TradeSport 138 - Noviembre 2006

opinión Andrés de la Dehesa (adehesa@sportmas.com) editorial DIRECTOR Jaume Ferrer (jferrer@gescode.es) Con frecuencia se nos atribuye que los profesionales que escriben y dan su opinión en nuestras páginas lo hacen en la mayoría de casos bajo el prisma de la crítica. Quizás sea cierto, pero no menos cierto es que, como revista profesional e independiente, tenemos la obligación de incidir en aquellos aspectos que deberían mejorarse o que, por su actualidad o importancia, son susceptibles de generar controversias. La actualidad no se restringe a notas de prensa sobre novedades o sobre supuestos crecimientos. Lo importante es lo que hay más allá. Como revista profesional no debemos limitarnos a ser simples notarios de la realidad. Nuestra razón de ser nos obliga a no quedarnos de brazos cruzados ante comportamientos poco éticos. Nos obliga a no ignorar la falta de sensibilidad de determinados dirigentes, que piensan sólo en el marketing personal. Y sobre todo, nos obliga a no girar la vista cuando grandes profesionales se ven obligados a irse a otros sectores porque en el nuestro su valía no se valora como cabría esperar. Si, como hacen algunos, nos dedicáramos a hablar únicamente de lo bueno y nos limitásemos a explicar las bondades de las empresas del sector, no tendríamos la credibilidad que nos hemos ganado estos años. Además, la realidad del mercado, por mucho que nos pese, no nos permite pintarlo todo de optimismo. Sería engañar a nuestros lectores. Y ese es un lujo que no podemos permitirnos. Aportar puntos de vista diferentes siempre es una garantía de objetividad, porque si sólo nos limitásemos a escuchar determinadas voces daríamos una visión muy distorsionada de la realidad. Es cierto que muchas veces las opiniones que aparecen en Trade son críticas y no gustan a todo el mundo. Pero ello no significa, ni mucho menos, que desde nuestras páginas queramos deformar la imagen del sector (ni la de ninguno de sus profesionales). Lo que pretendemos es dar cabida a todas las opiniones que hay en el sector para que no parezca, como pretenden algunos -con cómplices-, que las cosas siempre van bien. Puede, como ha ocurrido alguna vez, que por opinar diferente y por dar la palabra a los que hacen críticas constructivas -para que la gente reflexione-, nos ganemos la antipatía de algunos profesionales a quienes no interesa que se hable de una "verdad" diferente a la suya. Puede que alguno, como ya ha ocurrido, intente con una demanda por delante, coartar nuestra libertad de expresión. Si ese es el precio que hay que pagar, lo pagaremos, pero no renunciaremos ni a dar nuestras opiniones ni a que en nuestras páginas se expresen todos aquellos a quienes se intente silenciar. En Tradesport nos encantaría poder hablar siempre en positivo, pero por desgracia, el sector no nos depara demasiadas alegrías. Hablar en positivo El mundo de la tecnología móvil ya forma parte de la cotidianidad de la inmensa mayoría de nosotros, y su desarrollo está siendo tan vertiginoso como apasionante. Son muchos los 'artilugios' que lo conforman: teléfonos, agendas electrónicas, tarjetas 3G y, más recientemente, la convergencia con reproductores multimedia MP3, MP4 o iPod. Lo que ha representado el ancho de banda a la telefonía fija -más conocida como ADSL- sería el mejor símil de lo que va a representar la HSDPA (High Speed Downlink Packet Access) a la telefonía móvil. Es la evolución de lo que se ha venido denominando la tercera generación (3G), y se considera el paso previo antes de la cuarta generación (4G), la futura integración de redes. Telefónica ha sido la pionera en Europa en el desarrollo de estos nuevos servicios y ha iniciado su despliegue en ciudades con más de 250.000 habitantes. Actualmente la descarga en un terminal móvil de un video clip musical de tres megas puede tardar 6,6 minutos con su consiguiente coste, mientras que con la HSDPA se necesitan tan sólo 12 segundos. Los responsables de las compañías de telecomunicaciones móviles estiman que en 2009 el 44% de las compras de música se realizarán mediante descargas de este tipo, pagando por la canción en la que el usuario esté interesado. El marketing del permiso, la autorización de nuestros clientes a que los mantengamos informados de aquellos productos o servicios que puedan interesarles, va cobrando sentido y afianzando el concepto de que todo aquello que esté en nuestras bases de datos sobre ellos - el número de su móvil e incluso el tipo de móvil-, nos proporcionará una ventaja estratégica respecto a los competidores. La acelerada fragmentación de las audiencias televisivas y su consiguiente pérdida de impactos publicitarios va a propiciar que se desarrollen nuevas formas de 'seducirnos' publicitariamente; el teléfono móvil será, sin lugar a dudas, uno de los principales protagonistas. Podremos pagar las compras, se nos cargarán directamente los puntos en nuestros programas de fidelización, no tendremos que llevar tarjetas de crédito ni de débito y se pronostica que en 2008 habrán 16,5 millones de usuarios… Llega el “ADSL” móvil

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