ARTÍCULO 42 tecnogarden poseen mecanismos para resistir dosis de radiación ionizante cientos de veces mayores que las que matarían a un ser humano, y son capaces de reducir su contenido en agua hasta un 99% y sobrevivir en ese estado latente durante más de 30 años. El despertar de una latencia metabólica no es una resurrección real, pero sí hay una vuelta a la vida metafórica que implica cambios en el cuerpo, como veremos. Los tardígrados forman así parte de un reducido y exclusivo grupo de superhéroes de la naturaleza de estilo bíblico en el que también encontramos alguna planta. Anastatica de Arabia Los seres vivos, después de abandonar los mares para instalarse en tierra firme, tuvieron que elegir entre tolerar y resistir las condiciones adversas que ofrece el aire libre. En concreto, tuvieron que enfrentarse a la pérdida de agua. Y ante esto surgieron dos posibilidades: resistir la pérdida de agua, un mecanismo análogo al uso de abrigos en invierno, o tolerar la desecación, que sería como aguantar temperaturas de 0 grados desnudos (es una metáfora, imaginemos que fuera posible). En cuanto a eficiencia energética, obviamente hay una opción buena y una mala. Si aguantamos las temperaturas invernales desnudos, el gasto energético (un metabolismo frenético para mantener nuestra temperatura corporal a 37 grados) será enorme comparado con el de resistir el invierno con ropa térmica (el gasto se reduce a fabricar la ropa y vestirnos; también tendremos que mantener la temperatura corporal, pero la ropa nos ayuda y reduce el coste). Las dos opciones son válidas para sobrevivir, pero si nuestro objetivo vital es no solo vivir, sino crecer, la resistencia al frío (usar ropa) permite derivar más energía a ello. La evolución supo ver esto y la mayoría de los organismos se decantan por resistir en vez de tolerar. Las plantas no son una excepción. La mayoría de las plantas resisten el estrés. Sin embargo, en zonas desérticas donde la falta de agua es ley, las respuestas se han diversificado y es así como encontramos tres mecanismos de protección: la evasión, la resistencia y la tolerancia. Las plantas con mecanismos de evasión aprovechan la temporada de lluvias para germinar, crecer, florecer y dejar descendencia antes de la Los tardígrados, también conocidos como osos de agua, a pesar de su micrométrico tamaño, son los animales más duros de la naturaleza. Posiblemente representan la última esperanza de la vida en caso de desastre astrofísico. La Rosa de Jericó va rodando por el desierto hasta encontrar zonas húmedas. Allí, con los brazos abiertos, espera a que la lluvia le arrebate sus semillas. En caso contrario, vuelve a enrollarse y sigue rodando. Su esqueleto puede dedicarse a esta actividad durante decenas de años.
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