TradeSport 143 - Abril 2007

opinión Ambigüedad En estos últimos años el boom del mal llamado sportwear ha transformado por completo la distribución deportiva. Las tiendas de deporte, obsesionadas por responder a la demanda, han cambiado completamente su oferta, denostando progresivamente lo atlético. A estas alturas creo que es evidente que las tiendas deportivas tienen que plantearse seriamente qué modelo de tienda quieren tener: la situación actual es excesivamente ambigua, porque muchas tiendas del sector, ni son tiendas de deporte ni son tiendas de moda "deportiva". Salvo que quieran convertirse en especialistas, las alternativas para que el sector no acabe perdiendo la poca personalidad que aún conserva no son demasiadas: en primer lugar se puede optar por la tienda multideporte, con un mix de producto atlético que abarque varias modalidades, con un surtido atractivo y variado y, aunque sólo sea como reclamo, con algunas líneas sportwear de las marcas líderes. La segunda opción es apostar en firme por las colecciones más urbanas de las marcas del sector y tener la práctica totalidad de la oferta enfocada hacia este tipo de productos. Sin ser una tienda con material atlético -es innecesario e hipócrita tener un par de botas de fútbol para "cumplir"- sigue siendo una tienda deportiva porque lo que allí se vende son prendas de marcas deportivas. La tercera y última opción es lanzarse directamente a la moda, apostando por marcas que no son del sector pero que están explotando muy bien la moda deportiva. Es un concepto muy diferente porque, por mucho que uno pretenda escudarse en lo contrario, ya no se trata de una tienda de deporte; es una boutique de moda (o de moda deportiva si se prefiere). Confieso que soy incapaz de entender cómo algunas tiendas del sector se indignan cuando determinadas marcas del mundo de la moda se niegan a venderles. Me cuesta comprender que haya detallistas que no vean que hay marcas que no pueden encajar, por concepto y por estética, en su tienda. Hace algunos días, el propietario de una de las tiendas de moda más conocidas de Barcelona me comentaba que en el último año no ha parado de recibir llamadas de marcas del sector deportivo que querían vender en su tienda. Su reflexión al respecto fue bastante dura y significativa: para él, quienes le llaman, o no han entendido cómo es su tienda o no han entendido cómo es su propia marca, "y si es la segunda opción -decíatienen un serio problema". Para este empresario, que la moda deportiva sea una tendencia no implica que las tiendas de moda tengan que vender marcas de deporte. Me explicó, también, que se había dado una vuelta "por curiosidad" por el pabellón Sportwear de la Bread & Butter y que en sus cuatro plantas apenas había visto dos o tres marcas que podían tener cabida en su tienda o en tiendas con un concepto similar. Como he insistido en varias ocasiones, y a riesgo de parecer pesado, la moda deportiva está avanzando a un ritmo demasiado rápido para nosotros y la única manera de poder seguirlo es aceptando que el deporte es deporte y que la moda es moda. Eso no quiere decir, ni mucho menos, que las tiendas deban renunciar ni a las líneas más fashion de las marcas deportivas ni a las pocas marcas del mundo del sportwear no deportivo que sí venden al canal. Lo que quiere decir, al menos a mi entender, es que si algún empresario del sector quiere apostar en firme por la moda deportiva haga un esfuerzo para, o bien cambiar radicalmente su tienda, o bien abrir una nueva tienda que nada tenga que ver con el deporte. Quienes lo han hecho saben perfectamente que es la única solución… RAUL BERNAT Redactor (raul@gescode.es) Hace poco podíamos leer un editorial en esta misma revista que hablaba de la práctica deportiva por prescripción facultativa y de los buenos resultados que ésta tenía frente a muchos problemas de salud. Abundando en esta iniciativa como fórmula para ganar practicantes de deporte y poder así, acercarnos a las tasas de practica deportiva de otros países europeos, hace unas semanas surgió una muy buena noticia: la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) ha elaborado el primer manual sobre Prescripción de Ejercicio en el Tratamiento de enfermedades crónicas, en el cual se anima al colectivo de médicos a prescribir programas de ejercicio físico como forma de prevenir, tratar y rehabilitar enfermedades, además de aumentar la calidad de vida. Este manual es fruto de un estudio realizado entre 68.055 pacientes mayores de 14 años, y en él han quedado patentes los beneficios de una actividad física realizada de forma constante y adaptada a la condición de cada persona. Además, se han hallado datos tan alarmantes como que hoy en día la población joven es la más sedentaria. Desde semFYC aportan otros datos muy interesantes, como el que afirma que el 7% de las muertes registradas en 2003 se debieron a la inactividad física o como el que señala que aquellas personas que practican alguna actividad física viven tres años más de media que los inactivos y con mayor calidad de vida y autonomía personal. Si los datos y las experiencias son así de positivos, y comienza a existir entre la comunidad médica una conciencia de las bondades de la práctica deportiva, ¿por qué nuestro sector parece situado en las antípodas de este tipo de iniciativas, perdiendo la oportunidad de fomentar la venta de material para la practica deportiva, la única área de negocio que le pertenece en exclusiva? Cualquier sector aprovecharía esta circunstancia para instar al Ministerio de Sanidad a que aplicase este manual e intentaría crear las sinergias para que en la sociedad calara este mensaje, que ya tiene varías líneas, pues también aparece en la conocida estrategia NAOS. Sin embargo, en nuestro sector, ya sea por la falta de unión, o por la circunstancia que sea, pasamos por encima de estas noticias y oportunidades que, en cualquier otro sector, generarían el clima necesario para llevar a cabo una campaña conjunta a nivel sectorial. Reconozco que siento envidia cuando veo a fabricantes de colchones uniéndose con el único objetivo de informar al consumidor que, por su salud y bienestar, tiene que cambiar de colchón, como máximo, cada 10 años, o cuando observo a la gran distribución unida bajo un mismo paraguas para ejercer labor de lobby. Esperemos que algún día finalicemos esta etapa y comencemos a trabajar TODOS juntos por los intereses comunes del sector. Prescribir deporte CARLOS GRANDE Secretario General de Andad

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