TP19 - Tecno Pack

ETIQUETAS Etiquetado de la proteína vegetal de Natural Athlete. nes de 0,9, a unmínimo de 3– hasta los valores de referencia de los nutrientes –solicitando que se basen en criterios uniformes para ayudar a los consu- midores a descifrar la información nutricional con mayor facilidad–. 7 de cada 10 españoles consulta el etiquetado de los productos de ali- mentación siempre o casi siempre, según el último estudio monográfico del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Junto a la fecha de cadu- cidad, el aspecto que más les interesa es el listado de ingredientes. El 90% de los españoles prefiere ver el listado completo de ingredientes, en vez de una lista reducida porque a todos nos preocupa saber lo que comemos. A medida que vamos teniendo un mayor conocimiento de los efectos de determinados elementos en nuestra salud y que procuramos eliminarnos de nuestra dieta, tenemos más interés en que se detalle en qué porcen- taje se encuentran en los productos que consumimos. No es casualidad que tres de cada diez consumidores dejen un producto en la estantería del supermercado después de leer dete- nidamente lo que contiene. El azúcar es el ingrediente que se considera más importante que esté incluido en el etiquetado de un producto. SISTEMAS INTERNACIONALES Y ETIQUETA FRONTAL Tan importante es la etiqueta de los productos alimentarios, que la Organización Mundial de la Salud ofrece desde 1985 una serie de directrices generales que se han ido actualizando para procurar que en ningún caso se empleen para enga- ñar a las personas: ya sea porque se promocionen cualidades inexisten- tes o porque se omita información relevante. La preocupación de las auto- ridades sanitarias no es solo que estén incluidos todos los datos relevantes, sino también que los consumidores los entiendan. Para facilitar la comprensión general de cómo de saludables son o no algu- nos alimentos, se han desarrollado diferentes sistemas de etiquetado fron- tal a nivel internacional. Todos tienen en común el intentar simplificar el mensaje de forma que pueda enten- derlo cualquier perfil de consumidor. Las que mayor implantación tienen en Europa son Nutriscore, de origen francés; Keyhole, la más extendida en los países nórdicos; y el sistema semafórico que emplea Gran Bretaña. Nutriscore emplea un código de colo- res (asociados a letras) que van del rojo al verde según la valoración de su contenido en azúcares, grasas, sal, calorías, fibra y proteínas por cada 100 gramos de producto. Fue creado por la agencia de Salud Pública Francesa en marzo de 2017 y ha sido recomendado por autoridades sanitarias de países europeos como Alemania, Bélgica, Países Bajos y España. Con cinco niveles de la ‘A’ verde a la ‘E’ roja, se categoriza a todos los pro- ductos de una forma muy simple y muy visual. Esta es su principal virtud y es también su principal defecto: si lo único que hacemos es una ope- ración matemática en la que fibra y proteína suman, y calorías, azúcar, sal y grasas restan, nos encontramos con un sistema tan poco fiable que califica negativamente el aceite de oliva y positivamente un refresco die- 29

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