26 tecnogarden ARTÍCULO Renaturalización del medio urbano Nuestro bienestar depende de la renaturalización del medio urbano, de la implementación de anillos verdes y del establecimiento de planes de gestión. Son ingredientes imprescindibles para una urbe sana. Decía Josép Fontseré y Mestre, arquitecto y maestro de obras en la Ciudad Condal hace casi dos siglos, que los jardines, son a la ciudad lo que los pulmones al cuerpo humano. Rotunda y traslucida afirmación ¿verdad? Pues me viene al dedo, para focalizar e insistir en algo que olvidamos quizás en demasía. Qué somos frágiles, que el mundo es frágil. Y que a nuestra vulnerabilidad como individuos y sociedad, se suma por desgracia, la ausencia de un liderazgo internacional que con autoridad convincente y proactiva ante los devenires ambientales y climáticos adversos, nos guíe hacia un espacio más asumible. Y es que como decía Walter Kelly: “Nos hemos encontrado con el enemigo y el enemigo somos nosotros”. Estando alcanzando ya los límites biofísicos del planeta, con la fuerza de los elementos golpeando aún la Palma, con una pandemia vigente que sacude al mundo y un clima cada vez más amenazante, no deberíamos de obviar en nuestra psiquis la fragilidad, lo insignificantes que somos ante la propia naturaleza, la cual se manifiesta como lo que es y sigue su curso. Por ello, en la naturaleza deberíamos encontrar algo más que la conciliación. De ella podemos obtener muchísimas soluciones y así, lo primero a tener muy claro es que el verde es una herramienta amiga. Entrar en disquisiciones sobre esto y a estas alturas, es escribir en blanco sobre blanco. La renaturalización del medio urbano, la implementación de anillos verdes que perimetren las ciudades, el establecimiento de planes de gestión del árbol heredado, así como la plantación de nuevos ejemplares en todos los espacios posibles y con la debida cultura, son ingredientes imprescindibles para una urbe sana. De ello depende nuestro bienestar. Sólo las ciudades verdes serán más capaces de enfrentar este gran desafío. Y por ello no nos podemos quedar aquí. Hay que contagiar a nuestros pueblos vecinos, a nuestros colegas en las responsabilidades políticas, a la ciudadanía. Necesitamos una activación global para este delicado panorama. Para ello, en la siempre escasa economía municipal, ahora se abren oportunidades extraordinarias para el reverdecimiento urbano. Ya están activadas las convocatorias para las ciudades de más de 50.000 habitantes y en breve, esperemos que se vuelvan a convocar ayudas para el otro umbral obviado. Tal y como se ha llegado a acuñar, de ésta crisis saldríamos en verde, y algo se está gestando para ello, sería muy bueno para las entidades municipales Solo las ciudades verdes serán capaces de enfrentar este gran desafío
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