TradeSport 122 - Mayo 2005

opinión Yoismo y periodismo Muchas veces me ha sorprendido como algunos periodistas utilizan excesivamente la primera persona donde no deberían e intentan autoproclamarse artífices o líderes espirituales de algún acontecimiento, como si de ello dependiera su supuesto prestigio. Quizás no hayan entendido que los medios de comunicación, al fin y al cabo, no somos más que interlocutores entre la sociedad -o quienes quieren informar- y quienes quieren ser informados, y que, salvo contadas ocasiones, los méritos son para otros. Aunque es cierto que la imparcialidad y objetividad es una máxima poco menos que utópica, de la subjetividad al protagonismo egocéntrico hay un mundo. Los medios de comunicación podemos mostrar directa o indirectamente nuestra postura acerca de algo, pero en ningún momento tenemos que intentar ser protagonistas de ello. Y mucho menos atribuirnos éxitos ajenos. Podemos apoyar iniciativas, incluso proponerlas, pero querer ser un falso artífice de algo a ojos de quienes aún no conocen la verdad no es ni ético ni profesional. Y sobre todo, no forma parte del rol que se nos ha asignado. Ratifico, con los años, que una de las cualidades que siempre se debe valorar de un periodista es la humildad. El reconocimiento popular es algo que muchos perseguimos, pero esto no implica necesariamente que podamos hacer cualquier cosa para lograrlo. Y una de las cosas más amorales que puede hacer un periodista es adjudicarse méritos por algo. Sobre todo si no es cierto. El papel de un periodista serio no es enarbolar la bandera del "yo ya lo dije" o "Si no fuera por mí…". Para eso están los videntes. En esto del periodismo y los medios de comunicación, afortunadamente, la verdad está por encima de cualquier ego y de cualquier exceso de protagonismo. Quien conoce la verdad tiene la obligación moral -y profesional- de no especular con ella. Y no siempre es así... REDACTOR Raul Bernat (raul@gescode.es) firma invitada La unión necesaria Antes que nada, quisiera agradecer a Tradesport la oportunidad que me brinda de estar en este escaparate y poder comunicarme con los empresarios del sector de los artículos deportivos. Creo que el sector necesita una Asociación Nacional de Detallistas fuerte para poder defender nuestros intereses ante las Comunidades Autonómicas, el estado español, la Comunidad Económica Europea y los sindicatos. En la Asociación de Tiendas de Deporte de Madrid creemos que hemos elegido el camino más adecuado: una asociación para tratar los temas de interés común e intervenir en cuestiones en las que estemos de acuerdo hacerlo. Pero sabemos que una asociación no es el foro adecuado para tratar las condiciones de compra-venta y no será nunca una central de compras. Necesitamos un lobby de poder para, por ejemplo, trasladar a los responsables autonómicos de economía nuestras opiniones sobre los horarios comerciales, recoger información sobre las aperturas de nuevas grandes superficies, tener acceso a la información cuando haya suelo comercial disponible para las pymes, o poder conocer las subvenciones y los préstamos en condiciones especiales que existen (como por ejemplo el Plan Fico de Madrid, con una cuantía de casi 36 millones de euros, y que garantiza inversión durante cuatro años en las pymes madrileñas). Asimismo, deberíamos trabajar codo con codo junto con el Ministerio de Sanidad y el Consejo Superior de Deportes - a quienes preocupa bastante que los jóvenes no hagan el deporte que todos consideramos necesariopara que las tiendas seamos el nexo entre el futuro deportista y las acciones que quieran llevar a cabo para potenciar actividades deportivas. O negociar directamente, como estamos haciendo en Madrid, el convenio con los sindicatos para desarrollar una interpretación que provoque menos enfrentamientos. También necesitamos establecer una relación más estrecha con Afydad para crear un código de buenas prácticas entre proveedor y tienda, y para utilizar el mismo lenguaje en el código de barras y en el etiquetado. Incluso para llegar a un acuerdo sobre otras problemáticas, como los factorys, y crear una plataforma para advertir que el problema de los factorys no es el formato, sino que los proveedores que los abren sólo dejen un plazo de seis meses a las tiendas para vender el producto antes de que llegue a sus tiendas (y que si se va a vender a bajo coste que se fije un periodo de un año desde que la tienda más desfavorecida reciba el producto). Con unas reglas así, se pueden llegar a acuerdos donde no se demonicen las acciones de nuestros proveedores y no se les considere nuestros competidores. Finalmente, tenemos que conseguir tener una representación en Fedas - con quienes ya tenemos contactos tras haber realizado su congreso en Madrid y haber estado con ellos en su última reunión en Marsella- para tener voz y voto en esta asociación y estar integrados de una forma similar a las asociaciones de Fedas de Suiza, Francia, Alemania, Italia y Austria. Eduardo Moya Presidente de ATDM

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