poleo, etc. Y zonas ajardinadas con rosales, rosas silvestres, caléndulas o pensamientos. SIGUIENDO LAS REGLAS ECOLÓGICAS Y DE SOSTENIBILIDAD, RECICLAJE Y REUTILIZACIÓN A la entrada del huerto tenemos una zona de compostaje abierta a todos los vecinos y comercios, de forma que el barrio está implicado de alguna forma con el huerto. Esta zona consta de cuatro cajones de compostaje donde en el primero se sitúan los restos orgánicos en bruto, fundamentalmente vegetales, y a los que debemos efectuar un mantenimiento, realizando el volteo, movimiento y traslado de dichos restos de un cajón al siguiente, según se vaya desarrollando el compostaje. Los restos de cáscara de plátano son muy útiles por el potasio que contienen, así como las cascaras de huevo, que aportan el calcio tan necesario para los frutos. Este trabajo no es fácil, hay que realizarlo con las medidas higiénicas adecuadas (guantes, mascarillas, etc) y hacerlo de forma regular, para evitar compactaciones, malos olores e intrusión de roedores. Asimismo, tenemos un pequeño invernadero donde hacemos crecer nuestras semillas, en macetas o alveolos, realizamos trasplantes y acondicionamos la planta a cultivar. La problemática de estos huertos es diversa, al final exige un trabajo y dedicación para tenerlo en buenas condiciones, pero es gratificante para el entorno, los vecinos y los hortelanos. Se ha creado también un ambiente de diálogo y fraternidad, de manera que los vecinos y viandantes se pasean por el huerto preguntando sobre cualquier cuestión, los mayores recuerdan su juventud en el pueblo y los niños atienden a las explicaciones de sus padres sobre el mismo. CULTIVOS Los cultivos que solemos tener dependen de la época del año. Siempre hacemos rotaciones de los cultivos, y no repetimos en el mismo bancal los mismos cultivos o de la misma familia. Ahora plantamos crucíferas como coles, repollos, también acelgas, lechugas o ajos, entre otros. Los protegemos con mallas, botellas de plástico o cajas. La protección con botellas de plástico permite que aumente la temperatura, además de proteger el cultivo de las aves, para que no se los coman. En primavera cultivamos tomates, pimientos, cebollas, calabacines, habas y judías, que, entre otras cosas, fijan el nitrógeno del aire. Por otro lado, algunos cultivos hay que entutorarlos con cañas o palos para que puedan desarrollarse de forma óptima en altura. Entre los frutales tenemos dos higueras, un membrillo, perales, manzanos, almendros, ciruelos y unas parras. Disponemos dentro y fuera de los bancales de plantas aromáticas para tener insectos polinizadores. Como consecuencia de ello, hemos realizado cajas/viviendas de insectos para que puedan refugiarse. HERRAMIENTAS Y CONTROL DE MALAS HIERBAS Las herramientas que más comúnmente utilizamos son azadas y azadones, horcas, palas o tijeras de podar, entre otras. Asimismo, para controlar las hierbas adventicias empleamos una desbrozadora de hilo, y contamos con una mochila para la realización de algún tratamiento fitosanitario ecológico. Por su parte, el control de la hierba es un problema para poder cultivar de forma adecuada. La arrancamos, la cortamos, pero especialmente la grama vuelve a salir. Estamos realizando otro método para controlar las hierbas, basado en mantener la estructura del suelo, aumentar el contenido en materia orgánica y aprovechar mejor el agua. Este se denomina ‘acolchado’ y consiste en lo siguiente: • Preparamos el suelo, labrándolo, quitando restos que no sean vegetales y preparándolo para un futura siembra o plantación. • Añadimos una capa de compost, materia orgánica o restos vegetales de un espesor de aproximadamente 5 centímetros. • Encima de esta capa situamos cartones húmedos, a los que previamente hemos quitado restos de plásticos, grapas, etc. Mejor emplear cartones sin pintura. Los cartones, son, al fin y al cabo, celulosa y aportarán también un resto vegetal al suelo. • Para terminar, sobre esta zona de cartón, volvemos a incorporar restos vegetales, hojas, ramas, cortadas o mantillo, tierra vegetal o compost. • Finalmente regamos todo el bancal para que se integre todo lo que hemos incorporado y que la humedad adecuada permita el desarrollo tanto de macroorganismos, gusanos y lombrices, como de microrganismo útiles para el suelo, como bacterias y hongos, que aumenten la fertilidad del suelo. Este ‘sándwich’ lo tenemos que seguir manteniendo para eliminar algunas malas hierbas o adventicias que aparezcan; además será conveniente ir reponiendo de restos vegetales la última capa. Concluido este acolchado podemos esperar para que se asiente todo lo incorporado o podemos proceder a realizar nuestra plantación. Para lo cual marcamos el marco de plantación (distancia entre plantas y líneas de plantación), realizando un agujero y contando el cartón introducimos nuestra plántula. 29 ESPECIAL HUERTO URBANO
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