TO2 - Tierras Porcino

SALUD 7 PRESENTACIÓN ANTIGÉNICA Las células presentadoras de antígeno reconocen, procesan y presentan las proteínas de los patógenos a las diferentes subpoblaciones de linfocitos T (CD4 o CD8) que, tras la activación correspondiente, madurarán, proliferarán y ejercerán sus acciones efectoras, además de generar memoria inmunológica (figura 3). El contexto de la presentación antigénica, es decir, el modo en el que las CPAs se comunican con los linfocitos T depende fundamentalmente de cómo se adquiere el antígeno y determina, en gran medida, el tipo de respuesta adaptativa. En general, el procesamiento de antígenos adquiridos a través de procesos de fagocitosis, se realiza a través de la digestión enzimática en el interior de los fagosomas, generando péptidos que, tras su modificación en el aparato de Golgi, se combinan con moléculas del complejomayor de histocompatibilidad de tipo II (MHC-II). En este contexto, las CPAs presentarán los complejos antígeno-MHC-II a los linfocitos Thelper (Th), que proliferan y secretan citoquinas que contribuyen de manera esencial en la fase efectora de la respuesta, mediante procesos de comunicación celular y señalización. Figura 3. Las células presentadoras de antígeno son capaces de comunicarse con un amplio abanico de células T para dar lugar, dependiendo del microambiente de citoquinas, a diferentes subpoblaciones y funciones. Los linfocitos Th1 secretan citoquinas que favorecen respuestas celulares, basadas en la actividad citotóxica de algunos linfocitos, frente a patógenos intracelulares. Los Th2 promueven la producción de anticuerpos necesarios para afrontar infecciones con patógenos extracelulares. Los Th17 lo hacen a través de neutrófilos en epitelios y los Tfh (células T auxiliares foliculares) que están relacionadas con la memoria de los linfocitos B. Figura 4. El origen y procesamiento del antígeno es determinante a la hora de inducir respuestas de tipo celular y humoral. La incorporación exógena de antígenos, a través de la fagocitosis, asegura una presentación en el contexto de MHC-II a los linfocitos Th2, que, a través de la producción de citoquinas, promueven la diferenciación de los linfocitos B en células plasmáticas, productoras de anticuerpos. Figura 5. La producción endógena de antígeno promueve su combinación con moléculas de MHC-I y su presentación a linfocitos T CD8 o citotóxicos, cuyo papel principal es el reconocimiento y eliminación de células infectadas.

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