TradeSport 144 - Mayo 2007

ts32 las marcas del sector llamará la atención del mundo de la moda, donde de la mujer tiene un peso infinitamente más importante que el del hombre. A pesar de lo que acabamos de decir, una de las grandes ventajas que tiene el sportwear femenino es que muchas marcas, grandes y pequeñas, pueden convertirse en tendencia, porque a diferencia de los hombres, las mujeres no son, generalmente, demasiado marquistas y, por lo tanto, no tendrán preferencias para elegir a las grandes marcas que, tradicionalmente, han vendido apoyadas en su historia y en su imagen de marca: la mujer prefiere priorizar, antes que nada, el diseño de las prendas y su calidad, de manera que muchas marcas que en otros segmentos tienen mucha dificultad para hacer frente a las grandes del sector, pueden tener en la mujer una nueva alternativa para crecer y hacer frente al "monopolio" que las líderes tienen en la categoría hombre. Los comercios: papel clave Hasta ahora parece que toda la responsabilidad sobre el futuro de la categoría mujer en el sector de artículos deportivos deba recaer sobre las marcas, pero no es así. Al contrario: si el papel de las marcas para potenciar esta categoría es importante, la responsabilidad del comercio podríamos catalogarla como vital. Y de momento las cosas no se están haciendo como cabría esperar y la progresión de las marcas no va acompaña de un cambio por parte de las tiendas (de la mayoría). Conseguir que la mujer se sienta seducida por prendas de marcas deportivas servirá de poco si después no siente ningún interés por entrar en las tiendas de deporte. Y eso es un problema para el sector, porque obviamente las marcas no renunciarán a vender sus colecciones femeninas y la única alternativa que tendrán para darles salida será abriendo camino en otros canales. Puede que el auge del sportwear, que está conllevado, también, un cambio en la estética de muchas tiendas, sirva para que la mujer deje atrás los prejuicios que parece arrastrar acerca de las tiendas de deporte, excesivamente masculinas, y se anime, no sólo a comprar moda deportiva de marcas deportivas, sino que lo haga en tiendas de deporte. La idea es muy simple: a la mujer se la conquista por la vista mucho más que al hombre. Ellos se preocupan muy poco de cómo es la tienda y de cómo está todo presentado. Van a lo que van. Ellas, en cambio, cuando compran para sí mismas, tienen que sentirse cómodas en la tiendas. Y para ello, obviamente, es necesario que la estética de la tienda sea acorde con lo que ellas buscan y, sobre todo, que el exterior sea un reclamo lo suficientemente llamativo como para que la mujer se pare y entre. La mujer, tradicionalmente, siempre ha preferido el canal moda para comprar. Si además este canal moda cuida al detalle la estética de sus tiendas, tiene colecciones más atractivas, más económicas y, sobre todo, más extensas (y cambiantes), las posibilidades de convencerla para que vuelvan a las tiendas de deporte sin ofrecerles lo mismo - o algunas de estas "ventajas" serán mínimas. Nos guste o no, las decisiones de compra de las mujeres son, como señalan algunos expertos, más reflexivas, y por lo tanto, más exigentes, que las del hombre. La estética de la tienda y su capacidad para "captar" la atención serán aspectos fundamentales para que la mujer se decida a comprar en ellas, sobre todo, como hemos dicho, si busca ropa de calle. Para mantener un comercio, en los tiempos actuales, se necesita ser atractivo al consumidor porque cada día es más exigente. Futuro esperanzador Los datos reflejan el creciente poder de la mujer en las decisiones de compra de la práctica totalidad de productos. Su capacidad de consumo, además, se multiplicado en estos últimos años, de manera que, como hemos dicho, se ha convertido en uno de los targets más importantes en todos los sectores, desde el automóvil hasta el hogar, sin que el deporte sea una excepción. Las marcas del sector -con muchas más intensidad que las tiendas- ya se han dado cuenta de la importancia de las colecciones para mujer, y aunque hoy por hoy su crecimiento en el sector aún es lento, el potencial de esta categoría es lo suficientemente interesante como para que se siga apostando por ello. Obviamente el sector tiene muchas asignaturas pendientes y antes que nada debe conseguir que la mujer deje de ser sólo una compradora de deporte y se convierta en consumidora. No será fácil porque durante muchos años el sector, por sus características, casi la ha obligado a irse a los canales alternativos, pero la capacidad de muchas marcas para adaptarse a los gustos de ellas y, sobre todo, el peso que hoy por hoy tiene la moda deportiva en los comercios, puede ser un buen revulsivo para que "regresen". En definitiva, el sector debe conseguir que la mujer acuda a las tiendas de deporte para algo más que para comprar ropa técnica, porque el porcentaje en ventas de este tipo de artículos está muy alejado del que se podría conseguir con el sportwear si la mujer dejará atrás los prejuicios que aún arrastra sobre las tiendas de deporte. Por lo pronto, lo primero que deberíamos hacer es dejar de sorprendernos cada vez que una marca presenta una novedad diseñada especialmente para la mujer. Mientras veamos el material para ellas como algo insólito, mala señal, porque significará que sigue siendo algo inusual. Si superamos esta situación, el camino será mucho más plácido, mucho más largo y, sobre todo, mucho más rentable. La capacidad de muchas marcas deportivas para adaptarse a los nuevos gustos de las mujeres y, sobre todo, el peso que hoy por hoy tiene la moda deportiva en los comercios, puede ser un buen revulsivo para que las mujeres "regresen" al canal Conseguir que la mujer se sienta seducida por prendas de marcas deportivas servirá de poco si después no siente ningún interés por entrar en las tiendas. Y eso es un problema para el sector, porque las marcas no renunciarán a vender sus colecciones y la única alternativa que tendrán para darles salida será abriéndose camino en otros canales.

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