TradeSport 124 - Julio-Agosto 2005

ts24 mente en lugares donde tradicionalmente se practican estos deportes gliss. Otro ejemplo de esta realidad es la gran diferencia entre la venta de material duro - muy baja- y la de textil y calzado, que constata que la mayoría de consumidores no están relacionados con este mundo, aunque por su estética y por todo lo que implica, se sienten atraídos por este mundo. El retro: el otro gran boom Con la misma fuerza que han irrumpido la estética gliss lo ha hecho el retro, inspirando la mayoría de colecciones fashion de las marcas del mundo de la moda y del deporte. Este estilo, que nos obliga a hablar una vez más de la dualidad entre moda y deporte, ha venido impuesto desde las pasarelas, aunque en muchos ocasiones ha sido el deporte quien lo he llevado allí y ha acabado convirtiendo la moda retro en moda deportiva retro. La constante reinterpretación de colecciones viejas sirven para constatar una de las paradojas de la moda: la moda nunca pasa de moda. Así, no resulta especialmente original -aunque si muy rentable- que constantemente la moda (formal, informal, deportiva o no deportiva) se inspire en las décadas de los 60, 70 y 80 para sus nuevas creaciones (y seguramente dentro de algunos años harán los mismo con los 90 o la primera década del siglos XXI). Además, y quizás este sea uno de los aspectos más curiosos del retro, se trata de una estética que suele ser cara a pesar de que en algunas ocasiones sólo se están recuperando modelos de hace años: Pero es la ley del mercado actual: en la moda, y en el deporte, lo retro es fashion y lo fashion rompe (y se hace pagar). Además, las marcas conocen perfectamente la demanda que hay -y el poder adquisitivo de quienes sustentan lo retro- y han aumentado considerablemente los precios de sus productos más fashion. En nuestro sector, marcas como adidas y Puma no han dudado en recuperar modelos de los 70 y 80 -que en su momento fueron considerados como vanguardistas- y ahora a nadie le extraña ver a cualquier joven -y no tan joven- salir a la calle, de noche y de día (incluso para trabajar), con esas chaquetas de chándal que hace pocos años nadie se atrevía a combinar con un tejano. Sine embrago, aunque en el ámbito de la moda siempre han existido colecciones de este tipo, en el sector del deporte el boom retro ha tardado más en consolidarse, dado que la apariencia de las equipaciones deportivas, tanto en textil como en calzado, ha seguido tradicionalmente una línea más modesta y con el predominio de colores clásicos. Esto bien podría servir como argumento para justificar el hecho de que las líneas de marcas como Puma, Pony o Le Coq hayan obtenido éxito con estas colecciones mucho antes en zapaterías o boutiques que en las tiendas de deporte. Puede que los más tecnócratas vean en lo retro una mala coartada a la falta de imaginación de los creadores -y pensadores-actuales, que a lo que en su momento fue una moda vanguardista, arriesgada e innovadora ahora se le llame retro, y que bajo este nombre (muy acorde con lo fashion) se intente esconder una inexcusable renuncia a apostar por la innovación y la originalidad, pero lo cierto es que por un motivo u otro el auge de lo retro es una de las pocas constantes que nunca fallan y la teoría del reciclaje ya se ha convertido en una costumbre inevitable, muy rentable y muy -quizás demasiado- recurrente. Queda claro, pues, que el uso del término retro en el sector deportivo no hace más que confirmar el peso que la moda está adquiriendo en las colecciones de las marcas deportivas. La nueva moda deportiva es, al fin y al cabo, una tendencia en la que se dan la mano la mayoría de los elementos de la cultura sport. Este nuevo camino indumentario que se abre ante nosotros dinamita las reglas del juego del sportwear, desarma la insensatez del estilo fin de semana, acaba con la intransigencia atlética y no contrapone lo retro con la tecnología. Es, probablemente, el futuro de la moda y el futuro del deporte. En definitiva, tanto el x-wear como el retro -y en general toda la moda deportiva más exclusiva-, han cambiado por completo el panorama actual. Lo atlético sigue perdiendo fuerza año tras año, y pese a mantener una cierta estética deportiva, el sector se ha visto abducido por el mundo de la moda, aunque, por suerte, la mayoría de marcas intentan mantener sus orígenes a flote, y algunas, pese a su espectacular éxito en el mundo de la nueva moda deportiva, no han renunciado a sus colecciones más técnicas. Para el comercio este cambio supone nuevos retos y una nueva vía para superar el aborrecimiento en el que parecía instalado la tienda multideporte. Harán falta muchos cambios para que la estética de los comercios y la de la oferta actual, muy vanguardista, no este tan desfasada, pero las oportunidades que plantea son suficientes como para intentarlo. La pérdida de identidad de los comercios o la conveniencia o no de llamar deporte a según que colecciones seguirán estando en boca de muchos, pero la realidad es que para unos y para otros, para marcas y comercios, la moda deportiva debe verse como una oportunidad y no como un problema. Ahora sólo hace falta saber aprovecharla. El uso del término retro en el sector deportivo no hace más que confirmar el peso que la moda está adquiriendo en las colecciones de las marcas deportivas Oferta actual del comercio deportivo

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