TO3 - Tierras Porcino

SANIDAD 7 y cantidad de los alimentos que producimos, la calidad del aire y del agua, la exposición a fenómenos meteorológicos extremos, las amenazas a enfermedades infecciosas, a episodios como la pandemia, incluso a la habitabilidad de algunas regiones del planeta. No se puede salvaguardar la salud humana ni animal sin tener en cuenta nuestro impacto en los sistemas naturales del planeta. En general hay muchas soluciones, pero en realidad requiere lo que muchos de nosotros llamamos la 'gran transición' o 'gran giro': una corrección del rumbo para hacer todo de manera diferente y minimizar nuestra huella ecológica. ¿Cuál es la importancia de la educación y capacitación en sanidad animal para los profesionales del campo? Para mí, con independencia de que ya la legislación que regula la ordenación de los distintos tipos de cría animal recoge la obligatoriedad de garantizar la formación continuada adecuada en forma de cursos de 20 horas mínimas, yo hago mía la frase del que fuera rector de la Universidad de Davis en EE. UU. Derek Bok, “si crees que la formación es cara, prueba con la ignorancia”. Es necesario que los profesionales del campo estén cada vez mejor formados en las nuevas tendencias que se demandan a las granjas, bienestar, bioseguridad, salud animal, manejo, gestión ambiental y lucha contra el cambio climático, registro de información y documentación, y normativa vigente en el ámbito europeo, nacional, autonómico y local. La formación de los profesionales del campo permite integrarlos en el proceso de producción, hacer que se sientan parte del mismo, en la medida en que su formación permite que participen día a día en la elaboración y control de programas de medicina preventiva, que se desarrollan y adaptan a cada granja de manera específica. ¿Cuáles son las tendencias futuras en el campo de la sanidad animal y cómo se están preparando para ellas empresas farmacéuticas, veterinarios y ganaderos? En primer lugar y de forma inmediata, tenemos que adaptar nuestro planteamiento de enfermedad infecciosa emergente a un punto de vista más proactivo, en lugar de reactivo o más bien orientado a la respuesta. Solamente a través de la colaboración entre disciplinas múltiples y esenciales que trabajan de forma profesional podremos desarrollar la estrategia necesaria, mirando al futuro para prevenir y estar preparados. En resumen, debemos adoptar un enfoque One Health. Dicho de otra manera, debemos emplear un enfoque colaborativo, multisectorial y multidisciplinar en la resolución de problemas sanitarios, trabajando a escala local, regional, nacional e internacional, reconociendo la interconexión entre humanos, animales, plantas y su medio ambiente común. Los veterinarios han sido los motores de este enfoque desde el diseño de este concepto, reconociendo la importancia de la interconexión de los sistemas del planeta. Otra de las amenazas de la pesada huella de los seres humanos es el uso excesivo de antibióticos, lo cual provoca resistencias antimicrobianas. Nuestra comunidad veterinaria tendrá que enfrentarse a estas y otras amenazas, intentando por todos los medios proteger la abundante y segura cadena alimentaria. Los programas de control en las poblaciones animales pueden proporcionar información esencial y constituir sistemas de detección precoz decisivos, ya que muchas poblaciones animales son centinelas sensibles al impacto de los ecosistemas cambiantes. Las comunidades de medicina humana y veterinaria deben trabajar de forma conjunta y transmitir un único mensaje al aconsejar a los gobiernos sobre el diseño del control sanitario, la prevención y los sistemas de respuesta. Igualmente importante es el trabajo necesario para generar la voluntad política necesaria para que los legisladores y, por tanto, el público, confíen en que sea la ciencia quien informe de la prevención de las enfermedades y de las medidas de control. Por ello, es primordial la investigación conjunta que implique a múltiples disciplinas y diseñe recomendaciones para su implementación. Estos objetivos se han descrito e incluso recomendado durante más de dos décadas, pero las estructuras gubernamentales herméticas y la falta de sentido interdisciplinar han dificultado su progreso. ¿Será capaz esta pandemia de estimular un cambio de actitud por sí sola? Los hechos demuestran que cuando nos hemos enfrentado ante una tragedia abrumadora como esta, los científicos de todas las disciplinas se han mostrado a favor de estar en contacto con otros campos para compartir datos y hacer que la información llegue rápidamente a la población sin preocuparse tanto por los méritos. Los veterinarios también debemos convertirnos en expertos en análisis y comunicación de riesgos si queremos que el público entienda y siga los hallazgos científicos relacionados con los animales y su papel en la sociedad y la salud. La tecnología diagnóstica tiene una implementación cada vez mayor, incluso a nivel de granja, y se avanza hacia un diagnóstico y un tratamiento más individualizados. En este sentido, cada vez se dispone de más datos que es conveniente aprovechar, pero faltan expertos en 'data mining' o minería de datos. Es necesario que los equipos de epidemiología y diagnóstico incorporen matemáticos e informáticos. Teniendo en cuenta que todavía está vigente un paradigma basado en tratar los problemas de salud, en lugar de prevenirlos, la educación es básica para avanzar en la cultura preventiva, con el fin de que la población tome conciencia de la relevancia de anteponerse a lo que puede ocurrir. En relación con esto, es preciso corregir las deficiencias que actualmente existen en la comunicación del conocimiento científico, un problema en el que parte de la responsabilidad recae en los propios investigadores y académicos. n

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