opinión Ganar (poco) dinero; perder imagen Hace algunos días un detallista nos advertía, vía mail, de la preocupante proliferación de páginas web que se dedicaban a la venta de stocks de material deportivo. Por poco que uno navegue por Internet se habrá dado cuenta de que en estos últimos años se han multiplicado este tipo de webs que venden productos de marcas conocidas a precios "muy asequibles". Estas páginas se dedican, básicamente, a vender los stocks de las grandes marcas del mundo de la moda y, en estos últimos meses, de las líneas más urbanas de las principales marcas de deporte. En esta suerte de outlets virtuales uno puede encontrar, con demasiada frecuencia, calzado, textil y complementos de las grandes multinacionales del sector deportivo. Y todo a un precio simplemente increíble. Obviamente, para el consumidor este tipo de páginas son un chollo porque encuentra modelos con descuentos que pueden superar, perfectamente, el 70% (lo que supone una venta por debajo de su coste). Es cierto que, en muchos casos se trata de modelos descatalogados pero en cualquier caso son una buena oportunidad para quienes quieren llevar la marca y no les importa "ir a la última". El verdadero problema, teniendo en cuenta que la mayoría de consumidores cada día parecen más despreocupados de lo que es una novedad y lo que es de temporadas anteriores, lo tienen tanto los detallistas -que, ni por rentabilidad ni por ética, pueden vender los nuevos modelos a esos precios, como las marcas -que por mucho que consigan liquidar su stock y vaciar almacenes, están lapidando su imagen de marca de una manera quizás irreversible. Desde que hace algunos años palabras como crisis o madurez empezaron a sonar con fuerza en nuestro sector, las marcas parecen tener la necesidad de vender a toda costa sus "restos" para facturar. Y así no es raro que uno pueda encontrar, por ejemplo, unas zapatillas casual que en su momento tenían un precio cercano a los 80 euros, por poco más de 20. Y puesto que se supone que la web ganará algo de dinero -como todo negocio vivirá de sus márgenes-, es más que probable que el precio que haya obtenido de la marca aún es más bajo de lo que parece. Seguramente no tengan mucho en cuenta la importancia de la imagen de marca (y la imagen del sector en general) y piensen que es mejor ganar poco que no ganar nada… Si a esta situación le añadimos el daño que muchas grandes marcas se dejan hacer por cadenas de primer precio, por Decathlon o por algunos grupos, que las utilizan única y exclusivamente para generar tráfico -con precios excesivamente bajos como reclamo- el problema es aún mucho peor Como decía nuestro lector "que las grandes empresas del sector estén abriendo cada día más puntos de venta monomarca es un problema, pero lo que más miedo nos debería dar al sector es que, a su vez, empiecen a tirar los precios de esa forma porque devalúan su propia marca, dañan la imagen del sector y confunden al consumidor final". Se puede decir más alto, pero no más claro. RAUL BERNAT Redactor (raul@gescode.es) Puede que el sector deportivo esté inmerso en su tercer gran cambio. Después de las agrupaciones, que comenzaron en los años 60, y de la proliferación de grandes superficies en las periferias, en los 80, el comercio especializado de artículos deportivos se encuentra enfrentado esta vez a nuevas dificultades, que se podrían analizar bajo la forma de los cinco lados de un pentágono. El en primer lado estaría la proliferación de la oferta de bienes y servicios de ocio, en la cual el artículo deportivo ha dejado de ser la estrella. Las cifras indican que las decisiones en los presupuestos de los hogares se dirigen cada vez más hacia los ámbitos de la telefonía/audio/vídeo, o el equipamiento de la casa. El segundo lado muestra la importante progresión de la venta directa bajo sus dos aspectos. Las tiendas monomarca ya representan en Francia más de 264.000 metros cuadrados de superficie comercial y actualmente se están estudiando una quincena de nuevos proyectos. Los grandes proveedores están cada vez más presentes en la red, a través el "pure-players" o bajo sus propios medios. En ambos casos, es el comercio detallista y sus 50.000 empleos quienes podrían verse afectados. El tercer lado es, precisamente, este nuevo reto que representa Internet. El comercio al por menor no puede ignorar más este escaparate abierto las 24 horas del día y sin fronteras. Es una cuestion compleja para el comercio integrado pero aún más para el comercio asociado, que a las dificultades inmobiliarias y sociales se ve añadir, por el desarrollo de un lugar central, las de correr el riesgo de penalizar a sus propios miembros. El cuarto lado es el del increíble movimiento de concentración que se ha dado entre nuestros proveedores desde hace dos años: Salomon/Amer; Rossignol/Quiksilver; Reebok/adidas; Oxbow/Lafuma... El desequilibrio en la relación de fuerzas industria/comercio podría aumentar aún más. Para la distribución, la adhesión a un grupo o empresa, el crecimiento y la internacionalización o la aparición de nuevas asociaciones entre marcas y empresas, serán respuestas a esta obligación de reequilibrio. El quinto lado podría ser el cambio climático. El verdadero impacto del tiempo en nuestra actividad, impulsará a las empresas a protegerse de un riesgo que se ha convertido en demasiado grande; el riesgo de los inviernos demasiado suaves, los veranos lluviosos y las estaciones menos nevadas. ¿Podría comenzar una "desespecialización"? Las cifras del mercado francés en 2006 son significativas: por primera vez en 20 años no se ha progresado. ¿Será una coincidencia, o la confirmación de que el sector está, verdaderamente, en el centro del pentágono? En el centro del pentágono Pierre Gogin Director de Filiere Sport Artículo publicado en el número 07.30 www.filieresport.com
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