PRODUCCIÓN 27 Ana Rodríguez, junto a otros miembros del equipo ministerial, en una reunión con las comunidades autónomas sobre la PAC. Es precisamente esa desigual situación de mercado, explicada en torno a los sectores bovino y porcino pero aplicable a muchos otros productos, la que ha motivado que el análisis de la situación y las medidas correctoras se hayan debido evaluar siguiendo un enfoque caso por caso. Así, ante las dificultades a los que se han ido enfrentando los sectores ganaderos se han fortalecido algunas de las medidas, como las ayudas asociadas de la PAC o se han puesto en marcha otras medidas puntuales, como las ayudas para paliar los efectos de la guerra de Ucrania o de la sequía. Igualmente, cabe recordar que las iniciativas legislativas puestas en marcha en los distintos EE MM también contribuyen a dar forma al contexto de mercado y a la evolución del sector. Es el caso de la normativa de ordenación ganadera, revisada en los últimos años, y de la que el último exponente es RD 1053/2022 de normas básicas de ordenación para explotaciones bovinas de producción, tanto de carne como leche, en el que se recogen exigencias mínimas para todas las explotaciones, persiguiendo dotarlas de herramientas que refuercen su evolución sostenible, al cubrir en su ámbito de aplicación las diferentes demandas de poderosa actualidad, como la seguridad alimentaria, la sanidad animal y salud pública, medio ambiente o bienestar animal. ¿Puede el sector ganadero absorber el aumento de costes que ha tenido en los últimos años, especialmente en el caso de la alimentación? ¿Qué medidas ofrece el Ministerio para ayudar a los ganaderos en esa situación? Como se ha comentado, existen diferencias entre la situación de los distintos mercados ganaderos, basados en la capacidad de los mismos para repercutir los costes de producción manteniendo la demanda, aspecto que según el análisis ha sido posible en el caso del porcino y la avicultura, pero en mucha menor medida en otros sectores en los que dicha repercusión o bien es más difícil, o bien implica como consecuencia una caída en la demanda. Y es que la invasión de Ucrania ha supuesto para buena parte de los sectores ganaderos de nuestro país un incremento de los costes de producción, derivados del aumento de los precios de las materias primas para alimentación animal y de los precios de la energía y de los combustibles. Los incrementos de los precios al productor y la contención de los costes de producción que se vienen observando en casi todos los sectores desde finales del año pasado por sí solos no han sido capaces de revertir esta situación, por lo que en determinados momentos se han visto comprometidos los márgenes y los niveles de rentabilidad en buena parte de las ganaderías de nuestro país. Hay que tener en cuenta que el incremento del precio de las materias primas para la alimentación animal ha sido muy elevado (en momentos incluso superior al 80 % respecto al año 2020) y ha sido muy sostenido en el tiempo ya que comenzaron a elevarse a finales del año 2020 y no ha sido hasta bien entrado el 2023 cuando han empezado a estabilizarse y registrar caídas, que, a pesar de estar aliviando la situación, no han conseguido volver a los valores de precios registrados anteriormente. A ello hay que unir que el reflejo de estos incrementos en los costes de producción sobre el precio de la carne, leche o animales vivos se ha producido más lentamente y no han podido compensar en todo momento esta subida de costes. Sin embargo, al igual que el precio de los piensos está cayendo, también ha comenzado a hacerlo el precio de la carne, de la leche y de los animales vivos, aunque todavía se mantienen en niveles muy elevados. Habrá que seguir analizando la evolución de precios y costes de producción para monitorizar los niveles de rentabilidad y asegurar que los márgenes no vuelven a verse comprometidos. Esta situación se vio agravada ante un escenario de escasez de precipitaciones durante un periodo de tiempo prolongado que comprometió la viabilidad de los cultivos y los pastos, y supuso, por tanto, una mayor necesidad de suplementación en la alimentación animal a precios ya de por sí muy elevados. En ambos casos, el Gobierno, actuó con carácter inmediato para hacer frente a los efectos de los incrementos de costes, y garantizar un apoyo a adicional a los ganaderos de nuestro país. Por un lado, a través del Real Decreto-ley 6/2022, de 29 de marzo, por el que se adoptan medidas urgentes en el marco del Plan Nacional de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania, entre cuyas medidas se incluyen ayudas específicas para los sectores ganaderos, dedicando 169 millones de euros para el conjunto del sector lácteo y 193 millones para los sectores cárnicos (vacuno, ovino y caprino, pollos y conejos). Por otro lado, a través del Real Decreto-ley 4/2023, de 11 de mayo, por el que se adoptan medidas urgentes en materia agraria y de aguas en respuesta a la sequía y al agravamiento de las condiciones
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