TradeSport 117 - Diciembre 2004

ga a ingerir 8.000 calorías y 15 litros de agua al día para soportar semejante esfuerzo. El 8 de noviembre llega a la ciudad de Gao, un paraje idílico con un sorprendente contraste formado por el azul fuerte del río Níger, el vivo verde de los campos de arroz y el ocre de las dunas que se precipitan contra el agua. Una recompensa para Serge y su equipo. La soledad del corredor se ve algunas veces alterada. Y se agradece. La televisión nigeriana ha salido a su encuentro a unos kilómetros de Niamey y le han hecho una entrevista. Minutos más tarde unos niños le han acompañado corriendo durante unos pocos kilómetros. A menudo en Francia o en Europa cuando Serge menciona que quiere atravesar un continente corriendo es considerado como un loco, pero en África no. Aquí son conscientes del esfuerzo que supone recorrer grandes distancias a pie. A mitad de camino, en medio de la nada nigeriana, la fatiga hace mella en Serge; está cansado, ha adelgazado demasiado y su tobillo le duele cada vez más. Por si fuera poco su equipo ha recibido un e-mail de las embajadas del Tchad y el Sudán diciendo que la guerra civil ha estallado en Darfur y no hay autorización para entrar, como estaba previsto, en estos países. El equipo está desmoralizado, pero no hay tiempo para parar. Habrá que buscar alguna solución. Con el camino cortado hacia el este la única alternativa es ir hacia el norte y cruzar Libia, pero la frontera sur entre este país y Nigeria está cerrada a los occidentales, así que habrá que solicitar urgentemente una autorización oficial para poder entrar en Libia. Mientras, Serge sigue corriendo con la incertidumbre de no saber si su aventura terminará o no en la frontera. 27 de Noviembre. El grupo se detiene en Agadez, al borde del desierto del Teneré. Es el último sitio donde poder hacerse con las previsiones necesarias para atravesar un desierto de 800 Km. sin ningún tipo de seguridad ni asistencia. En estos últimos días el tobillo derecho de Serge ha sufrido mucho y una vez en el desierto de Teneré el dolor se hace insoportable al tener que correr sobre un terreno pedregoso, hasta al extremo de tener que dejar de correr y ponerse a caminar, durante horas, con temperaturas de hasta 500 C. Tras unos cuantos kilómetros la roca da paso a las dunas de arena, que Serge tiene que atravesar durante cientos de kilómetros. Este cambio de terreno no ayuda en absoluto a su tobillo, que empeora por momentos, obligándole a parar varias veces al día para recibir tratamiento. Aun así, Serge se ve obligado a caminar para no perder ni un solo día, aunque las fuerzas empiezan a flaquear y los progresos son cada vez más lentos. Después de un esfuerzo sobrehumano, el equipo llega al pozo de Achegour, un oasis en pleno desierto. Es el momento de proveerse de agua, tomar una más que necesitada ducha y descansar. Están a diez días de Libia y aún no tienen ninguna noticia de su paso por la frontera. Esto les preocupa, porque sin el permiso de las autoridades libias sería imposible alcanzar el objetivo. Afortunadamentee llegan buenas noticias desde Libia: el trayecto puede continuar. Tras haber corrido 1500 Km. en Nigeria sobre caminos rocosos y cientos de dunas de arena, Serge puede retomar el ritmo correcto de la carrera gracias a la comodidad del camino practicable. Tras correr 1900 Km. en Libia durante unos 20 días, Serge llega a la ciudad de Tobruk, cerca de la frontera con Egipto. Después de pasar el puesto fronterizo de Port Saloum y por la ciudad de Siwa, Serge empieza su carrera por el desierto blanco, directo al Cairo. Tras 13 días corriendo por el desierto el final está cerca. Es la última acampada del equipo. Están a unos 45 Km. del Cairo. Serge se prepara para realizar su última etapa y un sentimiento de nostalgia embarga a todo el equipo: el camino ha sido duro, a veces terrible, pero en definitiva extraordinario. Todos saben que el retorno a la civilización va a ser muy difícil tras cuatro meses en el desierto. 2 de febrero de 2004. Después de 8.295 Km. de carrera, 123 días, 2 horas y 40 minutos, con una media de 75 km. diarios, Serge llega a las pirámides de Giseh. Ha recorrido una distancia equivalente a 196 maratones en cuatro meses. Ha perdido 10 kilos y ha gastado 20 pares de zapatillas Mizuno. La cuarta transcontinental (TransEurasia) está programada para Septiembre de 2005. Serge intentará atravesar Asia y Europa, empezando en Tokio y acabando en París. Unos 19.000 km. en menos de 300 días. Y sin un solo día de descanso. ts23 En 123 días Serge Girard ha recorrido una distancia equivalente a 196 maratones. Pese a la dureza del recorrido sólo ha necesitado 20 pares de zapatillas Mizuno

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