90 INVESTIGACIÓN LACA HIDRÓFOBA, ADHERENTE Y ANTICORROSIVA Para obtener esta resina, los expertos dejaron secar las muestras de orujo de tomate y las sometieron a un proceso de hidrólisis, es decir, eliminaron cualquier resto de agua y se quedaron con los lípidos, en este caso grasa vegetal. Una vez extraída la parte grasa, la mezclaron con una proporción mínima de etanol, compuesto orgánico conocido como alcohol etílico. “Dispersamos la muestra en un 80% de agua y un 20% de etanol aproximadamente. Esa dispersión de grasa en agua la aplicamos directamente con un spray sobre la superficie de metal que se va a proteger. De este modo, se impregna en el metal, se queda pegado al conformado de la lata, resistiendo a los cortes posteriores del envase”, detalla el responsable del estudio. Para conseguir la unión de las moléculas de la mezcla y obtener la resina, los expertos aplicaron calor. “Sometimos la laca a una temperatura de 200 grados durante un periodo de tiempo muy corto, entre 10 y 60 minutos y así obtuvimos la resina”, cuenta Heredia. Como conclusión, los expertos comprobaron que la resina de orujo de tomate es hidrófoba, es decir, repele el agua. Además, tiene una alta capacidad de adhesión al metal de la lata que recubre. “Si el recipiente se cae, sufre golpes o recibe algún impacto como consecuencia de su transporte, por ejemplo en un camión de reparto, Proceso de obtención de la resina a partir de desechos de orujo de tomate. Foto: Isabel Díaz. El investigador Alejandro Heredia mostrando un prototipo de resina. Foto: Isabel Díaz.
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