TradeSport 145 - Junio 2007

Desde hace muchos años las rebajas han sido uno de los temas más controvertidos del panorama comercial. Muy esperadas por los consumidores, para las tiendas, este periodo, a pesar de representar una buena oportunidad para desprenderse de stocks, también constituye una época en la que, a pesar de vender más -supuestamente-, se pierde mucho margen. El problema principal que denuncian un porcentaje muy alto de los comerciantes -en la mayoría de sectores- es que este periodo es excesivamente largo -una media de dos meses tanto en verano como en invierno, es decir, una tercera parte del año- y, sobre todo, que comienza demasiado pronto. Este segundo aspecto, quizás menos preocupante en verano -al menos aquí en España- es muy significativo, ya que en una de las épocas con mayores ventas (navidad), las tiendas se ven casi obligadas a estar de rebajas y, por lo tanto, a perder margen. Además, en los últimos años, estas rebajas invernales ya ni siquiera comienzan el día después de reyes -algo que en su momento sirvió para que, al menos, las ventas de navidad y reyes no acarrearan pérdidas al comerciante- sino que en muchas autonomías comienzan el día 2 de enero. Aun así, también es cierto que para algunos comercios este adelanto es positivo porque incentiva las ventas -aunque sea de rebajas- para los reyes, ventas que quizás no se harían si las rebajas comenzarán el 7 (con los regalos ya hechos). Sea como sea, el problema del adelanto de fechas no se limita sólo a que se coincida de lleno con las fechas navideñas. Es mucho más complejo y tiene que ver, sobre todo, con la climatología: con las rebajas a principios de año, y con los inviernos cálidos que estamos pasando, los consumidores son capaces de esperarse hasta principios de enero para comprar su ropa de abrigo, "cargándose" por completo la temporada de otoño (octubre-noviembre). Y aunque es difícil saber si también se esperarían a febrero (sobre todo en inviernos calidos), es probable que retrasándolas un mes las cosas podrían cambiar sustancialmente. Las asociaciones piden cambios La problemática de las rebajas lleva años en boca de la mayoría de asociaciones de comerciantes. La administración central y los gobiernos autonómicos -que, en definitiva son quienes pueden regular estos temas- conocen perfectamente el problema, aunque se encuentran ante la dificultad de lidiar entre los intereses de los comerciantes y los de los consumidores. Y partiendo de la base que para ellos lo importante son lo votos, es decir, el consumidor, no parece extraño que no tengan mucha intención de hacer caso a los comerciantes. Una de las asociaciones que más ha luchado para defender sus intereses en este asunto es la Fundación Comerç Ciutadà, compuesta por comerciantes catalanes, que insiste desde hace tiempo en que debería cambiarse la normativa que regula las rebajas y, además, retrasarse hasta finales de enero (en el caso de las de invierno). Según este colectivo, la razón es contundente: "el actual calendario de rebajas no responde a la demanda real del mercado". Como muchas asociaciones de comerciantes, esta fundación critica la desproporción que existe entre las épocas de rebaja, cuatro meses al año, y la demanda de los consumidores, y denuncia que un periodo de rebajas tan largo "sólo interesa a quienes disponen de recursos suficientes para hacerse con determinadas cuotas de mercado". Las quejas, obviamente, no se escuchan sólo en Cataluña. Desde la Confederación de Empresarios del Comercio de Andalucía (CECA), una de las más importantes del país, llevan años presionando a la Junta (el gobierno autonómico que, como en muchas comunidades, tiene potestad para regular los horarios comerciales) para que atrase las rebajas al mes de febrero y evite, así, que los consumidores no esperen a enero para hacer sus compras de invierno. Para esta organización, y como argumentan los grandes detractores del pronto incio de las rebajas "al desplazarse las rebajas, los consumidores se verían obligados a comprar la ropa al comienzo del invierno y después de Navidad sin las expectativas de las rebajas, que serían a partir de febrero". Esta iniciativa tiene su lógica, puesto que algunos estudios han señalado que los consumidores dejan de hacer sus compras de invierno 30 días antes de las rebajas. La realidad es que la coyuntura actual hace que el consumo en España -y en la mayoría de países de Europa- no esté en los niveles habituales, de manera que las grandes cadenas de distribución -incluidas las de deporte- ponen en marcha cada año, sobre todo en invierno, una campaña adelantada de rebajas (a veces camuflada) con el fin de incentivar a los consumidores y animar las compras navideñas. Esto, para estas grandes cadenas, no supone un problema, porque su volumen de ventas es tan grande que los márgenes, aunque se reduzcan, siguen siendo considerables - y muy rentable-. Sin embargo, para el pequeño comercio (independiente o no), renunciar a parte del margen no siempre se compensa con un aumento de ventas. Si además, para liquidar stock este margen aún se reduce más -con precios excesivamente bajos- la problemática aún se agrava más. Las rebajas en el sector deportivo Todos los problemas que generan las rebajas a nivel general también ts38 [comercio] Rebajas: demasiado largas... y demasiado pronto Las rebajas son uno de los mayores reclamos del comercio deportivo, pero su excesiva duración, y los exagerados descuentos que hacen muchas tiendas, ponen en jaque su rentabilidad Varias asociaciones llevan años presionando a las administraciones para que retrasen las rebajas de invierno y evitar, así, que los consumidores se esperen a enero para hacer sus compras

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