TradeSport 121 - Abril 2005

ts26 [ c o n s umo ] Los nuevos enemigos Los canales alternativos se han convertido en una competencia secundaria; ahora son las nuevas tecnologías y la moda quienes nos impiden avanzar más Redacción, Barcelona tiempo estimado de lectura >>> 4 min. El consumo está sufriendo un cambio radical en estos últimos años y nuestro sector no es ajeno a este cambio. Al contrario, es uno de los grandes mercados donde esta transformación está siendo más acentuada y preocupante por las consecuencias que puede acarrear. Nuevos hábitos Los consumidores actuales han cambiado mucho. Son más reflexivos, más expertos y su nivel de educación y formación más elevado, lo que les lleva a adoptar conductas más racionales en su consumo y a reclamar una información clara y completa de los productos que van a consumir. También estamos asistiendo a una capacidad más asociativa, así como a una drástica transformación del consumo vinculada a la tecnología, a la cultura y al ocio. Algunos estudios realizados en estos últimos años apuntan que en los próximos años los consumidores incrementarán el presupuesto destinado a ocio y cultura, mientras que otros gastos que hasta hace poco eran prioritarios, como la alimentación, la ropa o el calzado, se mantendrán o tenderán a disminuir paulatinamente. Un cambio generacional clave Como apuntaba el profesor Nueno en un artículo que publicamos recientemente, el gasto de los consumidores españoles aumentó un 45% entre 1990 y 2000, alcanzando, en este año, 251.259 millones de euros. Una de las razones de este crecimiento según Nueno, ha sido la trasformación demográfica que se dio entre 1960 y 1975, con diez millones de nacimientos. Lejos de ser anecdótico, este cambio ha sido muy importante para el consumo, ya que es este grupo -entre 30 y 45 años- el que actualmente define (y definirá), en gran medida, el comportamiento de la economía española. Sin duda unos de los cambios que ha comportado el aumento de ingresos en los hogares españoles es que hoy en día la mayoría de consumidores ya no gastan en lo que necesitan sino en lo que quieren: a medida que mejora la renta de los consumidores, éstos dedican una cuota cada vez menor a los gastos más básicos. Y uno de los segmentos que se ha estancado ante este cambio de hábitos ha sido el de textil: el gasto individual es cada vez menor y la mayoría de los consumidores trasladan el consumo de prendas importantes a las menores y, por tanto, de menor valor unitario. El consumo de productos relacionados con las nuevas tecnologías ha aumentado el triple que la media general. Internet y la telefonía móvil, en constante transformación y renovación, son los dos pilares de este crecimiento, pero también hay que tener en cuenta otras innovaciones tecnológicas como pantallas planas, DVD, grabadores de todo, GPS, agendas electrónicas o reproductores en MP3. Son productos que no existían hace diez años y que hoy en día son la principal competencia de los sectores que no crecen, en particular alimentación y textil, de quienes detraen recursos de forma creciente. Además -y quizás eso sea lo más significativo- se trata de productos que se mejoran constantemente y que muchos consumidores renuevan con bastante frecuencia, de manera que difícilmente, en plena era de la tecnología, las cosas vayan a cambiar: la tecnología se seguirá llevando cada vez una mayor cuota del gasto, porque siempre habrá productos nuevos -y cada vez más asequibles-. Y sectores como la alimentación, el deporte o la moda deberán buscar soluciones para que el consumidor decida dedicarles una mayor parte de su gasto. Aunque para el sector deportivo uno de los principales cambios que se ha dado en los últimos años -y uno de los que aparentemente más están afectando al comportamiento del mercado de artículos deportivos- ha sido el auge y consolidación de la moda deportiva, los nuevos hábitos de consumo apuntan hacia otros "enemigos" que a la larga pueden ser peores para el sector: el gasto se está desviando hacia las nuevas tecnologías. Para el deporte, además, este cambio de hábitos no sólo supone un problema por lo que conlleva el "desvío" del gasto hacia las nuevas tecnologías, sino sobre todo por lo que éstas "provocan" en muchas ocasiones: televisión, consolas, Internet, ordenadores…son productos que retienen al consumidor en casa y lo apoltronan. Lo hacen más sedentario, menos activo. Esto a la larga, supone que la práctica deportiva sea cada vez menor y que por lo tanto, el consumo de artículos deportivos también disminuya. Ante este panorama el sector deportivo deberá hacer frente a dos problemas. Por un lado, como acabamos de decir, el desvío del gasto hacia las nuevas tecnologías hará que cada vez se gaste menos en otros productos, entre ellos el deporte. Pero además, el deporte deberá luchar con los demás segmentos que sufrirán este cambio de hábitos de consumo, especialmente con la moda. Y teniendo en cuenta como está el sector deportivo actualmente, y la compleja relación que ha establecido con la moda, el esfuerzo para lograr un crecimiento -que hoy por hoy es utópico- deberá ser considerable. La nueva moda deportiva El sector de artículos deportivos ha experiAlgunos estudios realizados en estos últimos años apuntan que en los próximos años se incrementará el presupuesto destinado a ocio y cultura mientras que otros gastos como la ropa o el calzado se mantendrán o tenderán a disminuir paulatinamente El éxito de las últimas ediciones de la Bread and Butter confirma el auge de la moda deportiva más selecta

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