Redacción, Barcelona tiempo estimado de lectura >>> 9 min. Los hábitos deportivos de los españoles y de los europeos están cambiando bastante en estos últimos años. Las modalidades individuales están ganando protagonismo mientras que los deportes de equipo, que tradicionalmente has sido los más fuertes, están en claro retroceso. La culpa, obviamente, no es ni de las marcas, ni de los comercios, ni del deporte en sí; es una cuestión social: la gente dispone de menos tiempo para hacer deporte y la nueva cultura deportiva se apoya, en gran medida, en deportes vinculados al bienestar personal, al llamado wellness. Esta situación, a pesar de que muchos la han esgrimido para justificar el retroceso de determinados deportes, sólo se da a partir de una determinada edad, aproximadamente, sobre los 2025, de manera que los deportes de equipos más "clásicos" siguen siendo los más practicados entre los más jóvenes que, afortunadamente, de momento, no tienen que administrar un tiempo de ocio escaso. Dicho esto, es obvio que entre los deportes de equipo el fútbol tiene casi todo el protagonismo. Convertido por los medios en un deporte de masas, en casi una cultura, los últimos años han transformado lo que era un simple juego de 11 contra 11 en un negocio de dimensiones exageradas donde, en algunas ocasiones, el dinero manda más que el balón. Y el Mundial de Alemania del pasado verano fue el mejor ejemplo de ello. Dejando de lado esta controvertida visión actual del fútbol, que podría dar pie a muchos debates, es evidente que el fútbol sigue siendo, en la mayoría de países europeos, el deporte más practicado. Además, es probable que también sea el deporte que tiene menos probabilidades de que su cifra de practicantes se reduzca. Quizás no crezca demasiado, pero a corto, medio y largo plazo la cifra de practicantes se mantendrá, como mínimo, estable. ¿Por qué? Pues existen varias razones para estar convencidos de que al fútbol pocas cosas pueden afectarle. Por un lado, es el deporte preferido por los más pequeños. En la mayoría de países europeos -y España no es una excepción- es el deporte que cuenta con más licencias federativas. Y, además, éstas siguen aumentando. Por otro lado, no hay que olvidar, aunque pueda parecer algo intrascendente, que las grandes marcas del sector, sobre todo las dos multinacionales líderes, centran la mayoría de sus esfuerzos y estrategias en este deporte, que se ha convertido en su eje de negocio, y por poco que puedan harán lo posible para que sus cifras de botas vendidas no sufran caídas importantes, porque al final, por mucho dinero que se gasten en patrocinio de jugadores y clubes, y por muchas camisetas que vendan, lo que cuenta, a nivel de imagen, son las botas que venden para la práctica… Probablemente la única asignatura pendiente que tienen las marcas, y que difícilmente lograrán cambiar, es que la cifra de aficionados y de practicantes esté tan desfasada. Se calcula que en nuestro país hay alrededor de 2 millones de practicantes, mientras que la cifra de federados no supera los 700.000. Intentar equilibrar las cosas es una batalla perdida porque aunque es obvio que, por necesidad y requerimientos, el 100% de los federados comprará botas de fútbol, es complejo que lo haga el resto, que engloba a jugadores ocasionales (partidillos con amigos, liguillas amateurs…) y, sobre todo, niños y jóvenes que juegan en el colegio, en la calle o en las pocas instalaciones habilitadas. De todas maneras, es cierto que las marcas, conscientes de esta realidad, están apostando cada vez más fuerte por las botas indoor, turf y, especialmente, por calzado de fútbol con un claro look urbano. Es discutible si este tipo de calzado puede clasificarse como botas de fútbol, pero es obvio que a las marcas les ha servido para atraer a esa importante cifra de practicantes no federados, que al fin y al cabo, son los que tienen la clave para que los departamentos de fútbol de las grandes marcas puedan conseguir mejorar sus cifras. Otro aspecto importante que debería tenerse en cuenta, a pesar de que ni siquiera su gravedad puede ser un freno para que el fútbol continúe su evolución, es la lamentable infraestructura de instalaciones y las inexistentes políticas para que esta situación cambie. Hoy por hoy, quien quieLa estabilidad define la evolución del fútbol [fútbol] El fútbol es uno de los segmentos a los que la moda deportiva afecta menos. Su fuerte demanda es un argumento de peso para que las tiendas sigan apostando por él ts38 Ránking fútbol
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