticas de la juventud: pantalones pitillos, delgadez demacrada, cinturones de tachuelas y, por supuesto, las Converse All-Star como buque insignia. Referentes predilectos de modernos, adolescentes y puretas, siempre han acompañado la estética del rock en su larga travesía: ya reinaban en el boom del grunge en Seattle, en la escena indie-rock de finales de los 80 y también en el universo hardcore y punk de los 80. Nunca se fueron, pero algunos seguimos pensando que las All-Star son las bambas favoritas del público al que no le gustan las bambas tal y como las conocemos y entendemos. Y lo mismo podemos aplicar a Vans, otra marca nacida con una finalidad muy concreta (skate y patinadores de la costa oeste estadounidense) y que el paso del tiempo, el poder de influencia de la música y los cambios de corriente de la moda, han acabado situándola entre el calzado predilecto de las escenas hardcore, metal y rock contemporáneas. Sus patrones estéticos no engañan a nadie y permiten entender perfectamente por qué tienen un calado tan pronunciado entre su público. Mientras los sneakerheads quemaban neuronas y cepillos de dientes intentando mantenerlas impolutas, los usuarios de Converse o Vans no estaban satisfechos hasta que sus zapatillas presentaban las heridas de guerra pertinentes. Otro mundo, otros códigos, otros intereses. HIP HOP Cuando toca hablar del auge popular de las zapatillas y hay que señalar culpables, el hip hop y su influencia mastodóntica en todo el mundo no tienen problema en levantar la mano y asumir responsabilidades. La estética de los rappers ha resultado clave en la impronta del streetwear entre el público más joven: pantalones anchos, sudaderas con capucha y, por supuesto, sneakers de primeras marcas internacionales. Los chavales imitan a sus ídolos, desde hace un tiempo con predominio de los artistas rap, y se visten como ellos, claro. y por supuesto se empieza por los pies. EL acuerdo entre Run DMC y Adidas en los lejanos 80 abrió la veda, sin tan siquiera proponérselo, de una colaboración que hoy en día está más que asumida. Pero en su momento provocó un revuelo considerable muy beneficioso, sobre todo, para la propia marca alemana, que aumentó sus ventas en Estados Unidos de una forma notoria. Ese incremento en las ventas ha sido un claro denominador común a lo largo de los 90 en las empresas que apostaban decididamente por el rap como una vía de expansión popular, incluso para creadores de ropa como Phat Farm o Ecko que no tuvieron ninguna duda a la hora de crear líneas de zapatillas al margen de sus patrones textiles más habituales. La comunidad musical afroamericana ha ido marcando tendencia hasta el punto de ser el principal factor de la revitalización masiva de las Air Force 1 a finales de los 90. Cuando Jay-Z apareció con sus AFl blancas en videoclips y grandes acontecimientos, casi por efecto dominó las calles recuperaron de una forma mayoritaria ese modelo y el globo volvió a hincharse hasta llegar al presente. Los iconos rap son como gurús o mesías seguidos por miles de fieles que se vestirán como ellos y comprarán todo cuanto tenga relación con ellos. Los acuerdos de Reebok con Jay-z y So Cent, de Pony con Snoop Dogg, de Puma con Ludacris, o de 310 con The Game, han propiciado un incremento abrumador de las ventas de unas marcas que, sobre todo en el caso concreto de Reebok, no gozaban del beneplácito total de las calles. MODA Se podría afirmar que uno de los grandes causantes del definitivo asentamiento de las zapatillas en los hábitos de consumo y vestimenta de todo tipo de público ha sido su reciente pero muy fructífera relación con el mundo de la moda. Ambos han dibujado desde mediados de los 90 hasta hoy una relación progresiva y al alza que ha repercutido en colaboraciones históricas entre marcas y diseñadores de relumbrón que han ayudado a darle empaque, solera y prestigio a un producto muchas veces vilipendiado por los cánones estéticos más estrictos. Y es que el listado de marcas que han conseguido estrechar lazos con firmas de prestigio es ilimitado. A día de hoy, además, la sucesión de este tipo de acuerdos es constante y fluida, y ya nadie se sorprende al ver cómo Marc Jacbos se deja seducir por Vans, cómo Yohji Yamamoto promueve una nueva línea dentro de Adidas, cómo Alexander McQueen, Yasuhiro Mihara o Neil Barrett diseñan para Puma, cómo Hiroshi Fujiwara aporta su grano de arena a las Air Force 1 o las Dunk de Nike, cómo Paul Frank cede sus personajes a Pro-Keds o Vans, cómo John Varvatos o Giles Deacon se alían con Converse o cómo Jeff Staple, los creadores de Supreme, Zoo York o Stussy trabajan codo con codo con Nike SB, entre muchos otros. No es casual que en menos de tres años hayamos visto florecer todas estas colaboraciones, pues desde los mismos estamentos de la moda se nos está diciendo, con todos estos trabajos, que para vestir bien, marcarse una personalidad propia y no quedarse atrás, las bambas juegan un papel decisivo y absolutamente irrenunciable. Y por supuesto, si las firmas que dirigen y teorizan sobre cómo se viste y se vestirá la gente aceptan y promueven ese nuevo rol de las zapatillas, entonces no hay duda que se le está otorgando esa apariencia de seriedad, rigor y trascendentalismo que se sabía fundamental para normalizar su situación. Se podría decir que ha conseguido ascender a la primera división, y todo indica que su carrera en las altas esferas no será flor de un día. Si las firmas que dirigen y teorizan sobre cómo se viste y se vestirá la gente aceptan y promueven ese nuevo rol de las zapatillas, entonces no hay duda que se le está otorgando esa apariencia de seriedad, rigor y trascendentalismo fundamental para normalizar su situación. La entrada de los sneakers en el circuito moderno, casual y fashion supone una revolución en el ámbito de la moda. Todas las firmas importantes de ropa se han adentrado en ese erritorio y muchas de las grandes marcas de streetwear tienen en cuenta ese complemento a la hora de perfilar sus colecciones de temporada. Artículo escrito por David Broc para la revista GO (www.go-mag.com) ts42

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