FORMACIÓN 55 con el paso del tiempo. Las ganas de mejorar y aprender son clave, y eso solo se consigue a través de la formación continua. Actitud y formación son sinónimos de eficiencia técnica y eso conlleva a una mejora directa sobre los resultados económicos. Las personas son el activo más importante de una granja, ya que son ellas las que llevan a cabo el trabajo del día a día, aplicando las normativas en la práctica, cuidando de los animales y controlando el buen funcionamiento de todos los equipos. El personal ocupa el primer lugar en importancia dentro una granja, incluso antes de diseñar ésta, se ha de saber con qué equipo de trabajo y con que perfiles vas a poder contar. No es que las personas sean solamente importantes, es que son ‘imprescindibles’ en nuestro sector. Además de la formación básica obligatoria que aparece en el nuevo RD 306/2020 de ordenación, los programas e itinerarios de formación continua son muy interesantes para las empresas ya que el avance tecnológico y los cambios en el entorno de una granja son muy rápidos y es fundamental estar preparados y adquirir nuevos conceptos, habilidades y destrezas. TIPOS DE FORMACIÓN Y VALORES La formación puede ser de muchos tipos, entre otras, puede ser tipo ‘progresiva o continua’ (por ejemplo, mediante pequeñas píldoras formativas de 5-10 horas al mes sobre temáticas muy concretas como el uso de una nueva tecnología que se puede incorporar a la granja o un cambio en el manejo de las cerdas gestantes, etc.), o formación de tipo ‘cruzada’ (intercambio de experiencias entre los propios trabajadores, nuevos desafíos, retos, etc.). También existe la formación ‘especializada, vertical, avanzada, de reciclaje o periódica’. Decida la que se decida, lomás importante es adecuarla a las necesidades de cada granja y prever ir haciendo acciones periódicamente. Una de las novedades que actualmente se ha instaurado también es la formación online, una formación muy útil, ya sea en formato síncrona o asíncrona, ya que evita riesgos de bioseguridad, desplazamientos, reducción de tiempos, adaptación flexible a horarios y que puede realizarse de forma muy dinámica y en formatos educativos ajustados a cada perfil alumno (locutados, en diferentes idiomas, interactivos, etc.), y además también bonificable para las empresas. Los valores que se deben transmitir en las formaciones es la profesionalidad, el respeto hacia el trabajo y hacia los animales y la competencia técnica en la materia. Hay que transmitir siempre la importancia y la magnitud del sector porcino, porque hay muchas personas detrás trabajando, un sector vocacional, dinámico, exigente y en constante evolución. Formación continua a un grupo de trabajadores. Formación a un grupo de alumnos futuros profesionales.
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