TradeSport 138 - Noviembre 2006

dad, la morbilidad y las incapacidades atribuidas a las principales enfermedades no transmisibles son responsables de más del 60% de todas las muertes y que la inactividad física está entre las principales causas de estas enfermedades. El deporte y la actividad física son, en definitiva, cruciales para una vida prolongada y saludable porque mejoran la salud y el bienestar, aumentan la expectativa de vida y reducen la probabilidad de padecer varias enfermedades. Viendo esta extensa lista de ventajas que tiene el deporte, es difícil entender por qué los gobiernos no muestran el más mínimo interés en apostar por él y prefieren destinar sus presupuestos al deporte profesional. Un año que pasó inadvertido Naciones Unidas declararon 2005 año internacional del deporte y la educación física. Más de uno -por no decir la mayoríani siquiera se dio cuenta de esta circunstancia, señal inequívoca - y concluyente- de que desde el gobierno no se hizo absolutamente nada para promocionar este "aniversario". Instituciones privadas, marcas, gobiernos autonómicos y las demás partes que deberían tener un papel importante en el fomento del deporte tampoco mostraron ningún interés en secundar esta iniciativa de Naciones Unidas. Ni un triste acto con repercusión mediática, ni un deportista apoyando la causa. Nada. Silencio absoluto. En cualquier caso, y puesto que más vale tarde que nunca, lo que se pretendía con esta iniciativa era "fomentar el deporte y la educación física para todos poniendo en práctica programas y políticas de desarrollo, con el fin de estimular la toma de conciencia acerca de la importancia de la salud, el espíritu de logro y el acercamiento cultural para afianzar los valores colectivos; garantizar que el deporte y la educación física se incluyan como herramienta que contribuya al logro de las metas de desarrollo acordadas internacionalmente; promover el reconocimiento de la contribución del deporte y la educación física al desarrollo económico y social, y apostar por la construcción y restauración de infraestructuras deportivas; fomentar el deporte y la educación física, sobre la base de las necesidades establecidas localmente, como medio para lograr la salud, la educación y el desarrollo social y cultural; y fortalecer la cooperación y las asociaciones entre todos los actores, incluyendo la familia, la escuela, los clubes y ligas, las comunidades locales, las asociaciones deportivas juveniles y las personas responsables de adoptar decisiones, al igual que los sectores público y privado, con el fin de garantizar la complementariedad y que tanto el deporte como la educación física estén al alcance de todos". Ni que decir tiene que las intenciones son muy buenas, pero que sin compromiso por parte de quienes tienen capacidad para llevar a cabo estas iniciativas, no sirve de nada teorizar y lanzar iniciativas. Conclusiones La actividad física y el deporte constituyen sin lugar a dudas uno de los hechos sociales más importantes de la sociedad contemporánea. Ese desafío debe afrontarse desde una perspectiva social que tenga como objeto aumentar las tasas de práctica deportiva de nuestra población. El deporte de alta competición o profesional constituye un modelo social de una repercusión enorme, aunque más allá existe también una realidad valiosa, rica, compleja, heterogénea y anónima, constituida por un grupo de hábitos saludables y prácticas deportivas de los ciudadanos que es objeto primordial de preocupación política de los gobiernos. El deporte como herramienta social apunta fundamentalmente al mejoramiento de la calidad de vida, entendiendo este aspecto en su concepto más amplio, cruzando los ejes de fomento e iniciación deportiva, mejoramiento de la calidad de vida en inclusión, con la intención de promover la práctica deportiva como instrumento de desarrollo social. Sin embargo, la falta de una auténtica política deportiva global y coordinada que, mediante una inexistente ley, estructure las diferentes prácticas deportivas, como el deporte de base y aprendizaje, el escolar, el competitivo, el autóctono, el minoritario, o el de elite, está desembocando en la pérdida innumerable de auténticas potencialidades en el deporte, especialmente para el sector de artículos deportivos. Pero aunque el fomento de la práctica deportiva sea un aspecto clave para el futuro del mercado de artículos deportivos y especialmente para las empresas que centran su negocio en marcas atléticas, se trata de una cuestión que va mucho más allá de lo que a nosotros nos interesa y que debe resolverse urgentemente si no se quiere que España, aparte de un país viejo y sedentario, sea un país enfermo. El gobierno, sea cual sea su ideología, siempre tendrá la clave para cambiar esta situación tan preocupante porque es quien tiene la capacidad de invertir, pero ello no excluye a las marcas de asumir sus responsabilidades, aunque sólo sea por interés. En este aspecto, es fundamental que las empresas del sector desarrollen estrategias -conjuntas o individuales- para transmitir a la gente la importancia que tiene deporte. El sector debe ser el gran prescriptor del deporte y no dejar que quienes enarbolen la bandera del deporte como fuente de salud sean empresas de otros sectores. No tiene lógica que un sector como el de la alimentación tenga más interés -y destine más esfuerzos- en potenciar la práctica deportiva que el sector de artículos deportivos. Por desgracia, hoy por hoy somos cómplices de los lamentables índices de práctica deportiva. Las cosas sólo cambiarán cuando quienes tienen el poder de cambiarlas comprendan que el deporte es una inversión y no un gasto y que por el bien de todos es mejor invertir en ello. La falta de una auténtica política deportiva global y coordinada que estructure las diferentes prácticas deportivas, está desembocando en la pérdida innumerable de auténticas potencialidades en el deporte -y en el sector-. El sector debe ser el gran prescriptor del deporte y no dejar que quienes enarbolen la bandera del deporte como fuente de salud sean empresas de otros sectores. Aunque sólo sea por interés ts36 Los niños, con el consentimiento de los padres, han cambiado el balón por la consola

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