con productos que garanticen la calidad de la carne final y la seguridad alimentaria de los cerdos”. A nivel de digitalización, Premier Pigs ya trabaja con aplicaciones para medir el pienso necesario a la hora de hacer las compras, para ser más eficaces y ahorrar en costes, y tiene instalados sensores de temperatura y humedad para regular el ambiente de las granjas de forma automática y eficiente. EL PAPEL DE LA CIENCIA Y LA DISTRIBUCIÓN Sara Bover, jefa del área de Industrias Alimentarias y miembro del equipo de Coordinación Científica del IRTA, explicó que desde las organizaciones científicas deben trabajar en tres vertientes: “La innovación, la transferencia y la aplicación de soluciones reales”. En el caso del IRTA, el centro está centrando su atención, entre otros campos, en el uso de energías, aprovechamiento de subproductos, la eficiencia en la utilización de materias primas y sus alternativas o el consumo de agua: “Podemos ahorrar gracias al agua regenerada ya que hemos demostrado que los rumiantes pueden tolerar un nivel de nitratos más elevados que otros animales, por lo que el objetivo debe ser crear estrategias basadas en la monitorización del uso del agua y su calidad”. De todos modos, Bover añadió que “investigamos mucho pero lo importante es saber qué consecuencias tiene todo este en el producto final ya que de nada sirve optimizar procesos si eso conlleva problemas al final de la cadena”. Precisamente del final de la cadena habló la responsable del área de cárnicos de AECOC, Barbara Calvaresi, quien dijo que “la sostenibilidad es un objetivo en movimiento”. Aunque es cierto que en España aumentó el consumo de carne un 2,7% en 2023, “los drivers del consumidor están cambiando”, explicó. “Aunque el precio es importante debido al contexto económico actual, la salud se ha posicionado como el principal driver de consumo”. Desde AECOC han visto que existen diversos frenos del segmento más joven de población a nivel de consumo de carne, especialmente por las preocupaciones sobre salud, bienestar animal e impacto ambiental. Gracias a una encuesta realizada a más de 1.000 jóvenes, han visto que el 60% de los consumidores ha reducido su consumo por la preocupación sobre la sostenibilidad. Además, el 94% quiere más transparencia por parte de las empresas del sector cárnico: “Quieren saber qué hacemos”, dijo Calvaresi. “Tenemos que informar desde el rigor de los datos de la comunidad científica y de los centros tecnológicos porque en este sector podemos presumir de granjas muy avanzadas, tenemos que perder el miedo a mostrarlas al público”. Todos los participantes estuvieron de acuerdo con esta necesidad de comunicar, sobre todo “trabajando con datos científicos y una estrategia de comunicación”. Sara Bover aseguró que desde la ciencia se puede demostrar cualquier cosa si se cuantifica correctamente el impactos del sector, “e incluso de cada proceso específico”. En esta línea, introdujo la necesidad de tener en cuenta “los factores psicosociales y neurocientíficos del consumidor para entender cómo reacciona ante los estímulos”. Bover dijo que con esa información, “podríamos acercarnos a los jóvenes a través de los canales donde se informan: las redes sociales”. n Barbara Calvaresi, responsable del área de cárnicos de AECOC. 15 PRODUCCIÓN
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