TradeSport 121 - Abril 2005

nes: la fuerte apuesta que han hecho muchos clubes -e instituciones- por este deporte, construyendo canchas o, simplemente, cambiando pistas de tenis por pistas de padel (más rentables), ha servido para democratizar este deporte. Lógicamente, las empresas del sector no han dejado escapar la oportunidad de aprovechar el auge del padel. Las marcas consolidadas en el mundo del tenis no han dudado en apostar fuerte por este deporte y han desarrollado colecciones de material duro y calzado para posicionarse en un segmento con un gran potencial -y que representa una nueva vía de negocio con la que contrarrestar el estancamiento que están sufriendo en el segmento del tenis-. Estas marcas tienen que competir con marcas especializadas que llevan años trabajando este segmento y que ya se han consolidado, y con otras que han surgido -y surgen- para aprovechar el boom de este deporte, Otra de las razones que han convertido este deporte en un fenómeno deportivo -y también social- ha sido su mayor facilidad de aprendizaje. A diferencia del tenis, se trata de una modalidad que no requiere una excesiva preparación y que por sus características (juego en pareja, mayor facilidad para aprender a golpear la pelota, cancha más pequeña…) permite alcanzar un buen nivel en menos tiempo que el que requieren otros deportes de raqueta. De cara al futuro, este deporte tiene dos asignaturas pendientes: por un lado, detallistas y proveedores tienen el deber de erradicar la venta de maletero, uno de los principales problemas a los que se enfrenta el padel; y por otro, lograr atraer el interés de los más pequeños, que siguen prefiriendo, mayoritariamente, el tenis. En cuento al comercio, a pesar de ser un deporte en auge cuyas ventas han experimentado fuertes crecimientos anuales (que algunos estiman entre un 10% y un 15 %), y ofrece un buen margen -el precio medio que se sitúa por encima de los 93 euros y el margen medio es de alrededor del 37%- aún hay pocas tiendas multideporte que trabajen este segmento (40%). Además, la media de marcas es baja (2,44) y sólo un 20% de las tiendas venden más de tres marcas. Y aunque las previsiones apuntan a que el fuerte crecimiento de este deporte va a estabilizarse en los próximos años, su recorrido aún es lo suficientemente importante como para seguir apostando fuerte por él. Los "otros" deportes de raqueta Aunque el tenis y el padel sean, hoy por hoy, los dos grandes ejes del segmento de deportes de raqueta -en España- existen otras modalidades, como el squash, el bádminton o el tenis de mesa, que a pesar de contar con menos practicantes y aficionados -y con un volumen de ventas muy inferior- tienen una cuota de mercado suficiente como para tenerlas en consideración. Además, su evolución y su peso en otros países, sobre todo en oriente, los convierten en una modalidad que en cualquier momento puede experimentar un boom y seguir la estela del padel. El tenis de mesa es el tercero de los deportes de raqueta. Aunque muy lejos de las cifras del tenis y el padel, se trata de una modalidad que no tiene un carácter exclusivamente competitivo, sino que ha logrado convertirse en una modalidad muy vinculada al ocio. Es por ello, que a pesar de haber sufrido un considerable descenso de licencias federativas en los últimos años -actualmente cuenta con poco menos de 5,000 licencias mientras que hace diez años sumaba más de 28.000-, se trata de un segmento que gracias a su carácter de entretenimiento mantiene una cierta estabilidad de ventas -en todos los productos- y sobre todo, tiene garantizada una evolución regular (por constante renovación del material). El caso del squash es bastante representativo de cómo un deporte puede experimentar un importante crecimiento en poco años y retroceder rápidamente. A diferencia del padel, el crecimiento del squash fue bastante repentino y no tuvo apenas consistencia. Los tres o cuatro años que duró el boom sirvieron para que algunas marcas intentaran abrir nuevas vías de negocio, pero son muy pocas las que hoy mantienen su apuesta firme por este deporte después de ver que la moda pasó de largo. La falta de instalaciones, las preferencias de los clubes por el padel, el escaso interés que ha despertado en el comercio y el nulo apoyo mediático (un argumento que podría discutirse si tenemos en cuenta que la evolución del padel no se ha dado precisamente gracias a los medios) han convertido al squash en un deporte de minorías, con menos de 2.000 licencias. Finalmente, el bádminton, a pesar de no contar con el apoyo de los comercios ni arrastrar a demasiados seguidores (lo que se traduce en un micromercado formado por pocas marcas) es una modalidad que se está fomentando en las escuelas y poco a poco va ganando adeptos y federados (actualmente ha superado los 5.000). El reto de romper la estabilidad La falta de instalaciones, el abusivo precio de algunas de ellas y la poca promoción que se está haciendo desde las instituciones hace que sea bastante improbable que el tenis logre romper con la estabilidad en el que está inmerso. Aunque parece haber tocado techo, se trata de un mercado que con algunos cambios podría experimentar algún crecimiento. Teniendo en cuenta que se trata de un deporte que depende sobre todo de la evolución de practicantes aficionados -los jugadores de club garantizan un determinada cifra de ventas pero no son el núcleo de éstas- es obvio que cualquier solución debe pasar por fomentar la práctica. Para ellos es importante la ayuda de las instituciones, que deben mejorar y aumentar la cifra de instalaciones públicas, pero también es importante que las marcas asuman su papel en el asunto e ideen estrategias para incentivar la práctica. Por último, el papel de los medios de comunicación no es menos importante, pues en muchas ocasiones, los altibajos de un deporte dependen del trato que reciba éste en los medios (que a la vez dependerá del papel de los tenistas españoles). Aún así, como hemos dicho en varias ocasiones, esperar que los éxitos de los tenistas españoles determinen la evolución del mercado no parece ni muy razonable ni rentable. En cuanto al padel, las cosas son muy distintas. Por un lado -y ése es uno de sus grandes logros- es un deporte que ha logrado una gran popularidad sin apenas presencia en los medios, de manera que si algún día éstos empiezan a darle cobertura podría darse un nuevo boom, con el consecuente crecimiento de practicantes y de ventas. Además, clubes y administraciones -e incluso inmobiliarias- siguen apostando por la construcción de pistas de padel, de manera que cada vez habrá más canchas al alcance de los practicantes. En este sentido, parece lógico pensar que el potencial del padel aún es considerable y que por lo tanto, se trata de un segmento que aún puede ser muy rentable para las marcas y para los detallistas. Tratándose de un deporte que depende, sobre todo, de la evolución de practicantes, parece lógico que la principal solución sea el fomento de la práctica El potencial del padel todavía es considerable y, por lo tanto, se trata de un segmento que aún puede ser muy rentable para las marcas y para los detallistas. ts24

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx