ARTÍCULO 46 tecnogarden lación de parasitismo, y esos individuos reciben el nombre de plantas parásitas. Las flores del mal No suele haber solo blanco y negro, y hay en este caso un abanico de vampirismos vegetales. En un primer estrato encontramos desde vampiros que alternan una alimentación normal con la alimentación parasitaria, hasta otros que extraen todos los recursos de otros individuos. La alimentación normal en las plantas es la fotosíntesis, o el uso de la energía lumínica como fuente para reducir el carbono del CO2 en sustancias orgánicas. Las plantas hemiparásitas realizan fotosíntesis, pero también consiguen carbono orgánico de otras plantas huésped, y normalmente cuanto menos eficiente sea la fotosíntesis debido a situaciones de estrés o de competencia por la luz, más energía succionan de otras plantas. En el otro extremo, las plantas holoparásitas adquieren todo el carbono orgánico de otras plantas. Es por ello que, en algún momento, al especializarse tanto en robar, perdieron toda capacidad fotosintética, no poseyendo clorofila (por tanto no son de color verde), y presentando unas alteraciones morfológicas complicadas y distantes al concepto común de planta. Y entre ambas encontramos diversas estrategias intermedias a las Inflorescencia emergiendo de la planta holoparásita Hydnora abyssinica, a veces tildada como la planta más extraña de la naturaleza. Crédito: plantnet. Arceuthobium oxycedri es un hemiparásito de tallos que parasita sabinas y enebros en diversas zonas de España. Crédito: Universidad de Murcia.
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx