Redacción, Barcelona Uno de los temas que, sin duda, está generando más debate en nuestro sector, sobre todo desde hace alrededor de cinco o seis años, es el creciente poder que está adquiriendo la moda deportiva. El auge del llamado sportwear y de otros subsegmentos surgidos de éste, como el lifestyle -un nombre que responde más a estrategias de marketing que a una nomenclatura con sentido-, ha cambiado radicalmente las reglas de juego del mercado y, especialmente, la oferta de las tiendas. Los factores de este fuerte crecimiento son diversos, aunque destaca, sobre todo, una nueva cultura del vestir, mucho menos formal y en la que el look deportivo ha ganado terreno al estilo más clásico. A éste y otros factores, además, habría que añadir la caída en barrena de la práctica deportiva, la verdadera culpable, probablemente, de que las tiendas multideporte se hayan visto obligadas a apostar por la moda deportiva en detrimento de lo atlético: al fin y al cabo, para sobrevivir, tienen que responder a la demanda, y hoy por hoy esa demanda se basa, en alrededor de un 80%, en el sportwear. Ante este cambio, las marcas generalistas son las que han sufrido mayores transformaciones. La mayoría de especialistas, tanto en textil como en calzado, están sobreviviendo a la progresiva pérdida de público objetivo y siguen apostando fuerte por el desarrollo de productos técnicos. Algunas se han atrevido con colecciones más urbanas, pero generalmente siguen centrando su negocio en artículos pensados para la práctica; las marcas generalistas, sin embargo, han tenido que cambiar considerablemente su oferta y avanzar descaradamente hacia el sportwear. Es cierto que en algunos segmentos atléticos siguen siendo un referente, como en el fútbol, por ejemplo, pero el peso de las especialistas en la mayoría de deportes empieza a ser más fuerte que su marca, de manera que con el sportwear han visto una buena ocasión para crecer sin tanta competencia. El problema, llegados a este punto, es que muchas de estas marcas han querido ir más allá del canal y entrar con fuerza en el mundo de la moda. Y allí, la competencia es mucho peor que la que podrían encontrar en el segmento. Pero éste es otro tema. Dejando de lado el textil, del que ya hablamos en anteriores artículos, el calzado no ha escapado a estos cambios. Al contrario, probablemente fue la familia donde primero se evidenciaron, sobre todo por la rápida "deportivización" que hicieron las grandes marcas del mundo de la zapatería. Sería complicado concretar si quien impuso con fuerza el calzado deportivo fueron las marcas de nuestro sector o las marcas del mundo del calzado, pero es obvio que cuando estas últimas dieron el importante paso, hará más de una década, de comenzar a lanzar colecciones con un look más urbano y menos formal, las marcas de deporte vieron un filón importante y comenzaron a diseñar modelos deportivos que pudieran salir de las pistas y los campos. La progresión en este sentido fue un poco lenta al principio, pero con el empujón que en su momento dieron marcas como Converse, Puma, adidas, o, más adelante, algunas vinculadas al mundo outoor, el calzado casual, urbano o como se le quiera llamar, empezó a emerger en nuestro segmento hasta convertirse en la familia con más ventas del calzado. En este camino, además, muchas marcas con orígenes deportivos se han especializado en calzado de este tipo, convirtiéndose, junto con las marcas ya mencionadas, en verdaderos iconos del calzado urbano. Muchas de ellas, incluso, han conseguido adquirir un estatus de exclusividad dentro y, sobre todo -porque eso es lo que perseguían- fuera del canal. Pero de eso ya hablaremos más adelante. Calzado atlético: a expensas de la práctica Si nos centramos en el calzado atlético, y como hemos dicho en la introducción, se trata de un segmento que está a expensas de la práctica deportiva. Más allá del debate que podría llevarse a cabo sobre la responsabilidad de las marcas a la hora de potenciar la práctica -algo que tarde o temprano deberíamos haceres evidente que al calzado atlético es el que más ha sufrido los cambios experimentados en el sector. Su evolución dentro del sector depende, en gran parte, del segmento al que pertenecen, porque no todos han llevado una evolución similar y, sobre todo, porque no todos, por sus características, han podido adaptarse a la nueva demanda Así, en los pocos segmentos atléticos que han conseguido crecer, el calzado se ha convertido en una pieza clave del buen comportamiento, mientras que en los que siguen perdiendo adeptos, obviamente el calzado es el que ha salido peor parado. Es el precio de haber conseguido que la gente comprenda la importancia de utilizar un calzado apropiado: concienciar al consumidor de la importancia del textil sigue siendo una asignatura pendiente, así que cuando hay un retroceso en las ventas de un segmento atlético, es el calzado quien sale perdiendo. Outdoor: el calzado gana cuota Si nos centramos en los deportes atléticos que están creciendo en los últimos años veremos que la mayoría de ellos están vinculados al segmento del outdoor, que ha experimentado un fuerte crecimiento en practicantes. Además, su práctica requiere el uso de calzado técnico específico, de manera que el auge de practicantes ha conllevado un aumento de las ventas en los últimos años. Aun así, y pese al fuerte desarrollo del mundo outdoor en la mayoría de países europeos -que ha fortalecido a muchas marcas del sector-, en nuestro país las ventas de calzado outdoor están a mucha distancia de las de países como Alemania, Inglaterra, Irlanda o los Países escandinavos, de manera que el El estilo deportivo se impone en la calle [calzado] ts36 El calzado atlético tiende a la baja. La práctica no remonta y la nueva cultura urbana, mucho menos formal, ha aceptado sin reparos el calzado casual o urbano y las tiendas tienen muy clara su apuesta Hace diez años muy poca gente se hubiera creído que el calzado con look deportivo acabaría representando un volumen de ventas tan importante como el que ahora representa.
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