37 TAPONES ¿CÓMO SE FABRICAN LAS SOLUCIONES DE CIERRE DE NOMACORC? “El enfoque de la marca Nomacorc está centrado en la sostenibilidad”, nos explicó Marta Arranz, enóloga y responsable de la gama de herramientas Wine Quality Solution. Y es que dentro de la amplia gama de soluciones de Vinventions, los tapones sintéticos de Nomacorc combinan eficacia técnica y características sostenibles para proteger el vino. La marca Nomacorc está especializada en resolver los problemas relacionados con el sabor a corcho (TCA) y en introducir la gestión del oxígeno a través de los cierres. Nomacorc también es el primer cierre en utilizar materias primas sostenibles innovadoras. “Esta gama de tapones está diseñada para abordar los desafíos ambientales, incluida la reducción de las emisiones de carbono (gama Green Line), la circularidad (gama Blue Line) y la lucha contra la contaminación marina (gama Ocean)”, señaló Arranz. El proceso de fabricación de estos tapones se inicia en la fase de extrusión, momento en el que la materia prima y los gránulos se mezclan, se funden y se prensan en un molde para crear un tubo que se solidifica en remojo con agua. Tras ello, llega el proceso de coextrusión, es decir, de una segunda extrusión. Aquí, se unen dos materiales sintéticos (piel y espuma) por adhesión térmica y se crea el tapón completo antes de pasar a la fase de corte. Mediante una cuchilla rotativa, previamente pulverizada con una mezcla de agua y etanol, se corta el tubo y se da forma a cada tapón. Los tapones ya cortados llegan verticalmente a la máquina de biselado. Luego, son llevados a un tapiz que les empuja a los lados y los gira. Dos discos en rotación constante biselan el tapón a una velocidad media de 7.000 tapones a la hora. Seguidamente, les quita el polvo restante para dejarlos listos para la impresión. En este momento, los tapones entran en un carrusel, se fijan y hacen una rotación sobre sí mismos. Al mismo tiempo, se imprimen eléctricamente mediante un tratamiento llamado ‘Corona’, que modifica la tensión de la superficie del tapón, logrando una mejor adhesión a la tinta. Visita de enólogos, distribuidores y prensa especializada a la planta de Thimister-Clermont (Bélgica). Durante la extrusión, la materia prima y los gránulos se mezclan, se funden y se prensan para crear un tubo que, más tarde, se convertirá en tapones. Cuando los tapones ya están impresos, se pasa al tratamiento de superficie. En un primer silo se les quita el polvo y en un segundo silo, se les trata con silicona alimentaria. Después, por un lado, se recogen los tapones de retención de cada lote –que se guardan en laboratorio durante 5 años– y, por otro,
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