TN246 - TecnoGarden

TRIBUNA DE OPINIÓN 66 Por su parte, los cactus requieren un sustrato completamente diferente. Al ser plantas adaptadas a entornos áridos, necesitan una tierra que permita un drenaje rápido y evite el encharcamiento. Los sustratos para cactus suelen contener arena ligera y otros materiales que mantienen el suelo seco y bien ventilado. Los bonsáis representan un caso especial, ya que requieren un equilibrio meticuloso entre retención de agua y aireación. Los sustratos para bonsáis combinan tierra volcánica, grava de Akadama y otros materiales que proporcionan el soporte ideal para estas pequeñas pero exigentes plantas. La fertilización del suelo es una práctica esencial para garantizar un crecimiento saludable de las plantas, y los abonos orgánicos son una de las herramientas más eficaces para lograrlo. Uno de los más destacados es el humus de lombriz, un producto obtenido a partir de los excrementos de lombrices. Este abono es extremadamente concentrado, lo que significa que pequeñas cantidades son suficientes para mejorar grandes extensiones de terreno. Además, su uso no solo aporta nutrientes esenciales al suelo, sino que también mejora su estructura y capacidad para retener agua. Otro abono orgánico ampliamente utilizado es el guano, un material rico en nitrógeno, fósforo y potasio que se obtiene de los excrementos de aves marinas. Este abono, que tiene su origen en las islas chilenas, es especialmente eficaz para fertilizar huertas, promoviendo un crecimiento vigoroso y saludable de las plantas. La correcta elección de tierras y sustratos es una de las decisiones más importantes para cualquier proyecto de jardinería o agricultura. Cada material tiene propiedades únicas que pueden ser aprovechadas para satisfacer las necesidades específicas de las plantas, desde la mejora de la fertilidad del suelo hasta la optimización de la filtración y el drenaje. Al combinar sustratos orgánicos y minerales de manera estratégica, es posible crear un medio de cultivo equilibrado que maximice el potencial de crecimiento y minimice los riesgos asociados a problemas como la compactación o el exceso de humedad. A través de un conocimiento más profundo de estos materiales, los agricultores y jardineros pueden adoptar prácticas más sostenibles y eficientes, contribuyendo no solo al éxito de sus proyectos, sino también a la conservación de los recursos naturales. Así, como paisajistas, tenemos el poder de usar el suelo como un lienzo y las plantas como pinceles, para dar vida a creaciones únicas. Con cada elección consciente de suelos y sustratos, diseñamos no solo espacios visualmente bellos, sino también entornos que se integran armónicamente con la naturaleza, creando arte vivo que evoluciona con el tiempo. n

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