TradeSport 131 - Marzo 2006

que tengan intención de hacerlo en un futuro, deben sin embargo empezar a aprovechar este potencial, ya que hasta ahora son pocas las marcas que han sido capaces de avanzar al mismo ritmo que lo ha hecho este deporte. ¿Por qué? Es difícil encontrar una razón del desfase que hay entre la evolución en practicantes y la evolución en ventas, aunque es probable que la culpa se pueda repartir, a partes iguales, entre las marcas del sector y los canales alternativos. Las marcas han querido adaptarse a un mercado que está en plena expansión y han preferido centrarse en combatir la sobreoferta y han sido incapaces de trasladar al deportista las ventajas que aportan las prendas técnicas, de manera que muchos de los que acuden al gimnasio se han limitado a comprarse -en canales alternativos- una camiseta, unos pantalones cortos y unas zapatillas (no siempre de deporte). Si a todo esto añadimos que desde hace poco más de tres años, el textil fitness ya no se utiliza como sportwear (algo que en su momento representó un volumen importante de ventas, sobre todo de pantalones), podremos tener una idea, bastante exacta, de por qué las ventas siguen cayendo a pesar del incremento de practicantes. A todo esto, tampoco podemos ignorar el poco apoyo que tiene este deporte en el comercio, ya que pese a estar entre las diez actividades con mayor volumen de ventas, y tener presencia en el 76% de los comercios (con una media de 5,7 marcas por tienda) son pocos los comercios que le den la consideración que por practicantes y potencial tiene. Probablemente, con lo atlético en plena caída en barrena, las tiendas prefieran apostar por el sportwear y limitar su oferta atlética al fútbol, al baloncesto, al running o al material duro. Y ése es, quizás, el gran error que están cometiendo muchas tiendas multimarca. Un segmento "españolizado" Si tuviéramos que elegir un segmento en el que las marcas nacionales tuvieran una presencia destacable y pudieran hacer frente, sin problemas, al poder de las dos grandes multinacionales y a las marcas internacionales implementadas con fuerza en nuestro país, éste será, sin duda, el fitness. Y es que a pesar de que, como hemos dicho, Nike y Adidas dominan los rankings de ventas, cuota de mercado, de presencia y de coberturas, marcas nacionales como Ginadan, Happy Dance, Rosaura, Varesma, Sontress o Naffta son capaces de plantar cara, sobre todo en textil, a este dominio, hasta el punto de que no es absurdo pensar que en los próximos años puedan poner en peligro esta supremacía. Conclusión: apostar por lo técnico ¿Por qué el sector sigue siendo incapaz de aprovechar el auge del fitness? ¿Por qué los comercios no dan a este segmento la importancia que por practicantes merece? Son cuestiones complejas y difíciles de contestar, pero es obvio que si las tiendas no apuestan en firme por este segmento, las marcas difícilmente podrán crecer. Aun así, eso no quiere decir que la culpa recaiga en el detallista, porque las marcas también deben ser capaces de llevar al consumidor a la tienda. Es complejo, pero el potencial de este deporte es suficiente como para que se empiecen a buscar soluciones para reactivar las ventas. Y sin duda, como sucede en otras modalidades en las que la moda y los canales alternativos están robando cuota al deporte, una de las claves es apostar por lo que nosotros podemos ofrecer y ellos no, es decir, por la tecnicidad. Éste debe ser nuestro argumento para que el consumidor vuelva al canal, porque sólo así podremos conseguir que las ventas tengan un comportamiento lógico y acorde con la práctica. Si hay un segmento en el que las marcas nacionales tienen una presencia destacable y pueden hacer frente al poder de las dos grandes multinacionales y a las marcas internacionales, éste es, sin duda, el fitness Una de las principales razones por las que podemos afirmar que el fitness, y todas las modalidades derivadas, ya no son una moda y cuentan con un potencial del que muy pocos deportes pueden presumir, es su vinculación con la salud ts30 Porcentaje de ventas por franjas de precio Como es lógico, cuando un segmento está en crecimiento, todos los subsegmentos que lo conforman también experimentan una evolución positiva. Con el auge del fitness, con la sociedad cada vez más “obsesionada” en la imagen y con menor tiempo libre, era previsible que, ante la necesidad de hacer ejercicio y la falta de tiempo, las alternativas a los gimnasios adquirieran protagonismo. Y entre estas alternativas, una de las que más ha crecido en estos últimos cinco años ha sido la de los aparatos y máquinas de ejercicio para uso personal, lo que se conoce como home-fitness. Bicicletas estáticas, máquinas de remo o cintas andadoras están cada vez más presentes en las casas y para algunas tiendas -sobre todo para cadenas con marca propia que venden primeros precios- se han convertido en un buen foco de negocio. Muchas marcas, centradas inicialmente en la venta a clubes, gimnasios o instalaciones deportivas, han empezado a desarrollar líneas más económicas para los consumidores. Y la respuesta ha sido bastante positiva, sobre todo en lo a que bicicletas estáticas se refiere. Para el comercio, el home-fitness representa una buena oportunidad, tanto por la demanda creciente que está experimentando en estos últimos años, como por su atemporalidad, su rápida reposición -no requiere stock y por lo tanto el espacio necesario es mínimo- y porque, además, tiene una vida comercial bastante larga. Y quizás, la prueba más evidente de su rentabilidad es que las grandes cadenas ya tienen marcas propias de home-fitness y cada vez le están dando mayor protagonismo a este segmento (sobre todo a los primeros precios). La otra gran alternativa para aquellos que no tienen mucho tiempo o que, por pereza, no quieren acudir al gimnasio, es la electroestimulación. Concebida inicialmente como una terapia médica, en los últimos años se ha popularizado su uso gracias al trabajo que han llevado a cabo determinadas marcas como Compex o Ultratone para acercar este método sencillo y en cierto modo asequible a la gente que quiere tonificar y fortalecer los músculos sin perder tiempo y, sobre todo, sin esfuerzo. La filosofía no es, ni mucho menos, la misma, pero los objetivos sí... Crecen las alternativas a los gimnasios: home-fitness y electroestimulación

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