Tierras Porcino_TO7

52 PRODUCCIÓN Efecto de la inmunocastración sobre la calidad de la canal y de la carne en hembras de capa blanca En los últimos años, la creciente demanda de productos cárnicos de alta calidad, con un mayor grado de infiltración y cobertura grasa, ha puesto de manifiesto la gran heterogeneidad existente entre los machos castrados (MC) y las hembras enteras (HE). Las hembras se caracterizan por ser más magras y por tener menos grasa infiltrada, siendo sus canales penalizadas en los mataderos para la producción de productos curados de elevada calidad, ya que se requiere un alto nivel de engrasamiento para poder desarrollar las características sensoriales optimas durante el proceso de curación. Además, la aparición del celo disminuye la ingesta de alimento durante 2-3 días, con la consiguiente pérdida de peso y retraso en el crecimiento frente a los machos. Silvia Ezquerro, directora técnica de Grupo Alejandro Miguel Los machos son castrados quirúrgicamente para prevenir el olor sexual y evitar comportamientos agresivos, lo cual favorece la deposición de tejido graso. Sin embargo, la castración quirúrgica en las hembras no se suele practicar salvo en el caso de las hembras ibéricas, debido a sus características productivas especiales, para evitar apareamientos no deseados con jabalíes. Este procedimiento debe realizarse por un veterinario con anestesia y analgesia prolongada (RD1221/2009). En las hembras de capa blanca, esta práctica no está permitida. Por consiguiente, tanto por razones económicas, como de bienestar animal, como de mejora de la calidad de la canal y de sus productos derivados, la búsqueda de alternativas viables a la castración quirúrgica es una prioridad. En este escenario, una de las alternativas más validas y eficaces es la inmunocastración. La inmunocastración fue aprobada para su uso en machos en la UE en 2009 y para hembras en España en 2014. Se trata de una vacuna contra el factor liberador de gonadotropinas,

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