TP21 - Tecno Pack - Tecnología y equipamento para envases y embalajes

36 ENVASES EN LA ALIMENTACIÓN prolonga la duración. Por último, el envasado permite controlar las racio- nes, lo que también puede contribuir a reducir el desperdicio de alimentos. Los envases de metal, por ejemplo, ofrecen una gran versatilidad en cuanto a tamaño, lo que permite a las marcas fabricar productos de la misma cali- dad superior, independientemente de que se vendan en envases indi- viduales o en tamaño familiar. Esto ayuda a los consumidores a minimizar el desperdicio y les brinda la opción de comprar de acuerdo con sus nece- sidades. Esta versatilidad también se puede extender a la ergonomía: un envase que sea más fácil de agarrar o de abrir para los menos diestros puede evitar derrames innecesarios. El metal es además increíblemente robusto y fiable, y ofrece el envase más resistente y a prueba de mani- pulaciones del mercado. Su fuerza le permite soportar procesos como la esterilización por calor, y retiene eficazmente los nutrientes hasta su consumo, mientras que los productos frescos pierden sus nutrientes desde el momento en que se cosechan. LOS BENEFICIOS DE LOS ENVASES DE METAL Al ser un formato de envase que se cierra herméticamente, las latas mantienen lo bueno dentro y lo malo fuera. Tanto la luz como el oxígeno son factores clave para la degradación prematura de los alimentos y bebidas, y la lata proporciona una barrera total- mente impenetrable contra ambos. Además, en el procesamiento de ali- mentos, el enlatado destruye varios patógenos y desactiva enzimas que de otra forma podrían causar un deterioro continuo del contenido. Este formato cuenta con un historial de seguridad sin precedentes en términos de enfer- medades transmitidas por alimentos. Los beneficios también son claros para las bebidas. La cerveza artesanal, por ejemplo, a menudo tiene una vida útil más corta que las alternativas produ- cidas en masa, por lo que se beneficia enormemente de las cualidades de barrera del metal para llevar el pro- ducto hasta el consumidor tal como fue concebido. Asimismo, la diferen- cia entre la vida útil de los tomates enlatados en comparación con los frescos es de varios años. EL IMPACTO DE LAS LATAS EN EL DESPERDICIO DE ALIMENTOS Para reducir el desperdicio de ali- mentos, los formatos de envasado que contribuyen a prolongar la vida útil, como la lata, pueden tener un gran impacto. Una investigación reali- zada por Crown en colaboración con la Universidad de Delaware calculó el impacto que tienen los envases de metal en la reducción del desperdicio de alimentos en América del Norte. El estudio se centró en las frutas y verduras, debido al alto porcentaje de pérdida de este tipo de alimen- tos (alrededor de un 50% de media), y examinó la cantidad de pérdidas que se producen cuando los alimen- tos se envasan frescos (refrigerados), congelados y enlatados. Los resultados fueron interesantes y, para muchos de los productos exa- minados, las variedades enlatadas tuvieron la estimación de pérdidas de consumo más baja. A continuación se muestran dos ejemplos: • Maíz dulce: Fresco = 32% de pér- dida / Congelado = 36% de pérdida / Enlatado = 7% de pérdida • Melocotones: Frescos = 42% de pér- dida / Congelados = 35% de pérdida / Enlatados = 8% de pérdida Además, se desperdició cinco veces menos de piña en comparación con la fresca y congelada, y se presenta- ron datos similares para muchos otros alimentos. Solo en EE UU, el desper- dicio de frutas y verduras asciende a unos 50.000 millones de dólares al año, pero si se envasaran en latas de metal, el país podría, en teoría, aho- rrar unos 340 millones de litros de alimentos. Esta cifra, una vez extrapo- lada, significa que las latas de metal para alimentos podrían ahorrar más de mil millones de litros de alimentos a nivel mundial. LAS LATAS APORTAN BENEFICIOS AMBIENTALES Sin duda, el enlatado ahorra energía y recursos, y el envase en sí es sostenible sin esfuerzo. La industria mundial de envasesmetálicos ahorra unos 110millo- nes de gigajulios (GJ) en comparación con los mismos productos refrigera- dos y, sorprendentemente, unos 500 millones de GJ en comparación con el producto congelado. Un GJ equivale a un barril de petróleo y, según el con- sumo medio de electricidad, podrían alimentarse unos 34 millones de hoga- res en todo el mundo con la energía ahorrada por el sector de envases de metal al utilizar latas para conservar los alimentos, en lugar de congelarlos. En cuanto al transporte, las latas de metal se pueden apilar de forma eficiente, se pueden transportar a temperatura ambiente y requieren tres veces menos de energía que la que se necesita para transportar y almacenar productos congelados. Además, el transporte de alimentos frescos consume el doble de energía que el transporte de alimentos enlata- dos. Por último, el material en sí es un factor clave para la economía circular. El metal es infinitamente reciclable sin pérdida de propiedades, y la infraes- tructura existente para garantizar que se mantenga en el circuito de mate- rial es excelente en todo el mundo. Se estima que el 80% del aluminio y del acero extraídos en el mundo toda- vía se utiliza en la actualidad4, por lo El metal es increíblemente robusto y fiable, y ofrece el envase más resistente y a prueba de manipulaciones del mercado

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