ALIMENTACIÓN A partir de esos estudios se podrían realizar catálogos, calendarios de potenciales subproductos a escala comarcal y manuales de uso. Ejemplos son los llevados a cabo por Dupuis (2015) o el de Rodríguez Lozano (1976) y, aunque centrado en ovino, las sencillas instrucciones de aprovechamiento de Romagoza Vilá (1965). En su momento, Boza y Ferrando (1989) realizaron una completa revisión sobre la situación del estudio y aprovechamiento de los subproductos en España. Algunos de esos subproductos son los siguientes: suero de quesería, orujo de aceituna, huesos de aceituna u orujo de uva. • Asegura la disponibilidad de forrajes de calidad durante épocas de escasez. • Durante el proceso de fermentación, los pastos maduros y otros alimentos fibrosos mejoran su digestibilidad y apetecibilidad. • Evita la cosecha diaria de forraje en sistemas de corte, recolección y transporte. • Facilita el transporte y almacenamiento de grandes cantidades de forrajes. El ensilaje está considerado una alternativa para la alimentación sostenible del cerdo; Kambashi et al. (2014) realizaron una revisión al respecto. Los cerdos lo consumen bien. Presto et al. (2013) indican que los cerdos se encuentran más atareados con su ingesta y se muestran menos agresivos que cuando comen concentrados. LEGUMINOSAS GRANO Las leguminosas grano son las principales alternativas a la soja. En 1961, Puerta Romero, en su libro ‘Variedades de judía cultivadas en España’ hablaba de unas 1.000 variedades de haba y de otras 600 de garbanzo, empleadas en alimentación humana o animal, o en ambas. Entre éstas se encuentran diferentes especies como: algarroba ( Vicia monanthos), alverjones ( Vicia narbonensis), alholva ( Trigonella foenum-graecum), almorta (Lathyrus sativus), altramuces (Lupinus angustifolius, L. luteus y L. albus), garbanzo (Cicer arietinum), guisante ( Pisum sativum), haba ( Vicia faba), titarros (Lathyrus cicera), yeros ( Vicia ervilia), lentejas (Lens esculenta). Por ejemplo, Acosta Naranjo (2002) menciona que antiguamente cuando en la dehesa no había comida (normalmente en la época seca del verano) el ofrecimiento de chícharros, trigo, cebada, garbanzos o habas a las cerdas en dehesa durante épocas de escasez a las cerdas se les daban chícharros, trigo, cebada, garbanzos o habas. Mateos et al. (1993) dan información sobre composición nutricional y factores antinutricionales de altramuces, habas, guisantes y lentejas. Boza López (1991) también da información sobre su valor nutritivo, mientras que Rubio & Molina (2016) dan una información más general. Una característica común de las leguminosas grano es que todas tienen más de un 20% de proteína (del 20 al 40%) en relación con su materia seca; por lo que son claves a la hora de equilibrar raciones que de otra forma serían pobres en proteína. Contienen una baja cantidad de aminoácidos azufrados (metionina y cisteina) y de triptófano, lo que limita su uso en monogástricos, pero son ricas en lisina (un importante aminoácido esencial). Por tanto, son el complemento idóneo para dietas ricas en cereales (especialmente cuando se incluye harina de girasol como fuente proteica adicional) ya que los cereales son ricos en aminoácidos azufrados y pobres en lisina (Rodríguez-Estévez, 2013). Lamentablemente, hoy día no es que las leguminosas grano sean secundarias o terciarias, sino que según las estadísticas algunas son inexistentes; este es el caso de los titarros, almortas, alholvas y algarrobas ( V. monanthos) que o no se encuentran en nuestros campos o su cultivo no llega a parcelas de media hectárea. En este problema han influido mucho las subvenciones de la PAC (Política Agraria Común) que, a partir de 1994, provocaron una recuperación de la superficie de cultivo de determinadas leguminosas como guisantes, habas y altramuces dulces (calificadas como grupo ‘proteaginosas’) y garbanzos, lentejas, vezas y yeros (como grupo de ‘leguminosas con ayuda específica’); pero se perjudicó a otras leguminosas de grano excluidas de las medidas subvencionables. n ENSILAJE El ensilaje es una técnica de conservación de forrajes por fermentación anaeróbica parcial, aumentando la acidez y manteniendo un alto grado de humedad, resultando un producto suculento y de buena calidad, que se mantiene conservado durante mucho tiempo. El ensilaje tiene las siguientes ventajas: • Se puede ensilar en cualquier época del año siempre que haya disponibilidad de forrajes. • Permite mezclar y almacenar forrajes y subproductos producidos en períodos de abundancia y cuando éstos alcanzan su mayor valor nutritivo. • Se aprovechan todas las partes de la planta (tallos, hojas, frutos y residuos o subproductos). • Permite el aprovechamiento de subproductos hortofrutícolas ricos en humedad y perecederos. Los sistemas tradicionales pueden y deben innovar, adaptándolos a las actuales condiciones económicas y laborales 34
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