TradeSport 146 - Julio-Agosto 2007

Redacción, Barcelona Aestas alturas todo el mundo coincidirá en que el mayor cambio que se ha dado en estos últimos años en nuestro sector, más allá de las crecientes fusiones entre empresas o las nuevas estrategias de las marcas en cuanto a la distribución de sus colecciones, es el auge del llamado sportwear o sportstyle que, con más o menos exclusividad, engloban todo aquello que está relacionado con la moda deportiva o, en términos más generales, con el estilo deportivo. Es decir, ropa de calle con look sport. Este cambio, que puede verse tanto en las colecciones de las marcas como en la oferta de las tiendas, responde a dos aspectos clave: por un lado, la demanda -de los consumidores-, generada en su momento, como casi siempre, por un reducido grupo, y más tarde asumida y reinterpretada por la moda, que acabó trasladándola a la calle y popularizándola; y por otro lado, por la competencia que ha supuesto Decathlon para muchas marcas y, sobre todo, para muchas tiendas, que acertada o erróneamente, han preferido hacer un giro radical hacia la moda deportiva pensando que con lo atlético tenían pocas posibilidades de mantenerse. Las cifras que manejan algunos estudios señalan que, actualmente, más del 80% de las ventas que se llevan a cabo en el canal están relacionadas con el sportwear. Si a este porcentaje añadimos las ventas de moda deportiva que no se llevan acabo en el canal -no olvidemos que esta tendencia también se ha impuesto con fuerza en el mundo de la moda- parece obvio que lo que en su día nació como una moda, se ha convertido ya en un estilo de vida que difícilmente desaparecerá. ¿Ahora bien, quien sabrá sacar mayor partido de estos nuevos estilos? El volumen de ventas de textil y calzado en España es lo suficientemente importante como para que todos los canales implicados en estas ventas -especialmente deporte y moda- intenten ganar terreno. De momento, debemos ser lo suficientemente nobles como para aceptar que la batalla, por extraño que parezca, la está ganando el mundo de la moda con su ya conocido estilo sport, bautizado, también como lifestyle (un nombre elegido, quizás, para no verse con la obligación de establecer un vínculo directo con el deporte…). Y de la misma manera que debemos ser conscientes de que la moda nos está ganando una carrera en la que nosotros partíamos con ventaja -el sector, por lógica, debería abanderar cualquier movimiento estético que tuviera su influencia en el deporte-, también debemos ser lo suficientemente objetivos como para darnos cuenta de que esta moda ha marcado claramente el límite entre ella y el deporte, y aunque ahora un porcentaje muy alto de las colecciones de las grandes marcas del mundo de la moda -y no me refiero a los diseñadores consagrados- están claramente inspiradas en el estilo deportivo -¡incluso se atreven a diseñar chándales (exclusivos, claro), algo insospechable hace una década-, este mundo sigue renegando del deporte, aunque sea en voz baja. Una prueba evidente de ello es que en la recién celebrada Bread & Butter, que pasa por ser la feria por excelencia de "ropa de calle", sólo estaban presentes 41 marcas deportivas, que representaban apenas un 4% del total de expositores. Además, por mucho que alguien insita en lo contrario, su presencia tiene como objetivo "abrir nuevas vías de negocio", un eufemismo que en el fondo sólo significa que están intentando colarse o abrirse hueco en el canal moda -en determinadas boutiques-, conscientes de que parte de su crecimiento, tal y como están las cosas en nuestro sector, depende de ello. Los detallistas, por su parte, no acuden a la BBB para conocer las novedades de las marcas del sector -muchas veces ya las conocen- sino para intentar descubrir nuevas marcas que puedan encajar en sus renovadas tiendas o para intentar convencer a algunas de las principales marcas del mundo de la moda más urbana para que les vendan. La realidad, así pues, es bastante evidente: a pesar de que la moda hizo un esfuerzo para dejar atrás muchos de los prejuicios que tenía hacia el deporte, por considerarlo, por decirlo de alguna manera, "estéticamente vulgar", ésta siempre ha querido dejar bien claro que entre uno y otro mundo había una línea divisoria. Algunos han intentado convencernos de que esta línea era cada vez más débil, pero desde la moda se ha insistido -bajo la bandera de la exclusividad, del precio o del diseño- en dejar bien claro que la línea existe y es mucho más visible de lo que pueda parecer. El canal puede ser suficiente Pese a esta obsesión de algunas marcas por entrar en el canal moda -intentando emular los pasos de marcas como Puma o adidas que sí lo han logrado- como única alternativa para crecer, los cambios experimentados son lo suficientemente importantes como para que nos demos cuenta de que explotar la moda deportiva en nuestro propio sector ya puede ser lo suficientemente rentable como para no perder energía y dinero obsesionándonos por una panacea que no existe. Así, si miramos la evolución de nuestro sector independientemente de la moda, veremos como el llamado sportwear/casualwear de marcas deportivas y el espectacular crecimiento del X-wear (una tendencia que, por esencia, siempre será exclusiva del sector deportivo) tienen aún suficiente potencial y demanda como para que quienes quieran explotar la moda deportiva puedan hacerlo en el canal -y con marcas del canal-. Podremos discutir la conveniencia o no de que las tiendas de deporte cambien su oferta como lo están haciendo y que lo atlético cada día tenga menos presencia en estas tiendas, pero lo que es cierto es que la moda deportiva en tiendas de deporte aún tiene la demanda suficiente como para que el cambio esté justificado -y sea rentable-. Y aunque es cierto que quizás el target de este tipo de artículos no es el target que compra en el canal moda -con mucho más poder adquisitivo y, por lo tanto, mucho más atractivo-, no menos cierto es que muchas marcas deportivas, especialmente las Se impone el estilo deportivo [sportwear] ts40 Pese a la obsesión de algunas marcas por entrar en el canal moda, los cambios experimentados en el sector son lo suficientemente importantes como para que estas marcas se den cuenta de que distribuir sus colecciones urbanas sólo en nuestro canal también puede ser rentable La fuerza que están tomando las marcas gliss y el cambio que han llevado a cabo muchas marcas atléticas, apostando muy fuerte por la moda deportiva, han transformado completamente el sector

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