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56 JARDINEROS PAISAJISMO FERNANDO POZUELO PAISAJISMO 56 tecnogarden UN JUEGO DE LUCES Y SOMBRAS PARA ENSALZAR NUESTRO JARDÍN A la hora de proyectar y diseñar un jardín, son muchos los elementos que se tienen que tener en consideración y que nos ayudarán a potenciar y embellecer este espacio. Seguramente lo primero que viene a nuestra mente es el diseño a grandes rasgos, es decir, decidir la ubicación de cada elemento, qué tipo de plantas y composiciones florales introduciremos en él o qué elección de materiales dominarán en el jardín. Si no somos expertos en paisajismo y nuestros conocimientos son básicos, es difícil pensar en aquellos otros elementos, en su mayoría naturales, que son fundamentales en la concepción de un jardín. Uno de ellos es el uso de la sombra como parte esencial de este diseño. En un espacio verde, el perfecto control de los juegos de luces y sombras nos otorgará la diferencia entre un jardín excepcional, de una calidad superior, frente a un jardín mediocre, que en el que el diseño no termina de destacar. Pero si por algo se caracteriza la sombra es por generar un colchón térmico que nos permita transportarnos y disfrutar de un espacio agradable, algo que se vuelve de especial importancia en los meses más cálidos, posibilitándonos así poder disfrutar de este espacio en las diferentes estaciones del año. Además de estos aspectos que hacen referencia a esa parte más funcional, como hemos comentado, la sombra nos ofrece una gran variedad de cualidades que nos ayudan a potenciar el apartado más visual de un espacio verde, ya que un uso estudiado de ella determinará el diseño de un jardín. La propia iluminación nos hace resaltar aquellos elementos sobre los que queremos incidir, a través de técnicas como la luz directa. Para mitigar el efecto de las sombras, podemos apostar por la proyección de varios puntos de luz sobre un mismo objeto; esto lo que nos proporcionará es cuatro sombras y un juego visual que embellece este espacio. Otra opción con la que contamos es la de realizar intervenciones en el paisaje para proyectar la sombra sobre una superficie, como puede ser una pared. Todo esto hace que también tengamos que adecuar las flores y plantas que se instalan en nuestro jardín para que, en función de la sombra o luz que reciben, sean capaces de adaptarse a ello. Esto también varía en función del lugar que nos encontremos, porque, por ejemplo, una hortensia en Madrid a pleno sol sería algo impensable, pero esta misma planta con una misma cantidad de luz en Asturias, sería viable. Aunque hemos destacado el juego de luces y sombras de nuestro jardín durante el día y el efecto directo del sol, la iluminación artificial también juega un papel relevante, ya no tanto por su funcionalidad, sino más bien en el diseño. Para ello es fundamental iluminar las diferentes zonas del jardín de manera independiente, otorgando a cada una de ellas una iluminación acorde con su uso. Por ejemplo, no requiere de la misma iluminación un sendero por el que transitaremos, que un espacio donde se desarrolle la actividad, y donde precisaremos de una mayor iluminación. Además, esta iluminación artificial nos ayudará también con ese juego de volúmenes y de redirección del foco de atención hacia aquellos elementos que queremos convertir en principales, como puede ser por ejemplo, una piscina, que iluminada se convertirá en el centro de nuestro jardín. Sea como fuere, el juego de luces y sombras de un jardín necesita formar parte de manera primordial de su diseño y concepción, ya que es un elemento que convertirá a nuestros espacios verdes en una pieza excepcional.  Fernando Pozuelo, director del estudio de paisajismo Fernando Pozuelo Landscaping Collection. www.fernandopozuelo.com

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