TradeSport 120 - Marzo 2005

opinión Cementerio de elefantes El escritor argentino Jorge Bucay explica en uno de sus cuentos que desde pequeño ha sentido un especial aprecio por los elefantes del circo. Explica, también, que siempre ha habido una cosa que le ha llamado la atención cada vez que iba a verlos: a pesar de que en la función hacen gala de un peso, un tamaño y una fuerza descomunales, cuando acaba la actuación el elefante permanece atado, a través de una cadena, a una pequeña estaca clavada en el suelo. Por poco que uno se fije en esa estaca, se dará cuenta de que no es más que un trozo de madera clavado unos centímetros en el suelo y que sin demasiado esfuerzo el elefante podría deshacerse fácilmente de ella y escapar. Al principio cuando uno se plantea porque no huye lo primero que piensa es que probablemente esté amaestrado y haya aprendido que no tiene que huir. Pero enseguida nos preguntamos qué necesidad hay de atarlo si realmente le han enseñado a no huir. Y nos vuelve a asaltar la duda. Hasta que por fin descubrimos la verdad: el elefante no se escapa, simplemente, porque siempre ha estado clavado a esa estaca. Desde que nació ha sentido el peso de la cadena en su pierna y a pesar de que durante los primeros días insistió horas y horas en tirar de ella para librarse de la estaca, un día se dio cuenta de que era imposible y se resignó a su destino. Años más tarde, con una fuerza y un peso más que suficiente para soltarse de la estaca, el elefante ni lo intenta. No escapa porque cree que no puede. Tiene grabado el recuerdo de un esfuerzo inútil, y la impotencia que sintió entonces, y nunca lo ha vuelto a intentar. En el circo del sector -y lo digo metafóricamente- todos somos un poco como el elefante: estamos atados a muchas estacas que nos restan libertad y que nos impiden tirar adelante determinados proyectos. Vivimos pensando que no podemos hacer algo simplemente porque una vez, hace tiempo, lo intentamos y no lo conseguimos. En nuestro circo siempre habrá quien por puro protagonismo o por miedo a perder un supuesto poder se empeñe en poner estacas y en ser el maestro de ceremonias, pero por suerte también hay quien con los años no ha dejado de estirar, ha crecido y tiene la suficiente fuerza como para avanzar sin ataduras. La única manera de saber si ahora podemos conseguir algo que en otras ocasiones no logramos tirar adelante es, simplemente, volviéndolo a intentar. RAUL BERNAT Redactor (raul@gescode.es) firma invitada Sólo vale compartir Hace un año que me incorporé a Afydad como coordinador y uno de los premios que me ha dado este puesto ha sido la posibilidad de conocer y aprender de los empresarios, ejecutivos, y en definitiva, de todos los que trabajan y se mueven en este sector. Sin embargo, también he visto cosas menos coherentes, como por ejemplo, la "poca cultura de compartir", que nos convierte en un sector muy "individualista": a pesar de que uno a uno podamos ser más o menos eficaces, tenemos unas limitaciones que cuanto más evoluciona todo en general, y nuestro mercado en concreto, más importantes son y más barreras de actuación nos crean. Mirar exclusivamente de lado nos aleja de ver muchas cosas que tenemos delante, como por ejemplo, las fuentes de ventaja competitiva, y nos impide trazar objetivos coherentes y más agresivos que repercutirían positivamente en cada empresa y que servirían, también, para potenciar nuestro sector. En aspectos como el comercial, la contabilidad y las finanzas, e incluso el marketing, está casi todo probado y más o menos sabemos cómo hay que hacer las cosas; basta con adaptar las políticas de la empresa al contexto. Sin embargo, el margen que necesitamos obtener para luego trasladar a nuestro target, pasa por compartir información. Ello nos puede llevar a profundizar en otros aspectos como la logística y, desde aquí, optimizar nuestra cadena de valor; cuánto nos podemos ahorrar en costes; cuánto más podemos saber; cuánto, cuándo, cómo y dónde debemos invertir en conocer a nuestro target; cómo podemos optimizar el ratio de devolución de inversión en marketing; y quiénes son nuestros competidores realmente (¿tal vez productos substitutivos como las empresas de telefonía móvil o tal vez los canales alternativos con las grandes franquicias?...). Por mi parte prefiero núcleos duros dentro de nuestro sector: en este mercado, y con estos medios tan efectivos que nos brinda la tecnología, ya no valen tanto las frases de antaño, solo vale compartir y mirar hacia delante. ¿Es sostenible en el tiempo optimizar en costes y luego no optimizar en comunicación? Está claro que compartir ayuda, y más teniendo en cuenta que el modelo actual de distribución en nuestro ya maduro sector no está en el mejor momento. Por último y aprovechando este espacio que me han cedido, quiero agradecer al presidente, y a todos los miembros de la junta de Afydad, su tiempo y su trabajo, cediendo de sus empresas y familias, horas y horas con el objetivo de potenciar este sector en beneficio de todos. Asimismo, también quiero agradecer las opiniones e inquietudes que los asociados y los no asociados me hacen llegar y que refuerzan mi motivación y mi orgullo de pertenecer a este sector. XAVI MORENO Secretario General de Afydad

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