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tecnogarden 39 insectos mediante la expresión genética para producir GLV. Las interacciones positivas entre plantas e insectos alertan a los depredadores sobre la ubicación de los herbívoros que se alimentan de la planta y causan daños en los tejidos. Por ejemplo, un estudio realizado por la universidad de Northwestern descubrió que las avispas parásitas se sentían atraídas por la liberación de GLV de las orquídeas para ayudar a la polinización. En otras ocasiones que también se han observador beneficios de la liberación de GLV ha sido en la soja. Estas plantas fueron infestadas por pequeños insectos chupadores de savia, pulgones, y cuya cantidad de GLV liberada por las plantas superó los niveles que no eran normales. Como resultado de esta liberación de feromonas más mariquitas manchadas se sintieron atraídas y se alimentaron de los insectos que atacaban a las plantas. Se debe destacar que cuando se libera este químico que atrae a las mariquitas manchadas es exclusivo para estas, ya que cuando se probó en diferentes especies de escarabajos no hubo ninguna inclinación adicional para que se movieran hacia las plantas liberadoras de GLV. Este hecho es un indicador de la capacidad de las semillas de soja que liberan feromonas específicas de especies para adaptarse y ayudar a su propia supervivencia. Una de las causas de interacciones negativas entre plantas e insectos es la de liberar GLV para indicar la madurez de la fruta. Aunque puede tener un efecto de atracción de polarizadores, también puede causar problemas si esos GLV atraen a los depredadores. Por ejemplo, cuando las plantas aumentan la liberación de GLV mediante la maduración, aumenta la tasa de depredación de los escarabajos gorgojos de algodonero. Las plantas vecinas deben liberar feromonas también para poder sobrevivir a largo plazo con este tipo de depredador presente. Estos compuestos orgánicos, además de valer como mecanismo de defensa repeliendo insectos o deteniendo la colonización de bacterias y hongos, también sirven para la reproducción, atraer polarizadores o dispersar semillas. En el lugar donde la planta ha sido dañada, los GLV se liberan en altas concentraciones y actúan como agentes antimicrobianos que hacen que las plantas sean más resistentes a infecciones bacterianas o fungicidas. Sin embargo, durante una infección algunas bacterias y los virus se han adaptado para usar estos GLV liberados en su propio beneficio. Un ejemplo muy común se da con las frambuesas, cuando esta está infectada, el virus influye para producir más GLV y atraer el pulgón de la frambuesa. Esto causa que más pulgones vengan hacia la planta y se alimenten de las frambuesas por más tiempo, haciendo que el virus se propague más ampliamente. El volátil de hojas verdes es un olor que no solo cautiva a seres humanos, sino a otros animales, insectos y plantas. La naturaleza tiene una asombrosa capacidad de organización. Lo más curioso es pensar que estos organismos vivos, que crecen sin poder moverse, son capaces de organizarse entre sí para su propio beneficio e influir en el comportamiento social de otras especies. Como se suele decir: la naturaleza es sabia.  Escarabajo manchado atraído por el GLV emitido por las plantas de hoja verde. Foto de pixabay Pulgón tratando de alimentarse de frutos maduros. Foto de pixabay

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