TradeSport 130 - Febrero 2006

ts24 [los otros deportes] Más allá del fútbol Redacción , Barcelona tiempo estimado de lectura >>> 7 min. Que el fútbol es el deporte rey es obvio, tanto por seguidores como por practicantes y cobertura en los medios. En el otro extremo encontramos una serie de modalidades deportivas que o no tienen seguidores y federados, o no tienen apoyo mediático. O aún peor, no tienen ni una cosa ni la otra. Son los deportes minoritarios, que por si solos no representan a mucha gente, pero que juntos conforman un grupo que casi nadie tiene en cuenta. Pero ¿qué es, en realidad, un deporte minoritario? ¿Hablamos de un deporte con pocos practicantes, con pocos seguidores, con pocas licencias o con apenas presencia en los medios? La diferencia, a veces, es significativa, porque aunque un deporte tenga pocas licencias, puede tener millones de aficionados, y viceversa, de manera que llamarle minoritario no siempre se ajusta a la realidad. Modalidades regionales y nacionales Una de las primeras aclaraciones que debemos hacer en referencia a lo que es minoritario o mayoritario es que no es un concepto universal y que, por lo tanto, las modalidades que en una zona pueden considerarse mayoritarias, en otra pueden no serlo. Y esta distinción no es sólo a nivel nacional, sino que en muchos casos también se da a nivel regional: hay deportes que en una determinada zona cuentan con una cifra significativa de jugadores y seguidores, mientras que en otras zonas apenas tienen practicantes y aficionados. Quizás uno de los ejemplos más evidentes en España sea el hockey (patines y hierba). En Cataluña, pese a ser un deporte que podría considerarse minoritario -sobre todo si lo comparamos con el fútbol o el baloncesto- tiene muchos seguidores y practicantes, mientras que en el resto de España, salvo en Galicia, es un deporte prácticamente desconocido. Sin ir más lejos, de los 16 equipos que participan en la liga nacional, 12 son catalanes. Esta diferencia también se da, como hemos dicho, entre países, y en algunos casos es sorprendente. Por ejemplo, deportes como el billar o el rugby mueven millones de aficionados en países como Inglaterra, con un seguimiento de los medios parecido al que aquí se le da al fútbol. Es más, son modalidades que son capaces de mover millones de euros en apuestas y paralizar el país en determinadas competiciones. En cambio, aquí en España, ver una retransmisión de estos dos deportes por la televisión o una noticia en cualquier diario, deportivo o no, es prácticamente imposible. Es, probablemente, una cuestión de cultura deportiva y de tradición, aunque también puede ser que, en su momento, estas modalidades tuvieran el apoyo y el seguimiento necesario (medios, administraciones…) para convertirse en lo que hoy son. Las licencias engañan Si hablamos de deportes minoritarios en base a las licencias federativas, veremos que existen determinadas modalidades que cuentan con una cifra significativa de federados pero que sin embargo pocas personas los catalogarían de mayoritarios. Sin ir más lejos, de las seis modalidades que hay con más de 100.000 licencias (fútbol, caza, baloncesto, golf, atletismo y judo), sólo el fútbol -y quizás el baloncesto- entrarían dentro de lo que llamamos deportes mayoritarios o de masas. Por el contrario, hay 39 federaciones que cuentan con menos de 20.000 licencias, y en ellas hallamos modalidades como el pádel, el automovilismo, el motociclismo o la gimnasia, que o bien cuentan con millones de aficionados, o bien aumentan, año tras año, la cifra de practicantes -no de federados-. Así pues, la distinción entre unos y otros en función de las licencias tiene un problema, y es que en la mayoría de casos no mantiene una relación lógica ni con los seguidores ni con los practicantes reales. Dos ejemplos claros (hay muchos más) de las diferencias que hay entre federados y practicantes son el ya mencionado pádel y el running. Ambas modalidades, aunque puedan considerarse minoritarias por licencias y presencia en los medios, cuentan con muchos más practicantes -muchos ocasionales- que licencias, y probablemente no sean tan minoritarios como los datos federativos harían suponer. En el lado opuesto, hay modalidades que podrían considerarse mayoritarias y que sin embargo poca gente pensaría que lo son. El ejemplo más evidente es la caza, que con más de 350.000 federados es el segundo deporte con más licencias. Golf (cuarta modalidad en federados), Judo (sexta) o Pesca (novena), son otras modalidades con una cifra considerable de fichas federativas -generalmente porque su práctica requiere licencia- y que sin embargo son consideradas por la mayoría de gente como deportes minoritarios. Otro ejemplo de lo difícil que es hacer esta diferenciación en función de las licencias lo tenemos en el motociclismo y el automovilismo, que en los últimos años se han convertido en un fenómeno de masas -si nos remitimos a las audiencias que logran sus retransmisiones y a la gente que acude a las carreras que se celebran en España-. Son deportes que por cobertura mediática no pueden considerarse minoritarios. Al contrario, muchas veces son capaces de robar protagonismo al fútbol (pocos pueden presumir de ello), sin embargo cuentan con una cifra de licencias a años luz de su "volumen" de seguidores. Es cierto que en estos dos casos las peculiaridades de su práctica, que generalmente es cara, justificaría esta diferencia, pero es un ejemplo más de que el concepto minoritario es, cuanto menos, ambiguo ¿La cobertura mediática es significativa? Si esta diferenciación entre mayoritario y minoritario la hacemos en función de su presencia en los medios, los deportes mayoritarios los podríCon las tiendas de deporte volcadas descaradamente en el sportwear y con lo atlético más arrinconado que nunca, Decathlon se ha convertido en el principal proveedor de artículos técnicos para deportes minoritarios Hay modalidades deportivas que a pesar de tener una cifra considerable de seguidores apenas tienen presencia en los medios. Otras, a parte de no tener cobertura, tienen pocos seguidores y apenas cuentan con licencias federativas. Unas y otras conforman los llamados deportes minoritarios

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