TN237 - Tecnogarden

4 tecnogarden EDITORIAL Un año positivo (a pesar de todo) En esta última edición encauzamos la recta final del año. Un año bastante convulso, plagado de riesgos e incertidumbres pero, si nada se tuerce en estos dos últimos meses, con un balance positivo para el sector verde. Porque si bien no todo son parabienes, lo cierto es que las cuentas para el mundo del garden y la jardinería profesional, así como las perspectivas para el futuro inmediato, no son malas. Al contrario, en muchos casos expertos de diferentes ámbitos del sector afirman que son equiparables al período prepandemia. Un dato curioso este de las “cifras prepandemia”, porque parecen haberse convertido en un punto de referencia importante. Pero no hay que olvidar que antes de la pandemia estábamos recuperándonos de la peor crisis económica y financiera de nuestra historia reciente, por lo que el verdadero punto de referencia deberíamos fijarlo antes de dicha crisis, allá por el año 2007 o 2008. Quizás por cansancio en desear un nivel de prosperidad que damos por perdido o por puro pragmatismo económico, parece que el consenso social es disponer del 2019, principios del 20, como referencia comparativa. Sea como fuere, la situación del sector, antes de la llegada del Covid-19 y sus terribles efectos, parece haberse logrado. Ahí están los datos de las recientes ferias celebradas en octubre, tanto en el panorama nacional como internacional. En general cierran con gran satisfacción, batiendo récords de cifras (como es el caso de Iberflora o Fruit Attraction), y con movimientos que auguran buenas perspectivas. En las páginas de esta edición llevamos precisamente la valoración oficial de ambas ferias, muy representativas de las diferentes variantes del sector verde y los negocios auxiliares. Ya decíamos en la edición anterior de TecnoGarden que la industria verde iba como una moto, y las expectativas eran muy buenas de cara a las ferias. Las cifras reveladas le dan la razón a los que auguraban dichas expectativas. Pero este moderado optimismo que detectamos no significa que podamos echar las campanas al vuelo. Para nada. De hecho, los riesgos en el horizonte están ahí, y algunos son bastante temibles, más que nada por la incertidumbre que generan. Ese es el caso de la guerra de invasión de Rusia sobre Ucrania, donde cualquier desenlace futuro es posible y los escenarios a barajar pueden ser aterradores. Tampoco debemos olvidar la inflación que, con guerra o sin ella, sigue estando ahí. De entrada, ambos elementos son los mayores factores de riesgo para la marcha de nuestra economía, prácticamente en cualquier sector, y nuestra parcela no queda al margen. Y si bien siempre conviene ser precavidos y no dejar de vigilar los acontecimientos, tampoco tenemos que caer en el dramatismo y aprovechemos la positiva marcha del año con el deseo de terminar cerrando el 2022 con esas buenas sensaciones que han dejado las ferias. Si lo conseguimos, partiremos con mejores mimbres el 2023 de los que empezamos este año 2022. A por ello y felices fiestas.

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