ARTÍCULO 48 tecnogarden general, que la domesticación era un camino sin retorno hacia la completa dependencia del manejo humano. Pero lo cierto es que tiene vuelta atrás, en algunos casos. El reverso de la domesticación es la feralización, la vuelta o el escape a la naturaleza. En animales domésticos es más común, aunque no requiere de una evolución tan profunda como la de las plantas –en animales son mecanismos sobre todo de comportamiento–. El caso más paradigmático es el del arroz maleza o arroz rojo, una forma invasiva que deriva de formas asilvestradas de arroz doméstico que compite en los arrozales con el arroz cultivado y que disminuye la calidad de la cosecha al ser recogido conjuntamente con la variedad comercial. Este arroz es genéticamente similar al arroz comercial y por tanto no puede tratarse con herbicidas selectivos. Además, es difícil de distinguir del arroz comercial y muchas veces no se actúa contra él hasta que la industria agraria rechaza el grano cosechado. Y cuando esto pasa suele ser demasiado tarde para actuar eficazmente, ya que el arroz maleza, recordemos el pobre trigo del margen del camino, sí se quiebra, la semilla se desgrana una vez madura y el banco de semillas del suelo se infesta de esta forma de arroz. La domesticación y la feralización me recuerdan a las dos primeras películas hollywoodienses de ciencia ficción de Paul Verhoeven. En RoboCop, una gran empresa tecnológica convierte al fallecido agente Murphy en un cyborg sin recuerdos humanos prácticamente invencible para luchar contra la delincuencia en Detroit. El nuevo policía inevitablemente se revolverá en busca de la memoria inalcanzable de su antiguo yo. Como el arroz maleza, RoboCop nunca será ni el pasado perdido ni el futuro diseñado. Inquieto, imagino, por no haber ahondado lo que quisiera en la pérdida irreversible de la identidad, el director graba Desafío Total, en la que Douglas Quaid –AKA Hauser– descubre el borrado de su memoria e intenta en Marte volver a sus orígenes como doble –¿o triple?– agente secreto, tampoco pudiendo volver a su pasado real ni a su futuro proyectado. Si yo lloro por la domesticación del pobre trigo del margen del camino, Verhoeven llora por el triste arroz feralizado. ¿Lloraremos por lo mismo? Texto Gerardo Carrera Castaño Hauser antes de ser Hauser siendo Quaid, quitándose la identidad de una señora de nombre desconocido. Desafío total (1990). Crédito: TriStar Pictures
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