TN244 - TecnoGarden

TRIBUNA DE OPINIÓN 28 2. Realiza, al menos, un control de plagas: Tanto si la planta ya está enferma como si no lo está, es importante fumigar. O bien para curarla, o bien para protegerla de posibles enfermedades. El control de plagas es crucial para mantener las plantas saludables. Además, la fumigación preventiva puede evitar la proliferación de insectos, hongos y bacterias. Y, por lo tanto, reducirá el riesgo de enfermedades. 3. Poda o recorta tus plantas habitualmente para incentivar su crecimiento y que florezcan nuevamente con facilidad. La poda es una práctica esencial que fomenta el crecimiento de las plantas y estimula su floración. 4. En verano por el sol se riega cada día, pero en otoño se debe reducir la frecuencia cada dos/ tres días. Eso sí, manteniendo la cantidad de agua. En otoño, las temperaturas más frescas y la reducción de la luz solar disminuyen la necesidad de agua. Reducir la frecuencia de riego a cada dos o tres días evita el encharcamiento y el riesgo de pudrición de las raíces, pero es importante asegurarse de que las plantas siguen recibiendo el agua suficiente y necesaria en cada riego. 5. Reubica las plantas exteriores/interiores donde haya mayor presencia de sol. Ya que es una época de carencia nutricional. En otoño, la cantidad de luz solar disminuye, lo que puede afectar la fotosíntesis y el crecimiento de las plantas. Reubicar las plantas a lugares donde reciban más luz es esencial para compensar esta reducción. Sin embargo, es importante considerar las necesidades específicas de cada especie para respetarlas y no dañarlas.

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