desde 1994 había sido de carácter creciente hasta 1996, año de máximo auge del trekking urbano, como puede apreciarse en el gráfico. A partir de ese momento se inicia un periodo de retroceso en el número de unidades vendidas, que dura hasta 1998. A pesar de este bache, que representó un descenso en las ventas del 14,6% en dos años, y que en parte coincide con el estancamiento general sufrido por el sector del calzado durante el trienio 97-99, las ventas de calzado de trekking empiezan a mostrar síntomas de recuperación a partir de 1999, dando paso a una nueva etapa de estabilidad, con una ligera tendencia al alza que se ha confirmado en este último año, que como en el caso del running, ha vuelto a experimentar un leve crecimiento después de un año, el 2003, en el que las unidades vendidas descendieron. En cuanto a las marcas, lo primero que sorprende es la ausencia de las grandes multinacionales en los primeros puestos del ranking de ventas. Sin ir más lejos, entre Nike y Reebok ni siquiera alcanzan el 3% de cuota, y adidas, aunque sí que se sitúa primera, lo hace con Salomon, mientras que en el caso de adidas, adidas, la compra de Salomon, empresa especializada que compró la marca alemana para posicionarse en este tipo de actividades. Así pues, a pesar de que la marca francesa del grupo adidas se coloca al frente de los rankings de ventas tanto en unidades como en valor, las marcas que le siguen son especialistas del mundo outdoor, como Chiruca -segunda en unidades y valor y una de las que ha experimentado mayor crecimiento-, Hi-Tec, Tuckland o Boreal. Un fututo optimista El running es, sin duda, un deporte que se encuentra en expansión y que aún tiene un largo camino por recorrer. El constante aumento de practicantes y la creciente proliferación de carreras populares augura unos años en los que en el peor de los casos primará la estabilidad. Las marcas deberán buscar nuevas soluciones para arañar cuota de mercado y, sobre todo, para atraer a un consumidor que, a diferencia de hace algunos años, está dispuesto a pagar más -y tiene más donde elegir-. En cuanto al trekking, aunque tenga menos aficionados que el running, es una modalidad que poco a poco va ganando adeptos, lo que se traduce en un volumen de ventas, cuanto menos, estable. Probablemente tenga mejores oportunidades de entrar en el mundo del streetwear de las que tiene el running, con una estética excesivamente atlética, lo que sin duda le ayudará a obtener buenos resultados en los próximos años y puede animar a muchas marcas a seguir apostando fuerte por este segmento. En definitiva, todo apunta a que la evolución del outdoor en nuestro país, y pese a algunos altibajos propios del sector, no ha hecho más que comenzar. El aumento de practicantes y la diferenciación que aporta la tecnicidad que ofrecen los artículos técnicos es un valor añadido que debemos aprovechar y potenciar. A todo ello debemos añadir un factor muy importante: la progresiva introducción de la estética outdoor en el sportwear, un aspecto que, sin duda, será clave en el gran cambio que experimentará en los próximos años este segmento (sobre todo en países con climas más lluviosos y fríos, donde este tipo de ropa se convierte en algo imprescindible para el día a día). Esperemos que nuestro sector sepa aprovechar en su beneficio y no deje que una vez más sea el mundo de la moda el que se los acabe apropiando. Afortunadamente muchas marcas ya se han dado cuenta de ello y están desarrollando colecciones adaptadas a las nuevas tendencias sin renunciar a la máxima funcionalidad.
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