TradeSport 142 - Marzo 2007

Redacción, Barcelona tiempo estimado de lectura >>> 9 min. Si tuviéramos que buscar un motivo importante que justificase los cambios que el sector y la sociedad en general han experimentado en los últimos años, es probable que muchos de nosotros señalásemos el cambio en el ritmo de vida como "causa" de todas estas transformaciones. Sin dejar de nombrar aspectos tan importantes y trascendentales a nivel social como la incorporación y consolidación de la mujer al mundo laboral, la globalización y todas sus consecuencias, el encarecimiento de la vida -y en especial de la vivienda- y un largo etcétera, es obvio que la velocidad con la que hoy por hoy se mueve el mundo ha comportado cambios a todos los niveles y, sobre todo -y ésa es la mala noticia para el sector- , han provocado una transformación radical -en tiempo y maneradel ocio y del tiempo libre. Las jornadas laborales son mucho más largas y en muchos casos, mucho más estresantes. Hay menos tiempo para gastar dinero y sobre todo, para divertirse. Y en este nuevo mundo el deporte ha salido bastante perjudicado, porque la gente ha reorganizado su manera de distribuir el tiempo libre y ha dejado el deporte en un segundo plano: hace algunos años ocupaba las primeras posiciones en las listas de actividades preferidas para llevar a cabo durante el tiempo libre; ahora ni siquiera aparece en la parte de arriba de estas listas, copada por las compras, el ocio nocturno, la televisión y un sinfín de actividades no vinculadas al deporte ni al ejercicio físico -al contrario-. En este desalentador panorama -y con un futuro poco optimista- hay algunos deportes que han conseguido atraer y retener -de momento- a los practicantes habituales y a algunos no tan habituales o no practicantes: son deportes que, como el running o el fitness, pueden llevarse a cabo individualmente y que, por lo tanto, su práctica sólo depende de la voluntad y del tiempo libre que se tenga para practicarlos (y seguramente por estas razones, fitness y running sean el mejor ejemplo para ilustrar el cambio de hábitos deportivos que se ha dado en los últimos años y que ha provocado que los deportes individuales hayan evolucionado mucho mejor que los deportes de equipo). El fitness: un cambio importante Si nos centramos en el fitness, que es el tema que nos ocupa, hay otro factor importante que justifica su auge: la importancia que ha adquirido la imagen en nuestra sociedad. Como en cada época, estamos marcados por unos cánones estéticos, y por suerte o por desgracia, hoy por hoy, éstos son bastante "estrictos". Puede que algunos intenten esconder esta exigencia estética alegando cuestiones de salud y bienestar -que también las hay-, pero debemos ser sinceros y aceptar que decir que se hace deporte para mantenerse "en forma" es un eufemismo que en realidad esconde una preocupación para mantener o conseguir un determinado aspecto físico. Y lejos de lo que muchos puedan pensar no es una cosa exclusiva de la mujer -como sí podía serlo hace años-; ahora cada vez hay más hombres que se preocupan por su físico y que acuden al gimnasio para algo más que para levantar cuatro pesas y hacer músculo. Pero lejos de entrar a debatir la conveniencia o no de que la imagen tenga este peso, es evidente que ello ha supuesto para el segmento del fitness un punto de inflexión muy importante a todos los niveles y para todos los implicados, desde las marcas hasta los gimnasios. Más allá del peso que pueda tener la imagen en la decisión de hacer deporte o no, es obvio que el fitness y todas sus modalidades tienen una serie de ventajas muy importantes, a nivel de práctica y de salud, que les ha hecho aún más "deseables": por un lado es una modalidad que se adapta perfectamente a las posibilidades y necesidades de amplios segmentos de población y que a diferencia de la mayoría de deportes de equipo no tiene un carácter competitivo (un aspecto bastante importante en una sociedad tan competitiva como la nuestra); y por otro lado, es obvio que se trata de un deporte con muchos beneficios relacionados con la salud porque aparte de mantenernos en forma -sea o no un aspecto secundario- ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, algo que viene ratificado por las recomendaciones médicas, que ante muchos problemas no dudan en aconsejar su práctica como método de recuperación y prevención. En cuanto a los gimnasios, son posiblemente el mejor ejemplo de que este deporte está en auge y de que ha cambiado mucho en los últimos años. Los viejos gimnasios de máquinas de pesas y rings han hecho un cambio radical en imagen y concepto y han dado paso a modernos centros con la última tecnología en máquinas de fitness, con una amplia oferta de actividades aeróbicas de grupo, con horarios adaptados a este nuevo ritmo de vida (hace 10 años era impensable que un gimnasio cerrara a las 12 de la noche) y, sobre todo -y ése es el gran cambio-, con una filosofía mucho más vinculada al llamado wellness (bienestar) que al deporte en sí. Son centros que, en definitiva, buscan convertirse en referentes y prescriptores de una nueva cultura deportiva en la que la salud y el bienestar son aspectos clave. Finalmente, no debemos olvidar los cambios que ha experimentado el fitness en cuanto a modalidades. Del clásico aeróbic hemos pasado a Un segmento con un potencial desaprovechado [fitness] A pesar de que el fitness es, junto a otras modalidades que se practican indivudualmente, uno de los segmentos con mayor crecimiento en practicantes, las ventas siguen bajando año tras año y ni marcas ni comercios son capaces de aprovecharse del auge de este deporte ts36 El ritmo de vida actual ha comportado cambios a todos los niveles y, sobre todo -y ésa es la mala noticia para el sector-, han provocado una transformación radical del ocio y del tiempo libre

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