Tierras Porcino_TO7

53 PRODUCCIÓN (GnRF) que actúa bloqueando el eje hiptalamo-hipofisis-gonadas. El compuesto es un antígeno sintético análogo del GnRF, que unido a un toxoide de difteria adquiere la capacidad inmunógeno necesaria para actuar como una vacuna. Su administración induce la producción de anticuerpos contra la GnRF propia del animal, que desencadena un bloqueo temporal en la producción de hormona foliculoestimulante (FSH) y hormona luteinizante (LH), las cuales actúan sobre el desarrollo de las gónadas. En el caso de las hembras, la vacunación anula la producción de hormonas sexuales (estrógenos y progesterona) y suprime el ciclo ovárico. En consecuencia, se produce la regresión de los órganos reproductores y se inducen algunos cambios metabólicos que conducen a alteraciones en el comportamiento, como reducción de la agresión, aumento del apetito e incremento del consumo de alimento. Estudios previos han demostrado que la inmunocastración en hembras mejora los índices productivos, como la ganancia media diaria (GMD) y la ingesta, respecto a las HE. El protocolo de vacunación consta de 2 dosis que deben aplicarse por lo menos con 4 semanas de diferencia. La primera dosis prepara el sistema inmune estimulando de manera limitada la producción de anticuerpos frente a GnRF. La segunda dosis es la que desencadena una respuesta inmune fuerte y genera una inhibición de la función ovárica. En hembras de capa blanca, según las instrucciones, el sacrificio debe realizarse entre 4 y 9 semanas después de la segunda dosis. La gran mayoría de estudios sobre los efectos de la inmunocastración han sido realizados en machos o en hembras ibéricas, habiendo pocos datos de su influencia sobre la calidad de la canal y de la carne en hembras de capa blanca. Además, la información disponible comparando MC, HE y hembras inmunocastradas (HI) es escasa. El objetivo del estudio realizado en Grupo Alejandro Miguel fue evaluar el impacto de la inmunocastración de las hembras sobre la calidad de la canal y la calidad de la carne, así como su repercusión en los productos de alto valor añadido y compararlo con HE y MC del cruce Duroc x (Landrace x Large White). Como resultados del estudio, no se observaron diferencias estadísticamente significativas respecto al rendimiento vivo canal entre los tres grupos analizados. Sin embargo, se pudieron apreciar diferencias en los rendimientos de la paleta y el jamón. Las HI presentaron menor porcentaje de magro que las HE, correlacionándose también con menores porcentajes de magro en jamón, paleta, lomo y bacon. Además, el espesor graso dorsal fue mayor en las HI. No hubo diferencias respecto a los MC. Estos resultados coinciden con otros estudios realizados en los que la inmunocastración aumento el engrasamiento y la calidad de la canal. Respecto a la calidad de la carne, las HI incrementaron el espesor graso del jamón en la región del glúteo medio, así como la infiltración tanto en el Biceps femoris como en el Longissmus dorsi, siendo un aspecto esencial para la producción de jamones y de lomo curados, ya que tiene un impacto muy positivo en la textura y apariencia de dichos productos. Además, ese aumento en la deposición grasa tanto subcutánea como intramuscular se reflejó en una disminución de la mema durante el proceso de curación del jamón. Por otro lado, la inmunocastración afectó al perfil de ácidos grasos de la grasa subcutánea del jamón, tendiendo a presentar una mayor proporción de ácidos grasos saturados y menor proporción de ácidos grasos poliinsaturados. No se encontraron diferencias respecto a los MC. En conclusión, de acuerdo con los resultados obtenidos, la inmunocastración de las hembras, además de las innegables ventajas en bienestar animal, es una estrategia prometedora para eliminar las diferencias existentes con los MC y, así, evitar la penalización de las canales de hembras destinadas a la producción de productos de alto valor añadido. n Paleta y el jamón de Alejandro Miguel.

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